Si nos dicen menopausia, sistemáticamente nuestro cerebro nos envía la siguiente información: falta de regla, sofocos, aumento de peso, sequedad vaginal, relaciones sexuales dolorosas… Esto en el mejor de los casos, porque sentirse “menos mujer” es otro gran clásico. Sin embargo, Mónica Manso, terapeuta especializada en las etapas vitales femeninas, recoge en su libro La menopausia consciente. Autoconocimiento y plenitud a partir de los 40 años (Integral) una serie de prácticas que nos ayudarán a vivirla con bienestar.

Reconciliarnos con esta etapa de nuestra vida sexual es indispensable, porque “está llena de tesoros” que tan solo hay que saber identificar. Con los ejercicios de autoconocimiento, los consejos de alimentación y de estilo de vida, así como con la información y los relatos de otras mujeres que la autora recoge en su obra, este proceso de autodescubrimiento será mucho más sencillo.

De su libro se desprende un mensaje claro: la menopausia no es tan negativa como muchos y muchas creen. Pero, ¿realmente se puede hablar de ventajas de la menopausia? "Sí, claro, aunque no sé si lo plantearía como ventajas. La menopausia es consecuencia de la evolución que hacemos como personas en el proceso de envejecimiento. Es una parte más del cambio", me cuenta Mónica Manso.

–Entonces…
–Entonces yo hablaría de las ventajas que supone hacernos mayores, que implica que tenemos mucha más sabiduría, mucha más experiencia acumulada. Somos mujeres más sabias. Además, el hecho de no sangrar cada mes también hace que dispongamos de más energía.

También es una etapa en la que volvemos a poner el foco en nosotras. Si hemos tenido hijos o hijas, estos ya son mayores, y volvemos a tener más tiempo para atender nuestras necesidades. Es el último periodo de nuestra vida en el que podemos decidir qué queremos hacer con ella. Si nos ha quedado algún sueño por cumplir, ahora es el momento.

–¿Somos más libres?
–Por supuesto, cuanto más mayores nos hacemos, menos importancia le damos a las cosas porque sabemos que todo es relativo, y desde ahí ganamos en esta libertad interna. Si sabemos que no hay que darle tanta importancia a las cosas, que todo depende del prisma con que se mire una situación, esto nos permite ser más libres para hacer lo que realmente deseamos.

–Pero los sofocos, los cambios hormonales, la sequedad vaginal… Todo eso es real.
–Sí, hay muchas señales que se han asociado con la menopausia, pero realmente no todas las mujeres las experimentamos todas, o sea, hay quienes solo manifestamos alguna de ellas y no al mismo tiempo. Por ejemplo, unas pueden tener sofocos y algunas irregularidades en el sueño y otras pueden no tener sofocos -como es mi caso- y sí sentir cómo la vagina no está tan húmeda como antes.

Hay quienes tienen más dispersión mental, cambios de humor…, pero esto también forma parte del propio proceso de cambio y evolución de las mujeres.

–Llamas señales a lo que se conoce como síntomas.
–Sí, porque la palabra ‘señal’ te está advirtiendo que algo pasa y tienes que hacerte cargo de ello, es una llamada a la acción hacia ti.

La palabra síntoma, en cambio, te desempodera porque está asociada totalmente a 'enfermedad'. Hazte cargo de tus señales, indaga si a nivel emocional si hay alguna información que te están trayendo y también consulta con los diferentes profesionales las posibles soluciones hasta dar con aquello que se ajusta a ti como un guante.

Por ejemplo, para la sequedad vaginal y la pérdida de libido hay un trabajo muy bueno con el suelo pélvico que se puede hacer para ganar elasticidad. Si tú te haces cargo de tus señales, investigas a fondo, lees sobre el tema y consultas diferentes profesionales, tarde o temprano encuentras la mejor solución para ti.

–En el libro hablas del climaterio y de la necesidad de reivindicar su poder, ¿por qué?
–Porque es una etapa desconocida y saber de ella nos permite llegar mejor a la menopausia. En realidad, comienza a partir de los 40-45 años, depende de cada mujer, y es muy necesario saber que ya desde entonces el cuerpo empieza a vivir un cambio hormonal que puede provocar cierto desequilibrio en tu cuerpo-mente para que tú lo atiendas.

Entender que estamos en esta etapa del climaterio, o perimenopausia, nos ayuda a extremar nuestra atención hacia las señales que se manifiestan. Ello nos ayuda a hacer los ajustes necesarios en nuestro estilo de vida, para poder llegar mejor a la menopausia.

–¿Por qué crees que se vive con tanta negatividad esta etapa?
–Porque vivimos en la sociedad de la juventud eterna y los cuerpos tersos, la de los filtros de Instagram, la que niega con rotundidad el proceso de envejecimiento. No queremos ver arrugas, ni pieles flácidas, ni cuerpos redondos.

El bombardeo con este mensaje es constante y eso hace que, si no tienes una autoestima fuerte y comprendes que los mensajes de los medios de comunicación no son reales porque no tienen en cuenta la diversidad de los cuerpos y además solo muestran la moda corporal del contexto histórico en el que nos encontramos, vivas la menopausia con negatividad.

Es necesario hacer un trabajo de autoconocimiento y de desgranar estos mensajes para que no te afecten.

–¿Necesitamos reconciliarnos con la menopausia?
–Yo creo que sí, aunque ya hay muchas personas que lo están haciendo. Un claro ejemplo son el gran número de perfiles en las redes sociales, sobre todo de Instagram, que estamos promoviendo una visión de la menopausia muchísimo más empoderadora, y esto se está extendiendo de manera exponencial.

Cada mes salen nuevas cuentas, y cuentas que tienen muchísimas seguidoras. Además, las mujeres de generaciones posteriores también están haciendo un trabajo muy grande en cuanto a visibilizar los dones de la menstruación y el empoderamiento de la mujer a través de ella, algo que va a permitir a las mujeres llegar a la menopausia con una conciencia totalmente diferente. En definitiva, esto está cambiando radicalmente.

–¿Debemos prepararnos de alguna forma especial para este momento?
–Sí, hay que estar muy atentas a las necesidades físicas y emocionales. Yo estoy muy atenta a mi cuerpo, a lo que necesita, a cómo va cambiando para ver qué ajustes tengo que hacer para equilibrarlo. También trato de ver qué me están diciendo las emociones y si necesito ayuda de un profesional, lo busco para que me ayude en este proceso.

–¿Cuáles dirías que son las claves para vivir una menopausia “feliz”?
–Yo creo que mucha escucha interna, tanto a nivel físico, como emocional e incluso espiritual. Y pedir ayuda si no se sabe hacerlo sola. Si queremos escucharnos, empoderarnos, vivir una menopausia feliz, pero no sabemos muy bien cómo, pues investigamos, leemos y pedimos ayuda, porque hay muchas personas que nos la pueden dar.

Es un poco lo que yo ofrezco, acompañar en este tramo para que puedan construir unas bases sólidas y a partir de ahí puedan continuar solas, porque a veces se pueden sentir sobrepasadas por este mensaje de vivir la menopausia de una forma feliz. Hay que ir paso a paso, y lo primero es escucharse y observarse para descubrir las necesidades y poder cubrirlas.