Con la llegada de la primavera, millones de personas se abastecen de pañuelos, fármacos o paciencia para resistir el contacto con el polen, que no provoca molestia alguna en el resto de la población.

Encima este año las abundantes lluvias del invierno hacen prever una floración exuberante y por tanto elevadas concentraciones de polen en el aire. A eso hay que sumar los afectados por otros agentes alergénicos, como los ácaros o determinadas sustancias artificiales.

Las reacciones respiratorias –rinitis alérgicas y asmas– son las manifestaciones alérgicas más frecuentes. La alergia al polen afecta hoy al 20% de los españoles (puede encontrarse información detallada de los niveles de polen en la web: http://www.polenes.com). Y según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica, si se mantiene el ritmo actual de crecimiento, dentro de 20 años tendrá una incidencia del 30 al 50%.

La alergia la sufren personas de todas las edades, con una proporción mayor en torno a los 22 años, y cada vez más niños.

Los síntomas de rinitis alérgica son congestión, estornudos, moco acuoso, enrojecimiento de los ojos, lagrimeo y picor de garganta. Pueden estar causados por diversos pólenes, mohos, polvo, ácaros, compuestos químicos o pelos de gatos y, con menos frecuencia, de perros.

Los mismos alérgenos pueden provocar ataques de asma, con tos, cortedad de aliento, silbidos bronquiales y una opresión en el pecho que puede llegar a bloquear la respiración.

Para prevenir las alergias o encontrar un tratamiento eficaz es necesario comprender el origen de la enfermedad. Los estudios indican que hay diversas causas.

Para empezar, existe un factor genético. Los hijos de padres y especialmente madres con alergia tienen entre un 25 y un 75% más de riesgo de sufrirla.

Y suele darse una incidencia mayor entre las personas que viven en las ciudades, debido a que las partículas que salen de los tubos de escape alteran la superficie de los granos de polen y de otras partículas orgánicas en principio inofensivas, ante las que el organismo reacciona como si se tratara de una amenaza.

Entender la alergia como una agresividad mal encauzada

Una hipótesis cada vez más extendida asegura que el número de alérgicos ha crecido en la medida en que han mejorado las condiciones higiénicas y se han reducido las infecciones.

El sistema inmunitario madura conforme entra en contacto durante los primeros años de vida con una serie de bacterias y virus que ya apenas se encuentran en las ciudades. Al no producirse esta maduración, el sistema inmunitario identifica de forma distorsionada a los agentes peligrosos.

Otros factores que los estudios científicos relacionan con el aumento de las alergias son la falta de lactancia materna, el excesivo contacto con sustancias químicas y el abuso de alimentos desnaturalizados y de ciertos medicamentos muy comunes, como los antibióticos y los antipiréticos, que se emplean sistemáticamente ante gripes y resfriados.

No falta la influencia emocional. Algunos autores llegan a afirmar que determinadas relaciones familiares "asfixiantes" pueden propiciar los síntomas respiratorios de la alergia. Al mantenerse a disgusto en un puesto de trabajo desagradable o en un ambiente familiar hostil –para evitar supuestos males mayores–, el cuerpo podría dar salida a su agresividad ante enemigos ficticios.

¿Cómo se puede solucionar una enfermedad con causas tan variadas como la alergia?

Los tratamientos médicos convencionales contrarrestan los síntomas, pero con dosis cada vez mayores y más arriesgadas.

En cambio, las terapias naturales se esfuerzan por reajustar el equilibrio entre la persona y su medio, incluyendo factores físicos y químicos, biológicos y emocionales.

Si se revisan las diferentes causas se puede comprobar que hay algo común: la alergia está relacionada con diferentes alteraciones en el entorno y con una respuesta inadecuada ante ellas. Faltan unas cosas y sobran otras.

Por tanto son necesarios tratamientos y cambios en el estilo de vida a fin de convivir pacíficamente con lo que nos rodea.

Decálogo de medidas para reducir los síntomas alérgicos

La manera más sencilla de combatir los síntomas de alergia es reducir las exposiciones al alérgeno.

Se pueden tomar medidas muy eficaces en este sentido, aunque sabiendo que la prevención total resulta casi inviable.

  1. Las personas con alergia al polen pueden informarse de los niveles de concentración en el aire para evitar salir al campo, especialmente los días en que haya viento. Se puede hallar esta información en la web: www.polenes.com. La concentración es alta cuando los valores están por encima de 5.000. Si no se puede evitar salir afuera puede ser conveniente llevar una mascarilla.
  2. También se debe evitar ejercitarse en lugares y horas en que hay congestión de tráfico o los niveles de contaminación son elevados.
  3. Las lentes de contacto facilitan que el polen se acumule en los ojos. En cambio las gafas los protegen.
  4. Si se seca la ropa en el interior o en secadora se reduce la exposición al polen.
  5. Si no se conoce qué causa la alergia, hay que aspirar las alfombras y suelos para reducir la exposición a ácaros, polvo y pelos. Y evitar los ambientes cargados con humo de tabaco.
  6. Conviene mantener la humedad ambiental en torno al 40% (se puede utilizar un deshumidificador, vaciando el agua diariamente). Los purificadores de aire con filtros de alta eficiencia y los aparatos de aire acondicionado ayudan a reducir las partículas en suspensión.
  7. Las duchas nasales con una solución templada y ligeramente salina alivian la irritación y limpian el polen que se acumula en las fosas.
  8. Lavarse el pelo por la noche lo limpia del polen acumulado durante el día.
  9. Un exceso de proteínas puede aumentar la reactividad del sistema inmunitario. Los alimentos ricos en omega-3 tienen efectos antiinflamatorios que pueden ser beneficiosos en caso de alergia.
  10. Los colchones pueden cubrirse con un plástico a prueba de alérgenos y las sábanas y fundas de almohadas lavarse semanalmente en agua caliente con un detergente libre de fragancia.

Acupuntura para prevenir los síntomas de alergia

Las encuestas indican que una de cada tres personas que acude a la consulta de un acupuntor para tratarse la alergia queda satisfecha con los resultados. Una de ellas es Paulina García, que halló en la acupuntura la solución que no había encontrado en otras terapias.

"Sufro de alergia a los ácaros desde la adolescencia y a partir de los 20 años comencé a probar remedios naturales, porque los antihistamínicos me daban sueño e incluso palpitaciones. Creo que nos falta información suficientepara tomar la mejor decisión. Yo probé con las flores de Bach, con la kinesiología y con cambios en la dieta. Sé que a otras personas les han funcionado, pero yo solo noté algo al principio. Finalmente pensé en la acupuntura. Los síntomas no han desaparecido totalmente, pero son mucho más llevaderos", nos explica.

La alergia es una de las indicaciones demostradas de la acupuntura según la OMS. Los médicos tradicionales chinos afirman que suele estar relacionada con una debilidad del sistema bazo-páncreas.

La alergia primaveral se vincula al aumento del calor externo que se suma a un posible exceso de calor interno. La acupuntura regula este último para que permanezca en los niveles adecuados.

Se recomienda realizar un tratamiento de 8 a 12 sesiones unas tres semanas antes de la temporada. La acupuntura puede combinarse con otros tratamientos para conseguir mejores resultados.

Terapia para tratar la alergia en balnearios

Gloria Ruiz tiene 50 años y desde hace diez acude a un balneario durante las dos últimas semanas de febrero.

"Empecé buscando una solución desesperada, porque la llegada del polen era para mí un drama que no se solucionaba con los medicamentos, que me dejaban tirada –explica–. No fue el milagro que esperaba, pero me di cuenta de que los síntomas no eran tan intensos y de que me encontraba mejor en general. A partir de la visita al balneario comencé a interesarme por la alimentación natural y la relajación. Era lo que necesitaba, porque llevaba un estilo de vida muy despreocupado y acelerado. Cuando apareció la alergia también estaba atravesando una crisis de pareja".

En los balnearios el paciente entra en contacto con los elementos que transporta el agua, como por ejemplo el yodo, el azufre, el radón o el gas carbónico. La sal, el magnesio y el calcio resultan beneficiosos para las mucosas respiratorias.

Los masajes y las técnicas que implican un estímulo a través del contraste de temperatura, como la sauna o los baños alternos, regulan la respuesta de los sistemas nervioso, vegetativo y hormonal, lo que se traduce en una respuesta inmunitaria menos exagerada.

Por otra parte, las personas que visitan los balnearios suelen buscar también una alimentación sana, el contacto con la naturaleza y actividades físicas que favorezcan una respiración profunda y relajada (andar, nadar, yoga, tai-chí...). Todo es eficaz para modificar la respuesta del organismo.

En España existen varios balnearios con tratamientos específicos para las alergias respiratorias y cutáneas, como Pallarés, en Alhama de Aragón (Zaragoza); Sicilia, en Jaraba (Zaragoza); Blancafort, en La Garriga (Barcelona); Orión, en Sta. Coloma de Farners (Girona); Archena, en Archena (Murcia); y Alceda, en Ontaneda (Cantabria).

Las plantas medicinales, aliadas contra la alergia

Pablo Gómez nos cuenta: "Los síntomas de alergia me sorprendieron hace tres años. Fui al médico y como solo me aparecían ocasionalmente y al visitar determinado lugar me prescribió un antihistamínico y un inhalador. Probablemente tengo alergia a algún tipo de moho. No me hacía gracia tomar medicamentos con una lista de efectos secundarios tan extensa, así que acudí a un herbolario de confianza para que me recomendara algún remedio a base de plantas. Lo tomo antes de ir a la casa en cuestión y las molestias se han reducido considerablemente", añade.

La relación de plantas antialérgicas es extensa. A Pablo le aconsejaron dos grandes clásicos –la ortiga y la raíz de regaliz–, combinadas con pastillas de quercitina, un notable antihistamínico natural.

La forma más cómoda y eficaz de tomar la ortiga es en forma de cápsula de extracto seco cada cuatro horas. Alivia los síntomas, no es tóxica y es una fuente importante de hierro y otros minerales y vitaminas.

Las cualidades antialérgicas de la raíz de regaliz se han demostrado en numerosos estudios. Se atribuyen a su capacidad para aumentar la vida media de la hormona antiinflamatoria cortisol, al tiempo que reduce los efectos no deseados en otras zonas del cuerpo.

La dosis es de 200 a 800 miligramos diarios de glicirricina durante seis semanas. Pero no se debe tomar si se sufre hipertensión o glaucoma.

La quercitina es un bioflavonoide obtenido a partir del trigo sarraceno y las frutas cítricas y abundante en las cebollas. Contribuye a estabilizar las membranas de las células que producen la histamina, sustancia causante de las molestias de los alérgicos.

Para obtener el máximo beneficio conviene tomar los suplementos de quercitina una o dos semanas antes de que comience la estación del polen y continuar hasta que termine, ya que su efecto es preventivo. Se puede tomar sola (400 mg dos veces al día) o combinada con vitamina C u otros bioflavonoides, como rutina o hesperidina.

Algunos estudiosos recomiendan tomarla conjuntamente con bromelina, una mezcla de enzimas derivadas de la piña que puede ayudar a una mejor absorción y además tiene efectos antiinflamatorios.

Otras preparaciones eficaces para calmar las molestias son el extracto de pepita de uva y de petasites (Petasites officinalis), las perlas de ajo o las decocciones de hiedra, tomillo y marrubio, que poseen acción broncodilatadora.

Para obtener el máximo beneficio conviene tomar los suplementos de quercitina una o dos semanas antes de que comience la estación del polen.

Suplementos dietéticos para paliar los síntomas de alergia

Tamara Alves fue diagnosticada de asma a los dos años de edad, cuando sus padres la llevaron a los servicios de urgencia de un hospital público. Las pruebas determinaron que sufría alergia al polen de gramíneas.

Hasta los 17 años recurrió a pastillas antihistamínicas e inhaladores para tratar los ataques, que describe como "terroríficos". Los días que se olvidaba del inhalador estaba al borde del ataque de pánico.

Hace un año inició el programa de inmunización en la Seguridad Social, pero todavía no ha notado los resultados. "Un amigo me habló de una doctora ortomolecular y me pareció interesante, porque los minerales y vitaminas no tienen los efectos secundarios de los medicamentos".

La doctora modificó su dieta, eliminando los productos refinados y la leche. Para reducir la ingesta de trigo, le enseñó a preparar otros granos, como el mijo y la quinoa, y le recomendó que aumentara la ingesta de alimentos rojos y amarillos para incrementar el aporte de vitamina A, que apoya la salud de las mucosas.

Además le prescribió suplementos de calcio, magnesio y vitaminas del grupo B para relajar los bronquios y reforzar el equilibrio del sistema nervioso.

"Me siento mejor en general, he aumentado mi seguridad con la dieta, pues antes temía no estar haciéndolo bien y espero que esta primavera la alergia no sea tan intensa", manifiesta Tamara.

Técnicas mentales para afrontar la alergia

Las técnicas de control de estrés están indicadas en los casos en que la ansiedad parece ser un desencadenante de los síntomas.

Una técnica interesante que se puede realizar en solitario consiste en visualizar el proceso completo de la alergia, incluyendo la presencia del alérgeno, la reacción exagerada del sistema inmunitario, la influencia de los pensamientos y las emociones.

La influencia de la sugestión en la alergia se demuestra con un sencillo experimento: una persona que se sabe alérgica a las rosas puede reaccionar con todos los síntomas ante una flor de plástico.

Por eso algunos expertos recomiendan la hipnosis, una terapia contra la alergia avalada por estudios científicos como los llevados a cabo en la Universidad de Basilea (Suiza) o en el Hospital Wythenshawe, en Manchester (Reino Unido).

La opción de Fernando Gil fue la autohipnosis. Como psicólogo familiarizado con la hipnosis, creía que esta podría disminuir la congestión y le ayudaría a reducir las dosis de los medicamentos que estaba tomando.

Y efectivamente fue eficaz, "incluso más de lo que yo esperaba", dice Fernando, que antes de su autoterapia se veía obligado a usar el broncodilatador diariamente. "Ahora recurro a él una o dos veces a la semana como máximo", añade.

De la mano de un terapeuta experto es posible aprender una técnica de autohipnosis en una sesión de dos horas.

También es eficaz la hipnosis guiada por el terapeuta; pero Fernando advierte que es necesario acudir a un profesional serio. "Para mí no lo es si durante el trance dice cosas como: ‘ya no te sentirás mal por culpa del polvo’. Su objetivo debe ser fomentar la capacidad del paciente para mantenerse relajado en cualquier situación".

Homeopatía personalizada

Los síntomas de alergia son uno de los principales motivos que llevan a los pacientes a la consulta de un homeópata por primera vez.

De hecho, fue el homeópata británico C.H. Blackely el primero en relacionar los síntomas estacionales de moco y estornudos con el polen en 1871. Desde entonces, la homeopatía ha realizado numerosos avances en el tratamiento de las alergias.

A Olivia Teixidor los síntomas de alergia la cogían por sorpresa. Unos años aparecían durante la primavera y otros en otoño o invierno. "No sabía a qué era alérgica, pero estaba convencida de que el problema estaba en mí, no ahí afuera. Desde hace tres años voy al homeópata y ahora sé cuándo reacciono y por qué. Me pasa cuando estoy a disgusto y no acabo de tomar una decisión. El homeópata me ha indicado un remedio que tomo regularmente, y durante las crisis, que ahora son más espaciadas y suaves, tomo otro".

El homeópata busca entre cientos de remedios elaborados a partir de sustancias orgánicas y minerales aquellos cuyas propiedades coinciden con las características del paciente y los síntomas de la enfermedad.

Por eso es común que en los casos de alergia respiratoria se indique el medicamento Allium cepa, elaborado con cebolla, dado que esta provoca lagrimeo y mucosidad líquida.

Como los remedios contienen dosis prácticamente indetectables del principio activo, no producen efectos secundarios. Pero actúan sobre la capacidad de respuesta del cuerpo y le aportan información muy precisa.

Por otra parte, existe una inmunoterapia homeopática que consiste en administrar dosis ínfimas de la sustancia a la que se es alérgico y que consigue un alivio considerable tras la primera semana de tratamiento en el 80% de los casos, según un artículo publicado en una de las revistas médicas internacionales de referencia, The Lancet.

Un medicamento caro pero eficaz contra la alergia

Las pastillas Grazax, un extracto liofilizado de polen que debe tomarse diariamente durante tres años, están resultando muy eficaces ante la alergia al polen de las gramíneas.

Los efectos secundarios no suelen pasar de picores en la boca, los oídos y la garganta. En ocho años no se ha producido ninguna reacción grave.

El objetivo es que el sistema inmunitario no rechace al alérgeno. Es por tanto un tratamiento curativo, no sintomático como los antihistamínicos o los corticoides. Y una alternativa a las inyecciones de desensibilización, que resultan dolorosas y deben administrarse de tres a cinco años.

El principal inconveniente de Grazax es su precio: aunque está incluido en la seguridad social, cuesta 42 euros mensuales.

Pequeño botiquín de remedios homeopáticos

En 1871, el homeópata C.H. Blackely fue el primer médico que vinculó los síntomas alérgicos con la aparición del polen primaveral. Desde entonces esta medicina ha desarrollado numerosos remedios para la alergia.

El tratamiento homeopático óptimo para la alergia solo puede indicarlo un profesional experimentado que conozca a fondo al paciente y la potencia de la dosis más adecuada en cada fase de la enfermedad.

Por otro lado, existen medicamentos que pueden formar parte del botiquín casero. Pero es preferible usarlos con conocimiento de causa.

  • Allium cepa. Es la primera opción ante los síntomas típicos de alergia respiratoria, como lagrimeo, picor de nariz y abundante descarga de mocos fluidos y transparentes. Puede combinarse con Euphrasia.
  • Apis. Cuando la garganta está inflamada y se sufre sensación de opresión en el pecho. También cuando se experimenta urticaria e hinchazón de la cara (párpados, bolsas de los ojos...). Se puede sentir además que la piel está extremadamente sensible al contacto.
  • Arsenicum. Las lágrimas casi queman y los síntomas empeoran tras la medianoche. El paciente tiende a sentir frío, tose, se mueve en la cama, tiene dificultades respiratorias y se encuentra ansioso.
  • Kalium bichromicum. Cuando la mucosidad es espesa y amarilla. Las descargas son más abundantes al exponerse al frío o al aire libre.
  • Natrum muriaticum. Adecuado para quienes sufren ataques recurrentes durante la primavera y para quienes muestran los síntomas después de haber sufrido un estrés emocional, especialmente el debido a una pérdida.
  • Nux vomica. Los síntomas son peores dentro que fuera de casa. Por la noche la nariz se congestiona. El paciente es sensible al frío.
  • Pulsatilla. El moco fluye por el día y se congestiona por la noche, sobre todo si hace calor en el dormitorio. Estado de ánimo inestable e impresionable.
  • Sulphur. Los síntomas empeoran cuando sale el sol. La mucosidad fluye más fuera de casa que dentro.