Desde el momento de nacer hasta el último suspiro dependemos de la respiración. No es de extrañar que esta esté relacionada con la vida y con la energía y, por supuesto, con la salud. La respiración del bebé por la nariz le permitirá, gracias al olfato, acercarse al pezón de la madre y comenzar a mamar.

En la medicina ayurvédica la respiración nasal es importante: nutre y limpia los canales por donde circula el prana o energía vital, que es fuente de salud y de vida.

El que respira bien por la nariz siente bienestar físico, psicológico y espiritual.

Tomar conciencia de la respiración por la nariz es un acto sencillo que mejora el control sobre el cuerpo. Cuando falla, se pierde protección ante el medio ambiente, pues la respiración nasal pone en marcha el sentido olfativo, que avisa de si el entorno es saludable o no y de si debemos o no permanecer en él.

La importancia de respirar por la nariz

Además de potenciar el olfato y protegernos ante peligros indeseados, estas son otras de las funciones que cumple la respiración nasal:

  • Permite reaccionar al frío o al calor, no solo con los cambios de vasodilatación en las fosas nasales, sino provocando una reacción en todo el sistema termorregulador.
  • Ayuda a controlar el aire y la energía que se necesitan según la actividad física que se realice.
  • Facilita el control del pH acelerando o ralentizando la respiración y evita la acidosis o la alcalosis respiratoria.
  • Contribuye a regular la temperatura y la humedad de senos nasales, cuerdas vocales y pulmones. Cuando se inspira por la boca se pierde la función de la nariz de calentar y humedecer el aire, de controlar las bacterias y los virus, y de olfatear el ambiente para ver si hay olores desagradables que indiquen que algo nos puede perjudicar.
  • Con la respiración nasal se regulan fenómenos endocrinos, metabólicos y relacionados con la reproducción y con la regulación del sueño y la vigilia. También influye en el aprendizaje y en la memoria.

Medir el esfuerzo con la respiración

Larespiración nasal permite asimismo controlar el esfuerzo. Por eso muchos atletas intentan tomar el aire por la nariz. Así sabemos si podemos aumentar el esfuerzo en nuestra actividad física o si nos estamos excediendo:

  • Cuando se está soportando bien el esfuerzo y se mantiene una buena oxigenación se sigue respirando por la nariz: estamos dentro de nuestra área permitida de fatiga para el entrenamiento.
  • Cuando se tiene que echar mano de respirar por la boca se está en situación de sobreesfuerzo.

Al inspirar y al espirar

Si no se inspira por la nariz, la capacidad de humedecer y calentar el aire inspirado se suple con otros mecanismos de las vías respiratorias.

Pero la capacidad de recuperar energía que el cuerpo pone en marcha al expulsar el aire, y que se llama entalpianasal, no se puede suplir. Por ello también es importante expulsar el aire por la nariz.

Por todo ello, conviene tomar conciencia de la respiración y respirar por la nariz siempre que se pueda y, si existe alguna dificultad, se ha de intentar corregirla para poder respirar bien.