El suelo pélvico y el sistema digestivo son una pareja de baile muy desconocida, pero están íntimamente relacionados por vías hormonales, por relaciones puramente mecánicas y por proximidad.

A menudo las personas que creen tener un problema con el suelo pélvico necesitan cambios nutricionales para desinflamar y mejorar el tránsito digestivo. Si el sistema digestivo tiene problemas, el suelo pélvico también los tendrá, tarde o temprano.

Tal como ya hemos hablado en este otro artículo, el suelo pélvico es la parte inferior de una gran globo, la esfera abdómino-pélvica. El interior de esta esfera está lleno, no hay espacios vacíos.

Dentro de la esfera, están todos los órganos digestivos: hígado, estómago, 6 metros de intestino delgado y 1‘5 metros de intestino grueso.

Justo debajo de ellos, entramos en territorio pélvico. Allí viven el útero, los ovarios y la vejiga. El suelo pélvico sostiene todo este peso, con la ayuda de la faja abdominal (transverso del abdomen) y de todo el sistema de sujeción del cuerpo, tensado por una postura correcta.

Inflamación intestinal y suelo pélvico

Una de las situaciones más frecuentes en el día a día es ver personas con una inflamación intestinal crónica. Muchas van al médico y las analíticas salen bien, pero las molestias continúan. Tienen la barriga hinchada, las digestiones son pesadas, necesitan un tiempo de recuperación después de las comidas, retienen líquido, van de vientre con dificultad o tienen diarrea, y si se aprietan la barriga les duele.

La inflamación es la respuesta de un tejido ante algún tipo de agresión. Un intestino inflamado, más allá de los síntomas que dé, no es algo bueno, significa que algo le pasa a nuestro sistema digestivo.

Teniendo en cuenta que el cuerpo se construye y se repara con lo que el sistema digestivo absorbe, nos interesa que funcione bien. Un intestino inflamado tiene menor capacidad de absorción de nutrientes, sin duda.

Más allá de la afectación global que supone para la calidad de los ladrillos con los que se construye el cuerpo, la inflamación intestinal es un problema directo para el suelo pélvico.

Una estructura inflamada, ocupa más espacio. Cuando nos pica un bicho, se inflama la zona: se vuelve roja, caliente y sobretodo, más voluminosa. Esa misma reacción la tiene cualquier tejido del cuerpo cuando se inflama.

Imagina los 6 metros de intestinos, inflamados. A nivel de volumen, el aumento es considerable. Este intestino que ahora ocupa mucho más espacio, está dentro de la esfera, pero la esfera ya estaba llena desde el principio, por lo tanto, ahora hay mucha más presión que antes. Este aumento de presión lo reciben, de forma directa, el suelo pélvico y todas las estructuras pélvicas.

Síntomas del exceso de presión sobre el suelo pélvico

El exceso continuado de presión está relacionado con:

  • Prolapso (caída de órgano pélvico: útero, vejiga, recto…).
  • Inflamación vulvar: la dificultad de retorno de la sangre no permite la limpieza correcta de los tejidos, que se inflaman como defensa.
  • Síntomas de infección de orina (sin bacteria).
  • Debilidad del suelo pélvico.
  • Incontinencia urinaria.

La lista es más larga. El exceso de presión es uno de los principales enemigos del suelo pélvico y la inflamación intestinal es una causa directa del aumento de presión.

Inflamación intestinal y abdomen hinchado

Muchas barrigas prominentes son hijas de la inflamación intestinal. En el cuerpo humano hay jerarquías. Los órganos y, sobre todo, las vísceras, mandan sobre los músculos; es decir, los músculos están al servicio de los órganos. Si una víscera se inflama ocupa más espacio y el cuerpo tienen que relajar los músculos abdominales. A las vísceras no les gusta que las aprieten, y si están inflamadas, menos. Los músculos se “apartan” para dar espacio a sus vísceras.

Por eso la inflamación intestinal, aunque no de síntomas, genera barrigas prominentes, incluso en cuerpos delgados. Simplemente la musculatura abdominal se relaja, se distiende para dar espacio y los intestinos caen hacia delante, generando barrigas.

Más allá de un tema estético, la relajación de la faja abdominal aumenta la presión sobre el suelo pélvico, que sufre las consecuencias. Por lo tanto, la rehabilitación del suelo pélvico mientras existe una inflamación intestinal no es la mejor opción, porque activaríamos un músculo que no quiere ser activado por "respeto" a los intestinos.

Yo no soy nutricionista, pero actualmente existe un consenso sobre los alimentos que generan inflamación intestinal. Es prudente e inteligente alejarse, lo máximo posible, de este tipo de ingredientes:

  • Azúcar
  • Harinas refinadas y cereales con gluten
  • Grasas saturadas
  • Aceites vegetales refinados
  • Refrescos
  • Alimentos ultraprocesados
  • Comida precocinada
  • Dulces y bollería
  • Carnes rojas y embutidos
  • Leche, queso y yogur de vaca
  • Pizzas, patatas chips…

Estoy segura de que no te descubro nada nuevo. Sólo aporto una nueva perspectiva para mejorar tu alimentación, esta vez, desde el suelo pélvico.

Dieta antiinflamatoria

En los siguientes artículos encontrarás información y consejos prácticos para crear menús antiinflamatorios que sirven para prevenir y tratar la inflamación intestinal: