Se calcula que unos 9 millones de personas en nuestro país –principalmente mujeres– padecen mala circulación en las piernas. Y estas cifras van en aumento debido a los hábitos de vida inadecuados. La vida sedentaria y, sobre todo, permanecer muchas horas de pie favorecen la pesadez de piernas.

Durante los meses de verano se acentúan los síntomas, debido al calor y a las altas presiones atmosféricas, que ocasionan inflamación y dolor, sobre todo de las rodillas a los pies. La farmacopea tradicional solo consigue minimizar suavemente las molestias. El tratamiento de fondo de la medicina naturista puede, en cambio, mejorar sustancialmente el problema.

Los riesgos de no tratar la mala circulación de las piernas

La mala circulación en las piernas puede ser arterial o venosa, y conviene que esa distinción la realice al principio un buen profesional.

  • La mala circulación arterial es menos frecuente, aunque potencialmente más grave porque puede poner en riesgo a la propia extremidad: en caso de obstrucción notable de una arteria, los tejidos que dependen de esa arteria quedan isquémicos y exponen la pierna a una gangrena.
  • La mala circulación por insuficiencia venosa es más frecuente. Puede presentar síntomas leves, como enrojecimiento cutáneo, sensación de piernas pesadas, pinchazos, tumefacción de la zona, picor, sensación de quemazón y dolor en tobillos y pies.
  • Si no se pone remedio a esta situación, con el tiempo podría complicarse en forma de varices o flebitis. La flebitis es la inflamación de una o varias venas, superficiales o profundas. Si se forma un coágulo en una zona de flebitis (tromboflebitis), este no suele dar más síntomas que dolor regional, calor, enrojecimiento y ligera hinchazón de la zona.
  • Resulta peligroso porque el coágulo formado puede desplazarse por el sistema cardiocirculatorio y llegar a obstruir una arteria lejos de donde se formó el coágulo. Si esto ocurre en el cerebro se denomina accidente vascular cerebral (AVC) o ictus, y es grave por las secuelas que puede ocasionar y porque resulta potencialmente letal.
  • Existe una relación directa entre piernas cansadas y varices, entre varices y flebitis, entre flebitis y tromboflebitis, y entre tromboflebitis y los accidentes vasculares cerebrales. Por suerte, esto no significa que todas las personas que tienen un problema de mala circulación en las piernas vayan a padecer un AVC. Pero sí que han de hacer todo lo posible para resolver esa situación.

Piernas cansadas y mala circulación: factores de riesgo

Tras la sospecha clínica por la presencia de los síntomas, la confirmación diagnóstica siempre se realiza a través de la imagen (ecografía, TAC o resonancia magnética). Sin embargo, hay diferentes factores de riesgo que pueden llevarnos a sufrir piernas cansadas y otras complicaciones derivadas de la mala circulación sanguínea en las piernas.

  • Obesidad, tabaquismo, sedentarismo...

Tienen mayor riesgo de padecer piernas cansadas, las personas obesas, las fumadoras, las que son sedentarias o permanecen quietas durante periodos de tiempo prolongados, las mujeres que toman la píldora anticonceptiva o precisan una terapia de sustitución hormonal (TSH) y las que tienen antecedentes familiares de trombosis.

Tras la sospecha clínica por la presencia de los síntomas, la confirmación diagnóstica siempre se realiza a través de la imagen (ecografía, TAC o resonancia magnética).

  • La retención de líquidos

Está relacionada con el sedentarismo, la falta de ejercicio y sobre todo con el cansancio. Desde el punto de vista de la medicina tradicional china, el cansancio (físico o psíquico) puede agotar la energía del bazo, uno de los órganos encargados de gestionar los líquidos del organismo, y generar edema y retención de líquidos. Por lo tanto el cansancio es una de las causas más frecuentes.

  • El estreñimiento

Es otro factor fundamental que favorece las piernas cansadas, pues el estancamiento abdominal se traduce en una dificultad circulatoria, no solo del retorno venoso, sino también del flujo linfático de las extremidades inferiores. Cualquier obstáculo para la elevación de la linfa desde las piernas, sea por estreñimiento o por obesidad, afecta directamente a la calidad de la circulación de las piernas. causas psicológicas o emocionales.

Tratamiento convencional para la mala circulación

La insuficiencia venosa y las flebitis superficiales más leves se tratan con medidas generales, como elevar las piernas mientras se está descansando y aplicar compresas de agua tibia. Las medias compresivas también alivian el dolor, igual que los fármacos antiinflamatorios. En caso de tromboflebitis, a veces el tratamiento propuesto pasa por la extracción quirúrgica del trombo.

La tromboflebitis de las venas profundas de las piernas merecen una atención y un seguimiento más de cerca, dado el riesgo que conlleva. La medicina convencional las trata con fármacos hipocoagulantes que evitan la formación de los trombos.

Es el caso de las personas que han sufrido una intervención quirúrgica y que regresan a casa con la indicación de inyectarse heparina o alguno de sus derivados en la barriga, por vía subcutánea, a fin de evitar la formación de trombos. Si la situación no es pasajera, como ocurre por ejemplo en personas muy obesas o de edad muy avanzada, suelen recibir tratamiento hipocoagulante con fármacos por vía oral (Sintrom).

Junto con las medidas generales citadas anteriormente, la mejor prevención de las piernas cansadas consiste en realizar ejercicio para mantener y mejorar el tono del sistema cardiocirculatorio. Caminar es un ejercicio ideal y, conforme se va ganando forma física, se pueden ir realizando otros ejercicios más vigorosos de acuerdo con la capacidad personal, como ir en bici o natación.

Por otro lado, peder peso resulta fundamental. Las personas obesas o con exceso de peso han de actuar a fondo para mantenerse dentro de su peso ideal. La dieta con poca sal y abundante fibra no solo ayuda en este sentido sino que también colabora en la prevención de la hipertensión arterial.

Hay que acostumbrarse a tomar abundante fruta y verdura, y evitar el alcohol o beberlo con moderación, pues tiene un efecto vasodilatador que empeora la mala circulación de las piernas.

Plantas eficaces que favorecen la circulación

Usadas con regularidad, algunas plantas medicinales mejoran la circulación venosa de las piernas (conviene consultar con un profesional antes de iniciar cualquier tratamiento con plantas):

  • Castaño de indias. Tal vez sea la planta que más beneficios aporta. Está indicada en problemas circulatorios de las piernas, varices, piernas hinchadas, calambres en las pantorrillas y dolor y pesadez en las piernas. Ejerce un efecto antiinflamatorio porque inhibe la enzima prostaglandina-sintetasa y, además, aumenta la resistencia capilar sanguínea. También ejerce un efecto antihemorroidal. Su extracto hidroalcohólico se toma a razón de 20-30 gotas tres veces al día, y las cápsulas a razón de 2 durante el desayuno y la cena.
  • Hamamelis. Sus flores estrelladas tienen propiedades astringentes gracias a su contenido en taninos, que favorecen la microcirculación y aumentan así la resistencia de los capilares sanguíneos. Se suele tomar 2 cápsulas con cada comida.
  • Rusco. Contiene ésteres saponósidos con acción vasoconstrictora y antiedematosa. Su contenido en rutósido mejora la resistencia de los capilares. Se toman 2 cápsulas en cada comida.
  • Vid roja. Es rica en taninos y antocianinas, que disminuyen la permeabilidad de los capilares sanguíneos y aumentan así su resistencia. Además, resulta astringente y vasoconstrictora, y favorece el retorno venoso. Se toman 2 cápsulas en cada comida. Al margen de los comprimidos, existen pomadas, ungüentos y geles que combinan estas plantas.

Yoga para mejorar el retorno venoso

Tumbado boca arriba, levanta las piernas y la espalda hasta la posición vertical con la ayuda de los brazos (dobla los codos y presiona la espalda con las palmas). Esta postura se denomina Sarvangasana o la vela. Descansa las piernas, los órganos internos y tonifica el sistema endocrino.

Una vez ahí, lleva las piernas por detrás de la cabeza hasta la horizontal y realiza movimientos de tijera intentando tocar el suelo con la punta de los pies. Vuelve a la postura original con las piernas hacia el cielo, permanece unos momentos así y baja poco a poco hasta el suelo. Los beneficios sobre las piernas se notan de inmediato.

Beneficios del agua fría para tratar las piernas cansadas

En esta época del año conviene acabar la ducha matinal con un chorro de agua fría en las piernas y repetir la misma operación por la noche antes de cenar.

Antes de la aplicación de una pomada que estimule el retorno venoso, se aconseja darse una ducha local fresca de corta duración, siempre en sentido de abajo arriba de las piernas. Asimismo, al aplicar la pomada, hay que masajear siempre las piernas de abajo arriba, desde el tobillo hasta media pierna.

Después de la aplicación es conveniente descansar algunos minutos en posición horizontal con las piernas un poco elevadas.

8 consejos para activar la circulación en las piernas

  1. Hay que evitar permanecer demasiado tiempo de pie, o alternar la elevación de un pie y otro con la ayuda de un pequeño taburete. También se puede caminar tramos cortos de forma vigorosa.
  2. Conviene evitar la ropa muy ceñida, especialmente las fajas y los calcetines muy apretados.
  3. Al llegar a casa se pueden descansar las piernas tumbándose boca arriba y flexionando las rodillas en ángulo recto con la ayuda de unas almohadas. Si además se realizan unos cuantos movimientos como si se pedalease con las piernas en alto, mucho mejor.
  4. Dormir con las piernas algo elevadas alivia la pesadez. Pueden alzarse con almohadas o elevar los pies de la cama con tacos de madera de 10 a 20 cm.
  5. Evitar el calor en las piernas, así como saunas, exposiciones solares prolongadas, depilaciones con cera caliente, etc.
  6. Utilizar un calzado cómodo que permita flexionar la planta del pie al caminar. Evitar la ropa y el calzado demasiado ajustados.
  7. Si se ha de viajar en avión o emprender trayectos largos en coche, hay que acordarse de hacer movimientos con las piernas para activar la circulación.
  8. Caminar por la orilla de la playa o de un río aporta un gran beneficio porque al producir vasoconstricción disminuye la inflamación, el edema, el calor local y por lo tanto el dolor de las piernas.