Puedes escuchar la meditación guiada de Lidia González aquí (no hace falta que te descargues el reproductor):

Nuestra mente puede realmente llegar a estar muy presente en nuestro día a día con millones de pensamientos que limitan nuestra percepción de la realidad y la manera en la que la habitamos, nos concebimos en ella o nos relacionamos con otras personas.

Sin embargo, si observamos la mayoría de esos pensamientos con suficiente distancia, pueden llegar a parecernos ocurrencias realmente graciosas, comparables a guiones enrevesados de películas. Esta meditación guiada te servirá para conectar con esa voz interna desde el humor.

Observar la voz de nuestra mente como algo gracioso

La realidad es que cuando observamos nuestros pensamientos como algo gracioso, dejamos de darles la autoridad que normalmente les otorgamos. De repente se vuelven absurdos y pequeños y, por tanto, pierden todo su poder sobre nosotros y sobre la manera en la que percibimos nuestra realidad, ya que accedemos una visión más transparente y libre, desde la cual el abanico de posibilidades se expande.

Los pensamientos son los creadores de nuestra percepción y también de nuestra respuesta emocional, por lo tanto si elegimos no tomárnoslos en serio cuando nos afectan negativamente, estamos contribuyendo a su vez a proteger y cuidar nuestro sistema emocional.

Esta manera de observar las intervenciones de nuestra mente, además, cultiva en nosotros una actitud de curiosidad y juego que nos conecta con nuestros niños interiores. Esto puede ser muy poderoso, ya que poco a poco estimula la transformación de una actitud seria hacia la vida y hacia la propia la experiencia interna, en una actitud de ligereza y alegría en que la forma en que percibimos la realidad se nos presenta como una aventura divertida a ser explorada.

Cómo meditar para tomarte a tu mente menos en serio

  • Encuentra un lugar cómodo donde sentarte en el que a la vez puedas mantener una sensación de alerta, y regálate este tiempo para ti sin distracciones.
  • Observa tu respiración tal y como es y date cuenta de las sensaciones que te produce: quizás cosquilleo alrededor de las fosas nasales o la temperatura al entrar y salir.
  • Comienza a observar tu experiencia interior. Las sensaciones, emociones y pensamientos presentes en este momento.
  • Date cuenta de cuáles son tus pensamientos presentes. Quizás se centran en el futuro: ansiedad, presión por conseguir algo, hacer algo o llegar a algún lugar. O quizás se centran en el pasado: recuerdos, miedos, sensación de amenaza en tu sistema, etc.
  • Puedes observar cuál es el efecto que te producen en el cuerpo mientras los observas atentamente.
  • Poco a poco puedes introducir la sensación de que estas intervenciones de la mente son ocurrencias graciosas. Cuestiónalas y siente que no tienen tanto peso.
  • Puedes para ello visualizar a tu mente como un personaje que te resulte divertido, un clown por ejemplo.
  • Siente esta práctica como un juego, con energía ingenua, desde la curiosidad y la ligereza de ese juego.
  • Desde aquí puedes sentir cuál es el efecto entonces en tu cuerpo, cuando en lugar de tomarte en serio a tus pensamientos los percibes desde este lugar de juego y te llegan como la voz de un personaje divertido. Siente tus sensaciones físicas.
  • Cuando lo sientas puedes abrir tus ojos, integrando esta práctica tan sencilla en tu día a día.