Cuando comenzamos a interesarnos por la sostenibilidad e intentamos vivir de una forma más consciente, es como si descubriéramos un mundo nuevo. De repente nos cuestionamos hasta el gel de ducha que utilizamos, y le declaramos la guerra al plástico.

Los datos son terroríficos, pero por suerte la sociedad y las multinacionales (las principales contribuyentes a este problema) cada vez están más concienciadas y ponen de su parte para reducir su contribución al problema.

Pero algo de lo que muchas veces no somos conscientes es de que gran parte de nuestro impacto se produce en un lugar que no esperamos: en la comida y los ingredientes que utilizamos en la cocina.

Las personas que intentamos reducir nuestro impacto medioambiental sabemos que consumir de proximidad, ecológico y de temporada es muy importante, pero además hay algunos ingredientes que debemos utilizar con moderación debido a su enorme impacto ambiental.

1 /4
anacardos-huella-ecologica. Anacardos

1 / 4

Foto: Stockfood

Anacardos

En los últimos años la popularidad de este ingrediente ha subido como la espuma, tanto por su espectacular y cremoso sabor como por su versatilidad.

El problema con los anacardos es también su huella hídrica, ya que para obtener un kilo de anacardos se necesitan más de 14.000 litros de agua, una cantidad bastante elevada.

Por otra parte, las condiciones de los trabajadores de la industria del anacardo (sobre todo, el procedente de Vietnam o la India) son poco éticas.

azucar-huella-ecologica. Azúcar de caña

2 / 4

Azúcar de caña

Aunque es cierto que cada vez usamos alternativas más saludables para sustituirlo en nuestras recetas, el azúcar sigue estando oculto en muchísimos alimentos procesados. Por otra parte, no todo el mundo puede permitirse gastar 7€ en un sirope de arce u otras alternativas.

Producir un kilo de azúcar requiere la misma cantidad de agua que la que bebe una persona durante dos años. Además, al ser un monocultivo, tiene un impacto en la biodiversidad, y el procesamiento y refinado del azúcar es extremadamente contaminante.

El manejo de los desechos contaminantes resultantes de estos procesos es también un gran problema medioambiental.

carne-ternera-huella-ecologica. Carne de ternera

3 / 4

Foto: Stockfood

Carne de ternera

Los científicos del IPCC (Panel Intergubernamental del Cambio Climático) que investigan las causas y consecuencias del calentamiento planetario nos han dicho que reducir los productos animales de nuestra dieta es necesario para evitar una catástrofe.

Según la FAO, el 90% de la deforestación del Amazonas se la debemos a la ganadería industrial. Cada hamburguesa de ternera significa unos 3,6-6,1 kg de CO2 y unos 2.400 litros de agua. Sin embargo, el IPCC confirma que el metano, ese gas efecto invernadero que los rumiantes expulsan, es de 28 a 34 veces más potente que el CO2, y cada hamburguesa significa unos 2,6 kilos de metano (que habría que sumar al CO2).

aguacate-huella-ecologica. Aguacate

4 / 4

Foto: Stockfood

Aguacate

Ese guacamole tiene más impacto medioambiental del que imaginas. Lo cierto es que el problema con los aguacates no tiene tanto que ver con su huella de carbono, sino más bien con la ingente cantidad de agua que se necesita para cultivarlos.

Además, muchos de los aguacates que consumimos vienen del otro lado del charco (de Chile o México), así que su impacto medioambiental es aún mayor si tenemos en cuenta su trayecto hasta nuestro plato.

Hoy en día podemos conseguir aguacates procedentes del sur de España, pero su gran demanda ha dado paso a unos graves problemas relacionados con los recursos hídricos que consume.

Para producir un kilo de aguacate son necesarios 1.000 litros de agua, lo cual es poco comparado con los que se necesitan para productos animales (más de seis veces más), pero el Gabinete de Estudios de la Naturaleza de la Axarquía ha señalado que si no se ponen medidas para regular y optimizar los procesos de su cultivo, los aguacates pueden llevar a la zona a un colapso hídrico.

Lo cierto es que todos los alimentos tienen un impacto medioambiental y no existe ningún ingrediente con impacto cero. El problema, en realidad, surge cuando la demanda se dispara o cuando comenzamos a cultivar ciertos alimentos de forma masiva o en un lugar que no le pertenece.

Lo que podemos hacer es consumir estos alimentos con moderación, tener en cuenta su procedencia y preocuparnos de las condiciones laborales que aquellas personas que han hecho posible que disfrutemos de ese alimento.