Cómo cuidar la microbiota oral para prevenir las infecciones respiratorias

Una flora sana en la boca y la garganta nos protege frente a los virus y ayuda a prevenir los resfriados. Estas son las claves para favorecer su equilibrio.

Cuidar microbiota oral para prevenir resfriados
Beth Jnr (Unsplash)

Cuando nos hablan de microbiota solemos pensar en las bacterias que habitan en el intestino, pero la microbiota es el conjunto de microorganismos que viven en todo nuestro cuerpo, en el intestino, en la piel, en la mucosa vaginal o en la boca. Entre esas bacterias encontramos muchas que son amigas y otras muchas que no lo son tanto. Sea en el intestino, en la piel o en la boca, lo importante es que haya un equilibrio entre las diferentes bacterias y que puedan cohabitar de forma armónica.

Cuando la microbiota está equilibrada hablamos de eubiosis; cuando está desequilibrada, tenemos una disbiosis. Tener una microbiota oral en eubiosis, es decir, una flora bacteriana en la boca y en la garganta equilibrada, nos ayuda a prevenir los resfriados y otras infecciones respiratorias.

Cómo mantener sana la microbiota de la boca y la garganta

Primero de todo conviene saber que las distintas mucosas del cuerpo están conectadas y que el desequilibrio en la microbiota de una de ellas puede acabar afectando a las demás. Por eso, la primera recomendación sería cuidar la microbiota intestinal.

En segundo lugar, hay un factor clave a la hora de mantener una microbiota oral sana y prevenir los resfriados y otras infecciones es respirar por la nariz. La respiración nasal tiene muchas ventajas:

  • Al respirar por la nariz, las vellosidades nasales filtran el aire atrapando una parte de las partículas que lo ensucian e impidiendo que pasen al interior del tracto respiratorio.
  • Además, la mucosa nasal tiene capacidad para segregar linfocitos T, que serían los soldados de primera línea de frente del sistema inmunitario cuando se produce una infección.
  • Otra ventaja de respirar por la nariz es que el aire entra en los senos maxilares. Los senos maxilares, unos huecos que tenemos en los huesos del maxilar superior, están tapizados por una mucosa que produce óxido nítrico, de acción antivírica y antibacteriana.

Si no tienes interiorizada la respiración nasal o tienes dificultades por algún motivo, las técnicas de pranayama que ayudan a entrenarla te pueden resultar útiles.

También conviene hacerse lavados nasales por la noche si tenemos mucha mucosidad.

Algunos fármacos, etapas de cambio hormonal como la menopausia o la adolescencia, el estrés o una dieta desequilibrada pueden alterar la microbiota oral.

Los mejores hábitos y remedios naturales

Además de cuidar la respiración como medida básica, hay muchas otras cosas que puedes hacer para favorecer el equilibrio bacteriano en la boca y en la garganta:

  • Evita el uso indiscriminado de colutorios, que suelen ser agresivos con la microbiota oral. Usar un colutorio puede ser útil en determinados momentos, pero si no hay inflamación y hay una buena higiene dental no es necesario utilizarlo cada día. Opta preferiblemente por un colutorio natural.
  • Evita, a ser posible, la toma frecuente de fármacos como antibióticos o antidepresivos.
  • Reduce tus niveles de estrés, uno de los grandes enemigos de una microbiota sana. En una situación como la actual, con una pandemia en curso, son frecuentes los miedos, que alimentan el estrés. Si es tu caso, las flores de Bach Mimulus y Aspen pueden ayudar.
  • Puede ser útil ayudar al hígado y favorecer su limpieza, por ejemplo bebiendo el agua de hervir alcachofas.
  • El oil pulling, un buen enjuague hecho con aceite vegetal, limpia la boca en profundidad y frena la proliferación de los virus, pues al tener estos una membrana liposoluble son arrastrados por el aceite. Se trataría, cada mañana y en ayunas de hacer un enjuague a fondo con una cucharada de aceite de sésamo o de coco (o, en su defecto, de oliva). Puedes añadir una gota de aceite esencial de romero verbenon, de buena calidad. En teoría este enjuague debe hacerse durante unos 20 minutos, pero puedes empezar con un poco menos de tiempo y asegurarte de hacerlo a fondo.
  • Después del oil pulling, puedes hacer gárgaras con agua oxigenada (unas gotas diluidas en 10 partes de agua). Esto ayuda a limpiar bien la zona de las amígdalas donde se acumulan los patógenos sin dañar la microbiota oral.
  • Como uso preventivo frente a los virus, otros aceites esenciales que pueden ser útiles son los aceites esenciales de laurel, ravintsara y árbol de té. Puedes diluir 5 gotas de cada con un aceite vegetal de calidad, por ejemplo de caléndula, frotar la mezcla en las manos e inhalar el aroma. Desde la homeopatía, como remedios preventivos, se propone tomar Gelsenium y Arsenicum album 30 CH, 3 gránulos en días alternos, durante tres semanas

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