Mireia Grossmann Camps es osteópata y fisioterapeuta especializada en suelo pélvico. Su libro El suelo pélvico al descubierto (RBA) es una guía indispensable para descubrir los secretos de una zona del cuerpo a la que históricamente se le ha prestado poca atención. De esta musculatura, a pesar de estar relacionada con multitud de problemas de la salud, se continúa hablando más bien poco.

–Hay mujeres que no compartirán esta entrevista en sus redes –aunque deberían hacerlo por el bien de muchas otras– por vergüenza. ¿Los problemas de suelo pélvico siguen siendo un tema tabú?
–Cada día menos, pero sí. Sin duda, el mundo entre las piernas sigue siendo un mundo de silencios y de vergüenzas. Por eso es tan importante hablar abiertamente, para informar, para normalizar, para explicar problemas, pero también para conocer que existen soluciones. Y lo más importante, hay que hablar del suelo pélvico para que las mujeres sepamos que no estamos solas, que tenemos problemas y situaciones comunes.

–Y esos problemas no van solo de sufrir incontinencia...
–Claro. La incontinencia urinaria es el mundo más conocido de los síntomas relacionados con los problemas con la musculatura pélvica porque es el mundo del que nos atrevemos a hablar. Es el síntoma más “popular”, pero no el más extendido. El suelo pélvico sujeta y controla los sistemas urinarios, ginecológico y defecatorio. Por lo tanto, cualquier problema del mundo miccional (pipís), ginecológico y sexual o defecatorio (fisuras anales, estreñimiento, hemorroides…) es territorio de fisioterapia del suelo pélvico.

La clave está en la musculatura

–¿Todo esto depende de esta musculatura?
–El suelo pélvico es la musculatura que tapiza el suelo de la pelvis, pero no trabaja solo. Forma parte de una esfera, la esfera abdómino pélvica. Esta esfera funciona como un globo. La parte de abajo es el suelo pélvico, las paredes del globo son el transverso del abdomen, el músculo más profundo del grupo de abdominales, y nuestra faja natural, y, finalmente, el techo del globo es el diafragma, el gran músculo respiratorio con su forma de paraguas, que cierra el espacio abdominal por arriba.

–¿Por qué se debilita esta musculatura?
–Por muchas razones, pero una de las principales es la presión sostenida. Como he comentado, el suelo pélvico es un sistema de presiones, como un globo. Cuando al globo lo apretamos desde arriba se abomba por abajo, ¿cierto? En nuestro globo corporal, el suelo pélvico es quien se abomba por abajo al recibir presión. Por eso la presión sostenida es uno de los factores directos de debilidad muscular en esa zona.

–A muchas mujeres les puede resultar difícil identificar que esa musculatura está débil... ¡Si muchas veces ni siquiera se sabe de su existencia!
–Y ese es precisamente otro de los caminos que pueden llevar a la debilidad de esa musculatura: su desconexión del esquema corporal. Si una zona del cuerpo está bien conectada, el cerebro invierte en ella más neuronas, tanto motoras como sensitivas, eso quiere decir, más sensibilidad y más fuerza.

Si un músculo está bien representado en el esquema corporal, en el cerebro, estará mejor vascularizado, es decir, lleno de sangre, y eso significa, lleno de vida. El problema es que el suelo pélvico está muy mal representado en el cerebro, es una zona que sentimos poco y miramos menos. Afortunadamente el cerebro es plástico, es decir, se adapta a la demanda.

La fisioterapia del suelo pélvico te ayuda a conectar, a poner atención, a ubicar el suelo pélvico en el esquema corporal, es decir básicamente conecta neuronas.

































































































































–¿Qué ocurre cuando, por fin, logramos conectar con el suelo pélvico?

–Que lo movemos. Estaremos de acuerdo que el suelo pélvico es un músculo que movemos, es decir, contraemos más bien poco… Por lo tanto, no es de extrañar que se debilite por falta de movimiento. La poca movilidad es el tercer factor principal de la debilidad de este músculo.

Un músculo es una tejido que su función es contraerse, eso es su vida. Cuando un músculo se contrae se llena de sangre, y la sangre es la vida del tejido. La sangre aporta oxígeno, nutrientes, drenaje… Un músculo que se contrae es un músculo sano y fuerte.

El músculo que no se contrae es músculo con poca sangre, es decir, desnutrido, frágil y débil.

Las agresiones que sufre el suelo pélvico

–También dices que es un músculo que muchas veces sufre agresión...
–Sí. La agresión es otra de las causas de su debilidad. Cuando un músculo vive una agresión tiene dos opciones: enfadarse mucho y contracturarse o desconectarse, por supervivencia. Un tacto poco respetuoso o impuesto, una cicatriz, un susto, un dolor, un parto duro, un estado de congestión permanente… todo eso puede ser vivido como una agresión. Cada músculo asume ese impacto como puede, algunos se defienden, otros se rinden.

–Está de moda correr, el crossfit… ¿Son actividades que pueden agredir a nuestra musculatura pélvica?
–Sí, sin duda la afectan. Son actividades que producen impacto y presión sobre el suelo pélvico. No es que correr o practicar crossfit sea malo, sino que son duros para el suelo pélvico. Aunque con una buena supervisión se puede minimizar mucho el impacto. Evidentemente, los efectos de este impacto varían totalmente entre una mujer y otra. No se parecen en nada las repercusiones que puede tener el impacto en una chica de 20 años, en una mujer en postparto que en una mujer de 40 o de 60. Prefiero hablar de ejercicios mal hechos y suelos pélvicos poco preparados antes que de deportes buenos o malos.

Cómo podemos ejercitarlo

–¿Cómo podemos preparar el suelo pélvico?
–La clave es aprender a protegerlo: cuidando nuestra postura, conectando nuestra faja abdominal, aprendiendo a sentir lo que es bueno para nuestro suelo pélvico. La fisioterapia del suelo pélvico nos ayudará a conocer lo que necesitamos.

–¿Qué tiene que ver nuestra postura con el suelo pélvico?
–La postura y el suelo pélvico son pareja de baile. Una postura erguida y desplegada permite al suelo pélvico respirar. Cuando una postura se derrumba, lo hace sobre el suelo pélvico, congestionándolo y agotándolo.

–¿La gimnasia hipopresiva es la gran solución contra los problemas de suelo pélvico?
–La gimnasia abdominal hipopresiva es una gran solución, pero no es LA solución. Hay otros métodos corporales para despertar faja abdominal y reeducar postura.

Yo siempre insisto en eso, porque la gente cree que solo existen los hipopresivos (las hipos, para los amigos). Los hipopresivos son una herramienta potentísima pero también peligrosa, porque es muy técnica, requiere de un aprendizaje perfecto. Para mi el problema de los hipopresivos es que se han puesto de moda, y un ejercicio tan complejo y técnico puesto de moda, es un peligro.

Bien enseñados y bien aprendidos, los hipopresivos son una potente herramienta para levantar el suelo pélvico y la postura.

–¿Se puede recuperar el tono del suelo pélvico a todas las edades?
–El tono del suelo pélvico se puede recuperar siempre. Un músculo puede mejorar siempre, es cuestión de ejercitarlo. El tono se levanta sobretodo con trabajo postural, hipopresivos, método 5P…

Proteger el suelo pélvico

–¿Qué precauciones debe tomar una mujer tras el parto para proteger su suelo pélvico?
–Después del parto los tejidos están recién estirados y el cuerpo está reordenándose. El sistema está en su momento más frágil. Hay que minimizar las presiones sobre el suelo pélvico. Recordemos que es la parte de debajo de un globo. Hay que evitar que el globo se abombe por abajo.

¿Cómo saber si se está abombando? Puedes sentirlo (en forma de presión), o también puedes verlo en tu abdomen. ¿Verdad que cuando andamos estreñidas nuestro vientre se abomba hacia fuera al empujar? Pues eso es mucha presión, que cae sobre el suelo pélvico. Cuando la barriga se abombe hacia fuera el suelo pélvico se está abombando hacia abajo.

Norma de oro: Cuando cojas un peso (un niño, por ejemplo) hazlo sacando el aire, nunca levantes un peso aguantando la respiración.

Por otro lado, después de un parto sería más que recomendable hacer una valoración de suelo pélvico para ver como está todo y poder empezar a poner orden antes de tener síntomas y problemas.

–¿Qué le dirías a una mujer que no consulta sobre sus problemas de suelo pélvico por pudor o vergüenza?
–Le diría que lo que le pasa a ella también me pasa a mi, y a mi amiga y a mi madre. Que las mujeres compartimos problemas. Le diría que es solo una zona del cuerpo como otra cualquiera que le pide atención y mimo. Que busque ayuda de profesionales, porque los problemas no se arreglan solos, y en el suelo pélvico, como en la vida, posponer es complicar.

Para saber más...

  • Si te interesa el tema y quieres saber más, puedes comprar el libro El suelo pélvico al descubierto (RBA) aquí.