Rupert Sheldrake se formó como biólogo en la Universidad de Cambridge, donde también ha desarrollado parte de su labor como investigador. Estudió Filosofía e Historia de la Ciencia en la Universidad de Harvard y, a lo largo de su dilatada carrera, ha escrito, no sólo numerosas publicaciones científicas enormemente citadas como fuente de referencia, sino también 14 libros.

Una de sus hipótesis más revolucionarias es la existencia de los campos de resonancia mórfica que sugiere que la naturaleza tiene memoria y que cada sistema se forma a partir de un único campo mórfico con una memoria colectiva o asociada, y no a partir de leyes inmutables universales.

“Cada especie animal, vegetal o mineral posee una memoria colectiva a la que contribuyen todos los miembros de la especie y a la cual conforman”, asegura Rupert Sheldrake de quien la Editorial Kairós acaba de publicar en formato digital su libro Caminos para ir más allá. Prácticas espirituales en la era de la ciencia donde analiza cómo siete practicas cotidianas como el hecho de practicar un deporte, el ayuno, aprender de los animales, el cannabis y los psicodélicos, la celebración de festivales y días santos, los buenos hábitos y la amabilidad así como la oración pueden conducirnos a experiencias espirituales.

Sheldrake argumenta cómo estas practicas pueden llevarnos más allá de los estados de conciencia normales, familiares y cotidianos y abrirnos a formas expandidas de consciencia.

Esta obra es la continuación de La ciencia y las prácticas espirituales, en la cual este científico y explorador espiritual ya analiza lo que ocurre cuando incorporamos a nuestra vida siete practicas espirituales como la gratitud, la meditación, el conectar con la naturaleza y contemplar la belleza de un paisaje, la relación con las plantas, cantar en grupo, el realizar un ritual (presentes en muchas culturas sobre todo cuando hay un nacimiento o una muerte o un paso de una etapa a otra en la vida) o realizar una peregrinación.

–¿La espiritualidad y la ciencia son complementarias? ¿Por qué empezó a investigar sobre la espiritualidad?
–Soy científico y he dedicado mi carrera a la investigación, pero también estoy interesado en las prácticas espirituales. Empecé a meditar y a hacer yoga en los años setenta y encontré este campo cada vez más interesante, sobre todo después de mi estancia en la India donde estuve viviendo unos siete años. Por eso mi libro Ciencia y prácticas espirituales ofrece las dos caras de mi vida.

Pero además la ciencia también se une a las prácticas espirituales a través de un número cada vez mayor de estudios científicos sobre los efectos de la meditación, sobre los efectos de la conexión con la naturaleza, los beneficios del canto y de los mantras y la meditación.

En general estos estudios científicos demuestran que las practicas espirituales hacen las personas más felices, más sanas y más longevas.

–¿Es fácil experimentar un estado elevado de conciencia?
–Mucha gente tiene experiencias en las cuales se siente conectado con algo mayor que ellos, con una conciencia superior a la suya. En las experiencias místicas, que pueden ocurrir espontáneamente, incluso durante la niñez, la gente siente una presencia, una conciencia mayor y más inclusiva o una sensación de profunda conexión.

A veces estas experiencias ocurren en situaciones de emergencia, como en experiencias cercanas a la muerte.

Otras veces tienen lugar en un entorno natural. A veces también suceden estando estamos enamorados. Pero las prácticas espirituales constituyen un medio para aumentar la probabilidad de experimentar un estado de despertar y de abrirse a hacerlas posible.

–De las prácticas espirituales que ha analizado, ¿cuál de ellas practica con regularidad?
–Todas las practicas espirituales de las que hablo en mis libros La ciencia y las prácticas espirituales y Caminos para ir más allá son prácticas que yo mismo realizo. Cada libro analiza siete prácticas espirituales diferentes de un total de 14, aunque hay muchas más de las que no hablo como el yoga, el taichí o la dimensión espiritual que tienen las artes.

Estas practicas no se excluyen mutuamente y todas las religiones tradicionales y las culturas chamánicas han combinado algunas de ellas, como por ejemplo la combinación de cantar todos juntos, realizar ayunos, iniciar un peregrinaje, mantener una relación especial con los animales o participar en rituales.

Por eso no siento la necesidad de escoger entre una de ellas o de quedarme con una sola. Disponer de distintas prácticas espirituales permite que se complementen una a la otra y, por supuesto, algunas de estas prácticas se adaptan mejor a unas personas que a otras y también funcionan mejor en una etapa de la vida que en otra.

Por ejemplo, la alegría de participar en un deporte de equipo es más probable que funcione en las personas jóvenes, mientras que una práctica más silenciosa y contemplativa será adecuada para las personas mayores.

–¿Desde una visión materialista o agnóstica se puede encontrar un significado a la vida?
–La mayoría de estas practicas espirituales no presuponen una fe religiosa. Por ejemplo es posible meditar sin creer en una forma de conciencia mayor a la del ser humano y, de hecho, ahora hay muchos ateos y agnósticos que meditan. Pero algunas de estas practicas solo tienen sentido si hay formas de conciencia más allá del nivel humano.

Es el caso por ejemplo de las oraciones en las que se ruega y que implican invocar a un ser espiritual superior al principio de la oración como cuando rezamos una Padre Nuestro o el Ave María. Las plegarias implican creer en una forma de conciencia superior más allá de lo humano, sin embargo la meditación no depende necesariamente de tal creencia.

Los ateos y los agnósticos también participan en practicas espirituales que tradicionalmente formaban parte de la vida religiosa, como por ejemplo la peregrinación. De hecho, no todos los cientos de miles de personas que realizan el camino de Santiago son devotos católicos.

Aquí en Gran Bretaña, The British Pilgrimage Trust organiza grupos de peregrinaje para llegar andando a los antiguos lugares sagrados utilizado el slogan “trae tus propias creencias”. Estas prácticas no están tan relacionadas con las creencias, sino sobre todo con la experiencia que reportan a la persona.

El efecto de las prácticas espirituales es conseguir que la gente se sienta más conectada y unida y esto en general logra que las personas se sientan más felices y que sus vidas adquieran un significado mayor.

–¿El auge actual de la practica de meditación responde a una necesidad de espiritualidad en nuestras culturas modernas, líquidas y consumistas?
–Creo que el importante aumento del número de personas que practican la meditación es consecuencia de la extrema secularización de todos los sectores de nuestra vida y de cómo nos hemos desvinculado de todas las prácticas religiosas tradicionales y, por tanto, de las experiencias que estas conllevaban para las personas.

Cien años atrás, la mayoría de la gente en Europa seguía su religión ancestral, predominantemente la religión cristiana, pero también el judaísmo y otras religiones minoritarias. En cambio hoy muchas personas, especialmente las más jóvenes, se han desarraigado completamente de estas tradiciones porque se han convertido a la cosmovisión materialista o atea.

Pero esto los deja también con unas necesidades insatisfechas. Y la meditación es una de las prácticas más accesibles en el mundo moderno y además reporta grandes beneficios para la salud y el bienestar.

–De los muchos estudios científicos que se han realizado sobre los efectos de la meditación, ¿cuál le ha parecido más sorprendente?
–¡Los meditadores son literalmente el target de los investigadores científicos! Para estudiar los efectos sobre el cerebro se requiere que el sujeto esté conectado a un dispositivo que permita su exploración cerebral o bien que esta persona esté quieta mientras se mide la actividad cerebral.

Uno de los efectos de la meditación es conducir a la reducción de la actividad de la denominada Default Mode Network (DMN) del cerebro (una red cerebral que incluye distintas regiones cerebrales que interactúan y que, según la neurociencia, tienen una actividad altamente correlacionada entre sí).

Las regiones interconectadas del cerebro asociadas con el diálogo interno, la ruminación, la preocupación y la ansiedad bajan su actividad.

Sin embargo, no creo que esto sea sorprendente porque ya muchas personas durante la meditación han podido experimentar en su propia piel esta disminución del diálogo interno.

Estos estudios cerebrales simplemente confirman lo que la gente ya sabe. Para mí el hallazgo más sorprendente es que la práctica a largo plazo de la meditación, como ocurre en el caso de los monjes tibetanos, pueda conducir a cambios anatómicos en el cerebro.

–¿Cree que hay una parte anatómica del cerebro vinculada a la espiritualidad?
–La filosofía materialista afirma que la mente no es más que el resultado de la actividad cerebral. Pero esto es una simple suposición y conduce a graves problemas filosóficos. De hecho la existencia misma de la conciencia humana se llama "el problema duro" en la filosofía de la mente. Si nuestros cerebros no son más que computadoras físico-químicas, no pueden ser en absoluto conscientes de sí mismos.

Mucha gente, incluyéndome a mí, contempla el cerebro como un sintonizador o un receptor de radio que filtra señales y no como un órgano capaz de producir conciencia por sí mismo.

Nuestra conciencia trabaja a través de nuestro cerebro, pero no es producida por él. Esta visión deja abierta la posibilidad de conectarse con formas de conciencia más allá de la nuestra y se acerca a las visiones tradicionales del reino espiritual.

–¿Cómo nos ayuda la práctica de la gratitud?
–Agradecer es reconocer la corriente y el flujo del que formamos parte. Recibimos muchas cosas gracias a otras personas y gracias a la naturaleza. Nuestra vida misma es un regalo como también lo es la Tierra y el sistema solar. Ni lo hemos hecho ni nos lo hemos ganado.

La cultura que hemos heredado constituye otro regalo al igual que lo es nuestro idioma. Heredé el inglés, la lengua en la que pienso y desarrollo mi ser social, igual que usted heredó el español. Si damos estas cosas por sentado y no las agradecemos, entonces no las vemos como dones que forman parte de un fluir mayor que nosotros.

A un nivel más simple, la practica de la gratitud es una cuestión de buenas maneras y por ello la mayoría de los padres enseñan a sus hijos a dar las gracias cuando estos reciben un regalo. Lo opuesto a la gratitud es el sentimiento de sentirse con derecho o de tomar las cosas como algo que se da por sentado.

Sin embargo, distintos estudios de psicología positiva han demostrado que las personas agradecidas son más felices y, por lo tanto, agradecer es una de las prácticas espirituales más simples y fundamentales. En mi libro sugiero dos maneras de llevarla a cabo.

–¿Cuáles son?
–Una de ellas es dar las gracias antes de cada comida, como solían hacer antes las familias y, si la gente no está cómoda con esto, entonces simplemente tomarse de la mano realizando un círculo alrededor de la mesa en silencio para crear una breve pausa en la cual todos los comensales puedan dar gracias a su manera. Es el método que encontré para la practica de la gratitud en mi familia.

En segundo lugar, conviene tomarse cada día un momento para recordar las bendiciones que hemos recibido y las cosas por las que nos sentimos agradecidos. Es una forma extremadamente simple de practicar la gratitud y ofrece un gran sensación de conexión y bienestar.

–Nuestra educación no nos ayuda a conectar con la espiritualidad. ¿Qué opina al respecto?
–Los sistemas educativos modernos suelen ser completamente seculares y en algunos países son explícitamente ateos, como es por ejemplo el caso de la Unión Soviética y de la China moderna. Incluso cuando no son explícitamente ateos, estos sistemas educativos a menudo simplemente ignoran por completo la dimensión espiritual.

En sociedades multiculturales sería difícil que las escuelas estatales propagaran una única religión, pero debería ser posible que las escuelas enseñaran algunas prácticas espirituales que pueden ser comunes a todas las religiones como por ejemplo la práctica de conectarse con la naturaleza, de apreciar la belleza, agradecer, cantar juntos…

Algunas escuelas ya est��n empezando a hacerlo y espero que este enfoque se vaya extendiendo. Sería útil que los estudiantes hicieran peregrinaciones juntos, especialmente en aquellas etapas que son clave en su carrera educativa como por ejemplo antes de abandonar la escuela o al comienzo del año escolar.

–¿Cómo nos ayuda la naturaleza a conectar con algo mayor que nosotros mismos?
–La visión materialista de la naturaleza la da por sentado y dentro de las instituciones científicas la naturaleza es considerada como algo inanimado, sin conciencia ni propósito lo que genera un distanciamiento de esta.

Sin embargo, la tradición romántica siempre ha hecho hincapié la conexión con la naturaleza, una conexión que muchas personas la sienten directamente. Y cuanto más abiertos estamos a experimentar la belleza de las flores, a apreciar los elegantes movimientos de los animales, la belleza de los paisajes, del cielo por la noche, de los sonidos de los pájaros cantando y así sucesivamente, más sentimos que estamos en contacto con un mundo más allá de lo humano y este sentido de conexión generalmente hace a la gente más feliz y lleva a las personas más allá de sus propias preocupaciones limitadas.

–Muchas tradiciones incluyen los rituales. ¿Cómo nos ayudan los rituales en los momentos especialmente difíciles de nuestras vidas?
–Los rituales y ritos de paso como son los bautismos, las bodas y los funerales colocan la vida de un individuo dentro de un contexto social mucho más amplio y esto no sólo a través de la participación al mismo tiempo de otras personas en estos actos sino porque les conecta con lo que ellos han sentido cuando a su vez participaron en estos mismos ritos anteriormente.

Mi hipótesis de la resonancia mórfica sugiere que cuando se producen patrones de actividad similares estos resuenan con patrones de actividad similares que son anteriores. Hay una conexión a través del tiempo. De forma que los rituales no solo nos conectan con los demás en este momento presente, sino también con nuestros ancestros y aquellos que han hecho los mismos rituales antes que nosotros.

Esto despierta un sentimiento de enraizamiento con algo más profundo y sitúa nuestra vida dentro de un contexto mucho más amplio que nosotros mismos y nuestras preocupaciones meramente individualistas.

–¿Podría explicarnos lo que son las resonancias mórficas?
–La teoría de los campos de resonancia mórficos subyace sobre la idea de que existe una especie de memoria que es inherente a la naturaleza.

Les leyes de la naturaleza se parecen más a hábitos y cada especie posee una especie de memoria colectiva a la cual cada individuo se conecta y contribuye a enriquecer. Dentro de lo humano seria como la idea del inconsciente colectivo de Jung.

–Asegura que la espiritualidad se puede encontrar en las actividades muy cotidianas…
–Hay muchas actividades cotidianas que pueden incluir una dimensión espiritual como es el cuidado de las plantas, cantar, bailar o realizar deporte o también cuando apreciamos la manera en que los animales viven en el presente.

Para muchas personas la meditación y la plegaria son practicas cotidianas así como dar las gracias por los alimentos recibidos. ¡La mayoría de las prácticas espirituales son gratuitas!

Y a diferencia del consumismo que requiere dinero y daña la tierra por su creciente demanda en materias primas y consumo de energía, ¡la mayoría de las prácticas espirituales son muy ecológicas!