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2. ¿Por qué delego en otros?
Si es otra persona la que marca el rumbo en mi vida, creo que habría que preguntarse: "¿por qué 1o he permitido?". Nadie puede tener las riendas de mi vida, si soy adulto, a menos que yo se las haya dado.
Quizá no me crea capaz de decidir adecuadamente, quizá crea que el otro sí sabe, quizá no quiera lidiar con el enfado que le produciría a esa persona soltar mis riendas. En primer lugar, para vivir plenamente, tendré que dejar a un lado la ilusión de que otro puede saber mejor que yo lo que deseo. Bemard Shaw decía:
"No hagas a otros 1o que querrías que te hicieran a ti: ellos pueden tener gustos distintos".
En segundo lugar tal vez aquellos que manejan el timón de mi vida se molesten cuando intente recuperarlo. Entonces deberé darles tiempo; si me quieren, se darán cuenta de que nada es mejor para mí que decidir el camino.