El amor no es vocacional.
No naces con el fin de amar a otra persona.
No estás incompleta si no estás en pareja.
No has de sentirte frustrada si no te duran las relaciones.
No hay nada malo en ti.
No tienes que desear lo que el resto finge que desea.
No te falta nada.
No estás sola.
Es un engaño.
Porque te quieren preocupada por la búsqueda del amor romántico.
Te quieren amando en una nube.
Te quieren hundida con el desamor.
El amor romántico es un medio con el que se ha controlado a las mujeres tradicionalmente.
Uno muy sutil porque deposita la esperanza en la mujer oprimida.
La hace creer que el anhelo parte de ella.
Que es parte de otra cosa.
Que es la mitad de algo.
Que su vida no tiene sentido si no lo encuentra.
Así se les hace perder el tiempo a las mujeres.
Para que no hagan otras cosas.
Para que no descubran planetas o hagan revoluciones.
Porque las mujeres se endeudan en los cuidados.
Son ellas las que se encargan de todo.
Mientras ellos consiguen prestigio, poder y dinero.
Ellas protegen la existencia de manera invisible.
El amor te tiene que ayudar a crecer.
El amor llega y si no llega no puedes desesperarte.
Y si se acaba, no pasa nada.
El amor es una posibilidad para ser tú.
No para ser lo que el otro desea.
No para salvar al otro.
El amor no hace que te pierdas, hace que te encuentres.
El amor no es lo único.
Es algo más.
Algo que ha de mejorar tus días.
Pero sobre todo tú tienes el amor.
El amor no está en el otro.
Aguardando para dártelo en monodosis.
El amor eres tú.
Siempre eres tú.
Y eso es algo que nadie ni nada.
Podrá arrebatarte.
Jamás.