Casi sin percibirlo, vivimos en una situación de continuo estrés, preocupados por el pasado o por un futuro amenazador, cuyo origen se remonta a una infancia donde nuestras necesidades más básicas no fueron satisfechas, como por ejemplo nuestra necesidad de cercanía con el cuerpo de nuestra madre.
Esto activa nuestra atención en los Tres Grandes: en el cuerpo, en el entorno y en el tiempo y vivimos así en continuo estado de supervivencia.
Desengánchate y gana energía disponible
El gran efecto secundario de desidentificarte de las emociones de supervivencia almacenadas en tu memoria es la liberación de energía en el cuerpo.
En cuanto liberas esas emociones asociadas a tu pasado, la energía regresa para que puedas usarla para crear de tu nueva realidad. Algunas de las emociones de supervivencia, a las que puedes estar siendo adicto, son:
- La Inseguridad
- El Odio
- Los Juicios
- El Victimismo
- La Preocupación
- La Culpabilidad
- La Depresión
- La Vergüenza
- El Arrepentimiento
- El Sufrimiento
- La Frustración
- El Miedo
- La Tristeza
- La Aversión
- La Envidia
- La Ira
- El Resentimiento
- La Carencia
Identifica tu lado más oscuro
Si quieres ser libre necesitas identificar primero a qué emociones eres (y has sido) adicto para poder pasar a desmemorizarlas de tu yo y que ya no te limiten más.
Después, identifica tu estado mental, aquello que crees o piensas cuando te sientes así: ¿estabas agobiado, desesperado, susceptible, demasiado cerebral, necesitado de reconocimiento? Cuando tus pensamientos, ideas y emociones dejan de ser inconscientes y les pones atención, rompes las cadenas que te ataban a ellas.
Elige una emoción y escribe sobre ella
Escribe lo que te venga a la cabeza y al cuerpo. Puedes elegir trabajar con una emoción, pero neurológica y químicamente todas las emociones están ligadas.
Por ejemplo, cuando estás enojado, estás frustrado, y cuando estás frustrado, odias; cuando odias, juzgas, tienes envidia, te sientes inseguro; cuando te sientes inseguro eres competitivo, y cuando eres competitivo te sientes egoísta...
Todas estas emociones derivan de las mismas sustancias químicas de supervivencia combinadas que estimulan estados mentales limitadores relacionados con ellas. Me refiero a hormonas de estrés como el cortisol, el glucagón, la prolactina o las tres hormonas sexuales: los estrógenos, la progesterona y la testosterona.
Libera también a las personas
Quizás estás ligado a alguna persona que te recuerda constantemente quién eras, vinculándote emocionalmente a tu yo conocido. Retroalimentando químicamente a tu cuerpo con las sustancias que le son familiares.
Por ejemplo, si odias a alguien, este odio te mantiene ligado emocionalmente a esta persona y refuerza a su vez tu vieja personalidad. Usas a esta persona para seguir siendo adicto al odio.
Medita y ve en busca de la naturaleza
Eso te ayudará a vivir alejado del estado de supervivencia al que tu cuerpo se ha hecho adicto, sintiéndote más cerca de tu estado natural de ser.