Dices mañana como si mañana fuese una realidad.
Mañana empiezo la dieta.
Mañana será mejor.
Mañana cambio de vida, dejo el trabajo, le dejo a él, me mudo.
Mañana.
Pero mañana no existe.
Mañana es la excusa de los cobardes.
Porque mañana puedes no estar.
O puede no estar ella.
O puede que no amanezca.
Damos por sentado todo.
La existencia y las posibilidad de nuevas oportunidades.
Creemos que el sol va a volver y que las cosas estarán intactas a su regreso.
Pero no siempre es así.
A veces, llega el mañana, y la persona a la que querías pedir perdón se ha ido.
Algunas no despiertan al mañana.
Otras, ya es mañana y tú te inventas otro mañana y otro y otro hasta el infinito.
Y tal vez un meteorito haga que nada llegue al mañana.
Y no habrás cambiado todo eso que odias.
Y no te habrás arriesgado.
Y no conocerás Australia.
Y no habrás acabado ese dibujo.
Y no sabrás bailar un tango.
Esto es un simple aviso del hoy.
Del ahora.
No tienes tiempo que perder.
Esta vida es urgente.
Este es el único espacio que te va a ser concedido.
Así que choca tres veces tus talones.
Diciendo no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy.
Porque igual mañana.
Es tarde ya.