El camino del cambio
El mejor dibujo de una rosa no huele a rosa. Todo lo que pueda decirse del amor es nada si nunca lo has sentido. La acción, la intervención, es imprescindible.
Y la intervención eficaz frente a un hecho cualquiera, y tanto más cuanto más importante y trascendente sea el hecho, requiere de más de un paso.
No quedarse a mitad de camino
Hace muchos años, América transitaba un duro momento de luchas ideológicas, de banderas enfrentadas y de futuros impredecibles. Fue allí donde la canción y la poesía se pusieron al servicio de la protesta y su arte se volvió herramienta.
Fue en ese tiempo en el que Silvio Rodríguez compuso La maza, y la gran Mercedes Sosa la cantó por todo el mundo. Su letra sigue emocionando hoy a quienes, sin vivir aquel proceso, comprenden el lamento de dejar nuestras cosas a mitad de camino:
¿Qué cosa fuera, corazón, qué cosa fuera?
¿Qué cosa fuera la maza sin cantera?
Si no creyera en lo que creo,
si no creyera en algo puro...
si no creyera en lo más duro,
si no creyera en el deseo,
si no creyera en cada herida,
si no creyera en lo que duele
si no creyera que uno puede,
hacerse hermano de la vida...
¿Qué cosa fuera, corazón,
qué cosa fuera la maza sin cantera?
Un amasijo hecho de cuerdas y tendones,
un revoltijo de carne con madera,
un instrumento sin mejores resplandores
que lucecitas montadas para escena...
¿Qué cosa fuera, corazón, qué cosa fuera?
¿Qué cosa fuera la maza sin cantera?