¿Qué es el puerperio?

Tras la llegada del bebé, la mujer se sumerge en un mundo donde la prioridad es su hijo. Esa dedicación permite que se establezca una conexión entre madre e hijo imprescindible para el desarrollo emocional y físico saludable del recién nacido. ¿Cuánto dura este periodo? Para Laura Gutman, mucho más de la tradicional cuarentena.

¿Qué es el puerperio?

El posparto inmediato y su tradicional cuarenta deja a muchas mujeres inmersas en un mar de dudas. ¿Realmente este momento tan especial solo dura 40 días? ¿A partir de entonces ya debo ser la misma de antes? Laura Gutman aclara todas estas dudas que surgen en un momento clave de la crianza de un hijo.

¿QUÉ ES EL PUERPERIO?

El puerperio es el periodo en el que la mamá atraviesa un momento muy especial, desde que nace el bebé hasta una cantidad de tiempo que para mí es más prolongada. Banalmente, siempre se consideró que duraba 40 días, pero no, la verdad es que el puerperio dura bastante más tiempo, al menos para mí. ¿Por qué se decía esto de los 40 días? Porque era el tiempo que el médico le decía a la recién convertida en madre que no podía ser tocada en los genitales por las heridas propias del parto. Era una manera de amparar a la mujer y evitar que el varón la tocase. Esto es algo que se mantiene y, en muchísimas culturas, incluso se van a vivir a casa de otras mujeres durante esta primera época.

¿SOLO SON MOTIVOS FÍSICOS?

Para marcar esos 40 día se han tenido más en cuenta los motivos físicos, pero justamente por eso yo creo que el puerperio dura más, porque en términos emocionales 40 días son nada. Para mí, el puerperio dura mucho más y está ligado a, lo que yo he llamado en muchos de mis libros, la fusión emocional, que es un momento de una enorme lucidez emocional de la madre en que está conectada con el bebé, con sus necesidades, sus percepciones…, y todo de forma intuitiva.

Esto permite al bebé garantizar su supervivencia, porque él lo único que hace es llorar y pedirle a la mamá lo que necesita. Por eso, precisa que ella esté milimétricamente conectada a él, haciendo que ella viva como en dos mundos: un poco en el de adulto, pero muy en el puerperal, es decir, en el sensorial. De hecho, a veces, en los primeros meses, las mamás creemos que enloquecemos, porque de pronto un ruido lo sentimos como ensordecedor, porque lo percibimos como si fuéramos el bebé.

Eso nos resulta raro, estamos diferentes y, de hecho, perdemos lucidez mental: olvidamos las cosas, estamos torpes… Esto sería esperable para el bebé, porque significa que su mamá está en su misma longitud de onda.

¿CUÁNTO DURA EL PUERPERIO?

Para mí hay un mínimo de esta percepción distorsionada, visto desde el mundo externo, de dos años, que es cuando el niño empieza a adquirir el lenguaje verbal, empieza a salir de este cubículo amoroso…. El problema es que la mayoría de las mujeres no permanecemos en conexión con el bebé. Ponemos como excusa que deseamos ir a trabajar, que podemos hacerlo, siempre que se siga en esa longitud de onda con el bebé. El trabajo no es un problema. Hay un montón de mamás que no trabajamos, estamos en casa y tampoco estamos conectados con el bebé. Sin embargo, hay mamás que podemos ir a trabajar y cuando volvemos a casa nos sumergimos en el mundo bebé. Tenemos como 16 horas, con toda la noche incluida, para estar en ese mundo de nuestro hijo.

¿QUÉ OCURRE CON LA PAREJA?

El verdadero problema que tenemos es cómo se construyó la pareja, qué nivel de diálogo e interacción existe, cuánta intimidad emocional tienen, cuánto se acompañan, cuánto se conocen, cuánto están juntos… Entonces, cuando nace un bebé, si realmente ha habido una previa comprensión, una acompañamiento, una compasión del uno hacia el otro, el varón no va a tener urgencia por ingresar genitalmente en la mujer, porque está desplegando su virilidad en el cuidado, en la atención, en proteger, en que no vengan depredadores, en traer el alimento… Lo que comúnmente pasa de que las mujeres no tienen ganas y los varones, sí, son malentendidos, porque es probable que en la pareja no haya habido, previo al nacimiento del niño, una buena comunicación, una buena interacción y un buen diálogo. Entonces, ese mal diálogo, esa distancia, esas peleas o esos enojos se profundizan con la presencia del niño, y es cuando el varón pide sexo y la mujer no se le da. Hay puesto en el sexo un pedido desplazado, pero eso es otro tema.

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