Este pink latte lo preparo solamente con ingredientes naturales: frutos secos, hortalizas, especias... ¡y nada más! ¡Sin azúcares añadidos! Yo lo disfruto muchísimo cuando hace frío y quiero tomar algo dulzón, pero sano, que me reconforte y además me aporte nutrientes de calidad.
La remolacha aporta ácido fólico, vitamina C, potasio y un potente antioxidante, la betanina, el pigmento que le da su característico color. La leche de almendras es rica en calcio, magnesio y vitaminas del grupo B. Y los dátiles aportan mucha energía. Son ideales para que los músculos rindan más y para reponer fuerzas después de un gran esfuerzo. Además son un gran alimento para el cerebro, ya que ayudan a incrementar la concentración.
Ingredientes para 2 personas:
- 25 g de remolacha cruda y pelada cortada en daditos
- 580 ml de leche de almendras
- 2 dátiles medjoul bien jugosos
- 1⁄4 de cucharadita de canela molida (y un poco más para espolvorear por encima)
- 1 pizca de vainilla (opcional)
Elaboración:
- Si no has conseguido dátiles bien jugosos, dejalos un ratito en remojo en la leche que vas a utilizar para que se reblandezcan.
- Deshuesa los dátiles, ponlos en el vaso de la batidora junto con la remolacha, 500 ml de la leche de almendras, la canela y la pizca de vainilla, si la utilizas. Bátelo todo muy bien y cuélalo. Reserva.
- Haz una espuma con los 80 ml de leche de almendras restantes. Ponla en un cazo y caliéntala un poco. Échala en un vaso aparte y bátela con un batidor pequeño para espuma (si el latte no fuese dulce, podríamos añadir algo de endulzante, pero en este caso no es necesario). Reserva.
- En el mismo cazo, echa la mezcla batida y colada de la remolacha y calienta unos segundos hasta conseguir la temperatura deseada.
- Échala en dos tazas, añade encima la espuma de la leche de almendras y decora con canela en polvo.
Esta receta pertenece a mi libro Delicias Kitchen, donde podrás encontrar una amplia variedad de sabrosas recetas en las que los productos vegetales son los protagonistas. Si quieres empezar a cuidarte, y que tu cuerpo encuentre el equilibrio de manera natural, la clave no está en comer menos... ¡sino en comer mejor!