Esta infusión combina algunos de los antioxidantes más poderosos que nos ofrece la naturaleza y, como otras infusiones frías, es una gran alternativa a los refrescos, mucho más ligera y saludable. Además, te aporta sabor con el dulzor natural de la fruta, sin azúcares añadidos.
El té verde y los frutos del bosque tienen, junto a sus efectos antioxidantes, una valiosa acción antiinflamatoria. Los arándanos, además, favorecen la irrigación sanguínea y previenen la formación de edemas.
La cúrcuma, un protector hepático, ayuda a controlar el colesterol y mejora la digestión, pues combate los espasmos gastrointestinales, los gases y las flatulencias.
Infusión fría antioxidante con té verde, cúrcuma y bayas
Este té es ideal para tomar frío, recién sacado de la nevera, o con un cubito de hielo. Tiene un sabor entre agridulce y amargo.
Puedes decorarlo con unas hojitas de menta.
Ingredientes para 2 tazas
- 20 g de té verde
- 20 g de frambuesas frescas
- 20 g de arándanos frescos
- 5 g de cúrcuma
- 500 ml de agua
Preparación (12 minutos + nevera)
- Calienta el agua hasta que arranque a hervir.
- Deposita las plantas y las frutas en el fondo de una tetera o de un cazo y vierte el agua caliente por encima.
- Tapa la tetera o el cazo y deja reposa durante unos 10 minutos. Después filtra la infusión.
- Deja que se enfríe y, una vez fría, guárdala en la nevera durante al menos 8 horas o toda la noche, para que esté bien fresquita cuando la vayas a consumir.
Puedes consumir esta bebida en cualquier momento del día, para refrescarte y darte un extra de energía, pero recuerda que lleva té verde y que este contiene una pequeña cantidad de teína o cafeína. No abuses de ella por la tarde, sobre todo si tienes problemas para relajarte y conciliar el sueño.