El buen tiempo invita a romper rutinas y a aprovechar al máximo la vida al aire libre. Es la ocasión de desplegar recursos y proponer encuentros festivos en los que disfrutar de la naturaleza. Pero no considerando el menú un asunto menor y resolviendo el trámite con cuatro latas y los bocadillos de rigor. Al contrario, aprovechando la oportunidad de celebrar los alimentos de una nueva manera, imaginativa y enriquecedora.
Se puede comer bajo unos pinos, o sobre una toalla, y comer muy bien. Sin anticiparse mucho ni complicarse con los ingredientes, solo con las ganas de combinar los grandes placeres de la buena compañía, la naturaleza amable y los alimentos que nos nutren con su sugerencia de sabores, texturas y contrastes.
Los mejores ingredientes para un pícnic
Los alimentos que se llevan a un pícnic deberían, ante todo, mantener un equilibrio nutricional, como en cualquier otra comida. Conviene alejarse de las bolsas de snacks y de los socorridos bocadillos, sándwiches, tortillas precocinadas y conservas, sobre todo porque disponemos de muchas otras opciones más interesantes.
¿Por qué no preparar unas empanadas o empanadillas, hornear un bizcocho o un budín (dulce o salado), combinar ingredientes en ensaladas creativas, llevarse pickles o encurtidos o incluso sorprender con postres en tarro? Son opciones muy saludables que animarán y aportarán calidad a cualquier comida informal.
No hay que olvidar, eso sí, que las preparaciones se han de poder comer agradablemente a temperatura ambiente y horas después de que se hayan elaborado.
Es muy importante mantener la máxima higiene en la preparación, conservación y transporte de los alimentos, así como conservar las cadenas de frío, para evitar infecciones alimentarias. Son más probables con las altas temperaturas del verano y cuando pasa tiempo entre la elaboración de los alimentos y su consumo.
- En frío. Los alimentos que necesitan mantenerse en frío deben transportarse en neveras isotérmicas equipadas con bolsas refrigerantes o hielo protegido (para que no suelte agua). Han de introducirse ya fríos y en el último momento.
- Neveras. Durante el viaje han de ir en el lugar más fresco posible, y luego hay que mantenerlas a la sombra y abrirlas solo antes de la comida, para que no pierdan frío.
- Tápers. Los alimentos se han de transportar en fiambreras de cierre hermético.
- Manos limpias. Antes de manipular y servir los alimentos hay que lavarse las manos. Indispensable.
- Vegetales crudos. Las verduras y frutas se han de lavar y secar en casa, y transportar separadas de los alimentos ya cocinados.
- Mezclar al momento. En ensaladas variadas con pasta, arroz, etc. es mejor mezclar los ingredientes in situ, para evitar contaminaciones cruzadas.
- Agua potable. Hay que asegurarse de que el agua que se bebe es potable, aunque sea de una fuente.
Al terminar el pícnic, recogeremos todo y procuraremos dejar el lugar igual o mejor que lo encontramos.
Un menú inolvidable al aire libre