Buenas ideas para hacer ensaladas creativas y divertidas
Es importante en nuestra cocina no limitar las ensaladas a simples hojas verdes o a la clásica ensalada mixta. Hoy tenemos a nuestra disposición una inmensa variedad de vegetales terrestres y marinos y, además, disponemos de la información necesaria para poder trabajarlos correctamente y sacarles el máximo partido en nuestros platos.
Tampoco debemos limitar las ensaladas a una sola textura, pues podemos servir ensaladaslíquidas, como un gazpacho. En las ensaladas creativas no hay límites.
De hecho, la creación de una ensalada depende de tres grupos de alimentos y de cuatro elementos indispensables en el aliño. Empecemos por los alimentos:
Vegetales crudos
- Entre las lechugas: hoja de roble, trocadero, lollo rojo, achicoria, endibias...
- Hojas verdes: espinaca, rúcula, berros, canónigos...
- Frutas de temporada: pera, manzana, naranja, fresa, tomate...
- Hierbas frescas: cilantro, perejil, perifollo, albahaca...
- Hortalizas crudas: hinojo, zanahoria, rabanitos...
- Fermentos y encurtidos: chucrut, kimchi, olivas, pepinillos...
- Algas: nori, lechuga de mar, espagueti de mar...
Vegetales cocinados y enfriados
- Verduras verdes escaldadas durante dos minutos: brócoli, tirabeques, judía verde, col...
- Verduras cocinadas: remolacha asada, calabaza al horno, coliflor al vapor, setas salteadas, zanahoria en sal, tomates semi-secos...
Semillas y germinados
- Todo tipo de semillas: de calabaza, girasol, sésamo, almendras... y semillas germinadas de cualquier vegetal.
- Carbohidratos cocinados y enfriados: arroz integral, quinoa, mijo, sorgo...
- Proteínas vegetales: legumbres cocidas y frías, o purés de legumbres, como el hummus.
Un buen aliño
En toda ensalada, la clave es el aliño, y en este, la clave es el correcto equilibrio de estos cuatro elementos principales: salado, ácido, dulce y grasa.
- La grasa: es el conductor del sabor. Normalmente, usaremos aceite de oliva de primera presión en frío, pero podemos usar también una crema de pipas o una mayonesa ligera.
- La sal: potencia el sabor, pero no debemos limitarnos a usarla siempre (ya sea marina, rosa, negra...). También podemos potenciarlo con condimentos salados como el miso, la salsa de soja o el umeboshi, o incluso con algas marinas, de alto contenido en yodo en vez de sodio.
- La acidez: el aporte ácido refresca, limpia la boca y nos da unos contrapuntos que dinamizan los sabores. Hablamos de los diferentes vinagres, pero también de los cítricos (lima, limón, kumquat, mandarina... ), tanto el zumo como su piel.
- El dulce: un punto dulce en una vinagreta lleva la experiencia a otro nivel, superior. Creo que lo más acertado es usar las melazas de arroz, maíz y arce en muy bajas aportaciones, pero también puede funcionar cualquier zumo o puré de frutas.
El aliño te da el toque final, así que es importante cuidar los detalles. Debemos unificar bien todos los ingredientes para crear una salsa homogénea y sin cortar. Así, los sabores se homogeneizan.
Para ello recomiendo usar varillas de mano y añadir un par de gotas de agua mineral, que ayudarán a soltar un poco la salsa si es preciso.
No aliñes hasta el momento en que vayas comer la ensalada. Deja lo sobrante sin aliñar, ya que la acción de estos medios grasos, ácidos y salados cocinan los alimentos, dejándolos inservibles en minutos.