Seguramente habrás visto alguna vez una naranja sanguina: una variedad roja de naranja que se caracteriza por su pulpa de atractivo color borgoña. En Italia son muy populares y se toman a menudo en zumo. En las recetas quedan muy vistosas, pero además vale la pena aprovechar su temporada por su riqueza vitamínica y antioxidante.
A nivel vitamínico, la naranja sanguina contiene hasta un 40% más de vitamina C que la naranja normal. También es rica en betacaroteno, un pigmento antioxidante, que refuerza el sistema inmunitario y se transforma en vitamina A conforme el organismo la va necesitando. Pero además aporta antocianinas, el pigmento antioxidante que les da ese curioso color entre rojizo y violáceo.
En estas recetas puedes combinar las sanguinas con cualquier otra naranja (o sustuirlas por naranja normal si ya no es temporada o no las encuentras). La cuestión es, siempre que se pueda, aprovecharlas al máximo más allá del zumo.