Súper sopas completas
Las sopas pho proceden de Vietnam, pero su origen esconde una historia curiosa, porque fueron una creación local con la que se quería satisfacer, al mismo tiempo, los gustos de los colonos franceses y los paladares vietnamitas.
Podemos decir que fueron creadas por la necesidad de unir culturas diferentes, lo cual no está nada mal.
Así, puesto que la raíz de esta deliciosa elaboración es la fusión gastronómica de gustos dispares y en su origen está la voluntad de unir personas de diferentes partes del mundo, la mejor manera de dar a conocer las sopas pho es ofrecer ricas recetas basadas también en la fusión, apoyándonos en preparados clásicos de diferentes países.
Os animo a hacer lo mismo y a versionarlas con sabores nuevos y sorprendentes. un plato completo
La idea principal de este plato consiste en satisfacer las necesidades nutricionales del comensal de un modo rápido, sencillo y delicioso. Las sopas siempre están compuestas por un caldo especiado, un hidrato de carbono, verduras, hojas verdes y proteína.
Preparación rápida, resultado nutritivo
El resultado es un plato saciante, nutritivo y energético, que se puede preparar en poco tiempo (siempre y cuando no se pretenda dotarlo de mayor complejidad) y que resulta muy cómodo de comer en un bol, con cuchara y palillos.
Este concepto de plato completo es común en muchos países; por ejemplo, en Japón, se disfruta del más que popular ramen, un plato de culto para los amantes de la cocina asiática. Se celebran torneos para elegir el mejor ramen y los chefs especializados aseguran que posee la cualidad de mejorar el estado de ánimo del comensal.
En Europa, hay también elaboraciones que se asemejan a las sopas pho, como la clásica sopa de ravioli italiana o platos tan típicos en nuestra cocina como la escudella catalana o el puchero o cocido castellano.
Al igual que las versiones europeas, las sopas pho tradicionales incluyen productos de origen animal, aunque preparadas con vegetales no solo son platos más éticos, sino también más deliciosos y saludables, y más fáciles de digerir.
Aquí hemos sustituido el caldo tradicional por fondos de verduras, especias y legumbres o derivados de la soja para aportar proteínas.
Es habitual servir este tipo de sopas con una salsa o con un acompañamiento, que suele aportar al plato tanto más sabor como mayor riqueza nutricional; podemos decir que lo completa.
Estas sopas, cuando están bien elaboradas, con su compleja sencillez, son un hito de la gastronomía. No hay nada más reconfortante en los meses fríos que un caldo caliente acompañado de algo sólido y unas buenas verduras...
Incluso verduras fermentadas, como hemos hecho en una receta. Los alimentos con cultivos vivos ayudan a digerir mejor y cuentan con unos compuestos que favorecen la protección de los intestinos.
El caldo puedes tenerlo siempre a mano; solo tienes que tener la precaución, cuando cocines, de preparar más del necesario ese día. Luego, solo tienes que dejar que se enfríe, sin tapar, y una vez frío, guardarlo hasta 7 días en la nevera o 3 meses en el congelador. Siempre disponible para que lo completes como sanamente quieras.