Un buen postre es el mejor final para una buena comida. Me declaro fan de los postres. Me encanta crearlos y elaborarlos, y siempre bajo el criterio que marca la singularidad de mi cocina: que sean saludables, vegetarianos y sin gluten.
Elige tus ingredientes sanos
Una de las claves del éxito está en elegir los ingredientes. Vamos a ver claves prácticas para conseguir el sabor y el acabado deseados, destacando algunos de ellos.
- Chocolate negro. Es el ingrediente estrella en los postres, con su aroma característico. Para pastelería, elígelo 70% negro, sin azúcar ni leche y con un alto porcentaje de manteca de cacao, porque así será más fluido y quedará un acabado más crujiente y con una textura final más brillante. Cuando el porcentaje de manteca de cacao es bajo queda una mezcla más terrosa.
- Natas vegetales. La nata de soja, con poca grasa, se puede montar y es una buena opción. También con la leche de coco se consigue una rica alternativa a la nata líquida. Fíjate en que tengan como mínimo un 40% de materia grasa, porque las que tienen un porcentaje alto de agua son difíciles de montar.
- Gelatina de agar-agar. El agar-agar actúa como espesante vegetal, con un alto contenido de fibra y cero calorías. Aunque se suele asociar al nombre de un alga, en realidad son varias especies de algas las que lo configuran. Aporta un acabado de textura elástica, duradera y, si se precisa, se puede congelar.
- Endulzantes naturales. Aunque la forma más sana de endulzar es sencillamente con frutas, existen alternativas que se pueden utilizar en la elaboración de postres caseros y consumir de forma moderada. Por ejemplo, la fructosa natural, que destaca por no producir picos de glucemia drásticos y, por ello, es un endulzante bien tolerado por los diabéticos.
- Masas sin gluten. Si no las quieres hacer en casa, se comercializan hojaldres y masas brisa sin gluten, una opción que permite crear deliciosos postres aptos para intolerantes al gluten o celiacos.
Un buen postre entra por los ojos
Para mí, la presentación forma parte de la receta, como un ingrediente más que la hace especial. Aunque sea un postre sencillo, si cuidas el acabado, brillará y entrará por los ojos.
Una forma de controlar la cantidad que se ingiere es hacer raciones individuales, es decir, mini raciones. De esta manera se disfruta del dulce, sin correr el riesgo de excederse con raciones más completas.
Puedes utilizar desde los más sencillos de presentar, como un vaso de cristal, hasta elaborar tu propio contenedor con un envoltorio de chocolate, como en el primer postre "Secreto de frutos del bosque", a modo de vaso comestible.