Una persona con una obsesión utiliza una lógica correcta para responder a preguntas "equivocadas". Así, construye un círculo vicioso en el que acaba por perderse, ya que su intento por controlar una realidad amenazadora le parece tan razonable y eficaz que no puede interrumpirlo.
Cómo dejar de obsesionarte y lograr la paz interior
Para poder salir de este círculo vicioso y superar las obsesiones desde la terapia breve estratégica, para lograr paz interior, se utilizan una serie de maniobras que se adaptan a cada persona de forma individual.
1. Repetir la acción
Al sentir la necesidad irrefrenable de comprobar alguna cosa para quedamos tranquilos, podemos aplicarla prescripción siguiente: "Si lo haces una vez, lo haces cinco, ni una más ni una menos; aunque también puedes no hacerlo ninguna vez". Así, utilizamos la misma estructura del problema para destruirlo.
Por el hecho de tener que repetir cinco veces la misma acción, se empieza a tener capacidad para decidir, ya que lo que antes era una necesidad imperiosa ahora es una repetición absurda y tediosa. Además, aparece una opción que hasta entonces era inimaginable: la posibilidad de no hacerlo.
2. Bloquear la cadena de respuestas
Si bloqueamos cualquier respuesta de las dudas que nos asaltan, conseguiremos más espacio para la experiencia. Para ello, acotaremos la energía dedicada a las soluciones teóricas y a la búsqueda de conclusiones y certezas.
Si no conseguimos bloquearlas respuestas y detener la preocupación inmediatamente, tenemos que dar, siempre por escrito, todas las respuestas posibles. Así, de nuevo, conseguimos que un mecanismo mental se vuelva un acto voluntario.
3. Enfrentarse a los miedos
Cada vez que, por ejemplo, evitamos tomar una decisión por miedo a equivocamos, estamos confirmando nuestra incapacidad para afrontar este tipo de situaciones, el miedo crece y cada vez resulta más difícil inclinarse por una opción.
Evitar los miedos nos debilita, y superarlos en la próxima ocasión en que se presenten resultará mucho más difícil. Es mejor actuar.
4. Media hora de la peor fantasía
El miedo aparece de forma involuntaria, espontánea, sin que lo llamemos. Si aplicamos la lógica de forma inversa, es decir, intentando producir miedo voluntariamente, conseguiremos bloquearlo.
Esta prescripción se utiliza sólo en algunos tipos de obsesiones y consigue resultados especialmente positivos.
5. Diario de las preocupaciones
Cada día a la misma hora, nunca después de cenar ni a primera hora de la mañana, podemos escribir durante veinte minutos o media hora todas nuestras preocupaciones, sobre uno mismo y el resto de circunstancias de la vida. Esto permite que las preocupaciones nunca nos desborden, ya que lo que hasta ese momento ha sido un elemento intruso, invalidante e involuntario se convierte en voluntario.
6. Un pequeño descontrol
Si sentimos la necesidad de que todo esté en un orden perfecto y predefinido para sentimos tranquilos, podemos introducir un pequeño desorden, una mínima variación. Esto nos permitirá la flexibilidad necesaria para convivir con un entorno siempre cambiante.
Los seres humanos requerimos pequeños descontroles para apreciar mejor el control de nuestro entorno.
7. Vencer sin combatir
Podemos aprender a llevar nuestras obsesiones como una sombra. No obstante, esta estratagema requiere de la máxima atención para no volver la cabeza hacia los pensamientos obsesivos que suponen una tortura.
La dificultad radica precisamente en mantener una actitud observadora ante las ideas que nos asaltan, sin intervenir ni combatir, de forma similar a la meditación.