Existe mucho estigma sobre el autismo, especialmente en los niños. Cuando oímos por primera vez la frase "su hijo tiene autismo", podemos sentirla como una condena, pero nada más alejado de la realidad.
¿Qué necesita mi hijo si tiene autismo?
Los niños autistas son distintos, como lo son todos los demás niños. ¿Cómo podemos acompañarles en su singularidad?
1. Ayuda para bajar la hipersensibilidad
Mediante terapia de integración sensorial podemos ayudarle a filtrar los estímulos, a vivir mejor con ello y a poder comunicarse.
2. Terapias adecuadas
Algunas terapias se centran en forzar un aprendizaje superfluo, mediante premios, sin una comprensión real de lo que se está “aprendiendo”. Están enfocadas en que un niño con autismo funcione como un neurotípico, con el tremendo esfuerzo que esto le supone.
Y mucho peor, puede desembocar en que se encierre aun más. Es importante evitar el aprendizaje superfluo y ayudar al niño a atenuar la intensidad sensorial para que sus propias capacidades surjan, con terapias como la integración sensorial o el método Tomatis.
3. Que no se le aísle
A veces, por su modo de actuar, damos por hecho que quiere estar solo, cuando por lo general ocurre todo lo contrario. Necesita espacios (escuela, hogar, familia, etc.) donde no se le trate como si fuese menos. Solo es diferente, como todos los niños.
4. Contacto y más contacto
Abrazos, besos, cosquillas, miradas. En el caso de rechazarlos, podemos ir rompiendo esa barrera mediante herramientas que favorezcan la contención, la propiocepción y la sensación de presión, como mantas lastradas, sacos elásticos, pelotas que les pasamos por el cuerpo, etc.
Temple Grandin construyó para sí misma la “máquina de abrazar”, que le proporcionaba una presión tranquilizadora ante la ansiedad. La contención y la presión hacen que nuestro sistema nervioso parasimpático se active, lo cual nos ayuda a centrarnos y calmarnos.
5. Confianza por parte de padres y maestros
Es esencial que el potencial del niño no acabe desapareciendo, y para ello necesita de adultos que sean capaces de verlo.
6. Diversificación
Ayúdale a salir de sus rutinas repetitivas, sin forzar, ofreciendo nuevos retos. Su memoria enciclopédica es una gran ventaja, pero necesitan salir de lo habitual poco a poco.
¿Qué necesitamos los padres?
Centrarnos en sus virtudes y en todo lo que sí puede hacer. Y además...
1. Dosis extra de paciencia
Si bien es normal que cualquier niño tenga estallidos de rabia o se desestablice con los cambios, en los niños con autismo se dispara. Recordemos en esos momentos que no quieren manipularnos, que rechazarlos les daña, que necesitan que los acompañemos emocionalmente.
2. Realizar una prueba genética
Ante la sospecha, y dado que una intervención temprana es clave, un cariotipo específico para autismo puede ayudarnos mucho. El cariotipo al uso no lo detecta. Esta prueba, paradójicamente, va a tranquilizarnos, a situarnos, a favorecer que dejemos de culparnos. Nuestro niño nos necesita fuertes y seguros.
3. Entender su hipersensibilidad
Comprendamos que no rechaza la comida por capricho, simplemente no soporta ciertas texturas, olores, sabores, colores. La terapia de integración sensorial le ayudará a ir organizando esos estímulos, para que la alimentación deje de ser un quebradero de cabeza. Y le aportará, a su vez, un mayor equilibrio cerebral.
4. Criar con contacto
Todos los niños lo necesitan, pero ellos lo necesitan aún más. Es básico romper la barrera del contacto, que muchos niños con autismo rechazan. Esto se puede lograr si desde edades muy tempranas se ha fomentado.
5. Conectar con ellos
Tu hijo está ahí, aunque en ocasiones parezca que mira a la nada y no te escucha. Aunque a veces te parezca que está aislado en sí mismo, no lo está. Te escucha, te ve, te necesita. Habla con él, interactúa, inventa juegos.
6. Parar las agresiones externas
No permitamos que la gente los aísle o los trate como si fuesen raros, comenzando por nosotros mismos.
7. Dejar de centrarnos en lo que no puede hacer para centrarnos en lo que sí
Si estás atento, descubrirás los potenciales de tu hijo. Lo que le interesa, en lo que destaca y le gusta hacer. Todos los niños necesitan que veamos esto, pero en el caso de los niños con autismo, nos cuesta mucho más entender este punto.