Si en este preciso instante te pidiera definirte a ti mismo, ¿cómo lo harías?, ¿qué rasgos de tu personalidad considerarías que te describen mejor? ¿Eres una persona estable emocionalmente, madura, reservada o sociable?, ¿predispuesta hacia la vehemente expresión de tus sentimientos o quizás tímida y retraída en tus expresiones?

Descripción de los rasgos de la personalidad

Los psicólogos basamos la descripción de una persona en la existencia de una manera regular y consistente de relacionase con los demás, de pensar sobre las experiencias de la vida, en definitiva, de ser.

Teniendo esto en cuenta establecemos lo que hemos denominado “rasgos de la personalidad”, que son esas características tuyas que permanecen estables a lo largo del tiempo y en diferentes escenarios, de forma que todas las personas que se relacionan contigo saben más o menos que esperar de ti en relación a cómo te conducirás ante distintas situaciones.

Cuándo se da un trastorno de la personalidad

Puede suceder que esta manera de ser tuya no contribuya a un funcionamiento eficaz porque sean rasgos rígidos y poco adaptativos al contexto en el que te mueves y te acarren dificultades y problemas que interfieran en tu vida social, familiar, y laboral.

Una de las dificultades más acusadas que entrañan los trastornos de la personalidad es que, dado que la personalidad se construye desde nuestra infancia y a lo largo de la vida y ésta se va consolidando con los años, las personas con un trastorno no ven nada malo en su forma de actuar porque “siempre han sido así” y carecen de la conciencia suficiente de que tienen un problema. Para ellos, son los demás quienes los sufren.

Síntomas del trastorno límite de la personalidad

Se han identificado una variedad de alteraciones de la personalidad y una de ellas el trastorno límite de la personalidad, que aparece en las primeras etapas de la edad adulta.

Siguiendo el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, denominado DSM-V, padecer un Trastorno límite de la personalidad requiere la aparición cinco síntomas de un listado de nueve:

  1. La persona hace esfuerzos desesperados por evitar el desamparo real o imaginario.
  2. Aparece un patrón de relaciones inestables e intensas que se caracterizan por una alternancia entre los extremos de idealismo y devaluación de las personas.
  3. Existe una alteración de la identidad y se observa una inestabilidad intensa y persistente de la autoimagen y del sentido del yo.
  4. Presencia de una alta impulsividad.
  5. Comportamientos, actitud o amenaza recurrente de suicidio o de automutilación.
  6. Inestabilidad afectiva debido a su alta reactividad en sus reacciones emocionales.
  7. Sensación crónica de vacío.
  8. Enfado inapropiado e intenso o dificultad para controlar la ira.
  9. Ideas paranoides transitorias relacionadas con el estrés o síntomas disociativos graves.

¿A qué ámbitos de la persona afecta?

Podríamos adentrarnos un poco más en la comprensión de cómo están cuatro grandes esferas afectadas:

En sus afectos

Son personas emocionalmente inestables que se desregulan fácilmente con sus emociones y las expresan de forma desadaptada. Experimentan con frecuencia una gran variedad de emociones negativas como:

  • Ira
  • Pena
  • Vergüenza
  • Pánico
  • Terror
  • Sentimientos continuados de vacío y soledad

Pueden sufrir cambios drásticos de humor en cortos lapsus de tiempo, lo que resulta desconcertante. Por ejemplo, es relativamente común que tengan pensamientos suicidas acompañados de una profunda desesperación, para después sentirse razonablemente positivos unas horas más tarde. Algunas personas se sienten mejor por la mañana y otras por la tarde. El patrón varía, pero la clave está en los cambios de humor impredecibles.

En la esfera cognitiva

Las personas con un trastorno límite de la personalidad tienen maneras de percibir y pensar distorsionadas, caracterizadas por:

  • Pensamientos negativos: pueden pensar que son personas terribles o sentir que no existen para los demás.
  • Pueden sufrir episodios breves de experiencias extrañas como oír voces fuera de su cabeza por algunos minutos con instrucciones de hacerse daño a sí mismos o a los demás. No llegan a saber muy bien si son reales o no.

Algunas de estas creencias irracionales son de índole psicótica y claramente indican que la persona está empeorando porque pierde el sentido de la realidad. En este caso, es muy importante que reciban ayuda profesional.

En la esfera conductual

Los efectos en esta esfera se caracterizan sobre todo por la impulsividad, que se expresa de dos maneras:

  • A través de comportamientos autodestructivos. Aún recuerdo vivamente cuando trabajaba como psicoterapeuta residente en el “Arbours Crisis Center”, una comunidad terapéutica en Londres especializada en el tratamiento de trastornos graves de la personalidad que ofrecía sostén y contención emocional 24 horas al día. Allí, parte de mi rutina de trabajo consistía en salir corriendo en mitad de la noche a urgencias para atender a pacientes que, sumergidos en las fases más críticas de su desesperación, aliviaban su malestar sometiendo su cuerpo a cortes profundos o quemaduras: en los brazos, las piernas, el estómago o incluso en sus genitales. Muchas de estas personas habían sufrido graves experiencias de abusos sexuales en su infancia. Cuando los sentimientos y emociones de depresión, de vacío y de desesperación eran muy intensos, podían fácilmente tener pensamientos o actitudes suicidas.
  • Involucrándose en actividades impulsivas temerarias como abusar del consumo de alcohol o drogas, gastar sin control o apostar dinero o tener sexo con cualquier extraño sin ninguna protección.

En el campo relacional

Tienen relaciones inestables que fácilmente conducen a la ruptura.

  • Pueden sentir que las personas se les acercan demasiado y les resultan asfixiantes.
  • También pueden experimentar un intenso miedo al abandono, que les provoca mucha ansiedad y también enfado. Esto los puede llevar a hacer esfuerzos desmedidos para que la otra persona no los deje como llamar o escribir de forma insistente, telefonear en mitad de la noche, amenazar con suicidarse o hacerse daño, etc.

¿Cuál es el tratamiento?

El tratamiento del trastorno límite de la personalidad incluye generalmente a un conjunto de profesionales como un psicólogo psicoterapeuta y un psiquiatra especializados en este tipo de dificultades.

Se pueden emplear diferentes abordajes psicoterapeúticos en función de la intensidad y gravedad de los síntomas con los que lidie la persona.

Cuando la persona tiene un largo historial de autolesiones y de problemas emocionales de larga duración, es conveniente que exista la opción de convivir en una comunidad terapéutica que ofrezca un ambiente acogedor y estructurado donde pueda aprender habilidades sociales de convivencia y aplicar abordajes integrales de intervención psicológica de mayor intensidad, que englobaba tratamientos con: terapia individual y grupal, terapia a través del arte, terapia corporal, análisis de relaciones de convivencia, etc.

  • El tratamiento debe estar encaminado a la creación de un espacio de simbolización y discusión de sus problemas para que pueda lograr una mejor comprensión de su mundo interno, de cómo siente y piensa.
  • Es clave que aprenda a identificar y autorregular mejor sus emociones, a pensar sobre los problemas y dificultades en su vida, en su relación con los demás y en la construcción de su autoconcepto.
  • Se le ayudará de diferentes maneras a abordar, encontrar y explorar maneras adecuadas de resolver sus problemas, de lidiar con la frustración y a cambiar actitudes y conductas desadaptadas.

Estos trastornos pueden ser tratados por psicoterapeutas entrenados en:

  • Modelos psicodinámicos adaptados a trastornos límites de la personalidad y graves estados disociativos de conciencia creada por el Dr. Joseph Berke para la Comunidad Terapéutica de Londres “Arbours Crisis Center”.
  • Terapia dialéctica conductual de Linehan.
  • Terapia de mentalización, con Otto Kernberg como uno de los máximos exponentes.
  • Terapia de aceptación y compromiso de Shoenberg & Hayes para ciertos síntomas psicóticos.
  • Terapia a través del arte.
  • Terapias corporales.
  • Ejercicios específicos de “Mindfulness”.

Todas estas terapias son adecuadas para el abordaje de estos trastornos y están diseñadas para ayudar a los pacientes en sus graves dificultades desde una nueva comprensión. Se les dotará de herramientas psicológicas internas para que se relacionen consigo mismos y con los demás buscando generar maneras más amables, constructivas, enriquecedoras, compasivas, y adaptativas, siempre inspirados por el luminoso deseo de que logren emplear el tesoro de su vida en lo verdaderamente importante y significativo para ellos.