Empieza la época más fría del año y cierto aletargamiento parece inevitable. Para muchas personas, las horas ociosas de invierno son sinónimo de quietud y a menudo están teñidas de untedio que roza el desánimo.
Sin embargo, las bajas temperaturas y los días cortos también tienen numerosos aspectos positivos. El invierno puede ser una buena excusa para cuidarse más que nunca y para disfrutar con multitud de actividades que con el calor ni se plantean.
En general, durante estos meses se pasa más tiempo en casa y se sale mucho menos, lo que también ofrece sus ventajas. Sin hacer grandes dispendios ni esfuerzos se puede disfrutar de momentos invernales muy placenteros, de reposo pero también en ocasiones activos y estimulantes, para ganar vitalidad.
El mero hecho de sentirse bien cuando el entorno se muestra más riguroso aumenta la confianza en uno mismo y enseña a sacar lo mejor de cada situación.