Estos son los 16 mejores remedios caseros para solucionar urgencias de verano que te sacarán de más de un apuro

Lugares desconocidos, actividades que no practicamos a lo largo del año... pueden generar dolencias. Estas son las mejores soluciones para las más frecuentes.

remedios de urgencias

La estación estival, en la que nos tomamos tiempo para descansar y disfrutar de las vacaciones, es una época de relajamiento y una inestimable oportunidad para estar en contacto con la naturaleza (campo, playa, montaña ... ) renovando cuerpo y espíritu.

Pero el cambio del entorno y la realización de actividades que no son habituales pueden provocar situaciones de riesgo para la salud.

Afortunadamente estas circunstancias suelen ser pasajeras y en la mayoría de los casos tienen sencilla solución aplicando remedios basados en la medicina natural.

Muchas de estas dolencias remiten por sí solas con estos tratamientos, otras requerirán atención médica; sin embargo, aun en estos casos las medidas naturales de urgencia serán de importante ayuda mientras esperamos la asistencia sanitaria.

1. Para prevenir los mareos

Una de las primeras incidencias que suele presentarse ya en el mismo desplazamiento en coche, avión o barco hacia el lugar de destino son los mareos, más frecuentes aún en los niños.

Para prevenirlos ayudará masticar raíz fresca de jengibre dos o tres horas antes de emprender el viaje.

También se pueden llevar algunos trocitos de esta raíz para masticar si la sensación de mareo y náusea aparece a pesar de todo.

De igual modo resulta beneficioso que la última comida antes del viaje se base en hidratos de carbono de asimilación lenta, como cereales integrales o legumbres, y abstenerse de ingerir café, azúcares simples (bollería, pasteles, dulces ... ), tomar alcohol o fumar.

2. Ampollas en los pies

También es habitual que para descubrir nuevos parajes en vacaciones andemos mucho y no siempre con un calzado adecuado. Así aparecen dolorosas ampollas en los pies.

El remedio tradicional consiste en introducir los pies 5 minutos en un balde en el que hayamos vertido agua caliente, un puñado de sal y un chorro de vinagre.

Después se secan los pies con cuidado y se puede colocar sobre las ampollas un emplasto de cebolla cocida machacada cubierta con una gasa.

En ningún caso debe reventarse la ampolla ya que aumentaría el riesgo de infección.

3. picaduras de mosquitos y otros insectos

Durante el verano los insectos proliferan y algunos de ellos poseen aguijones con los que inocular veneno a sus enemigos potenciales, que en las personas puede causar hinchazón, picor y dolor.

De las tierras exóticas de las Filipinas y las islas Molucas nos llega el clavero –clavos de olor–, un árbol tropical con una valiosa propiedad: sus capullos florales. Su fragancia ofrece una alternativa natural a los repelentes sintéticos, combatiendo a las molestas moscas, mosquitos, hormigas y pulgones. Además, posee propiedades desinflamatorias y desinfectantes, siendo un aliado eficaz contra las picaduras de avispas y tábanos, promoviendo así una cicatrización óptima.

En cuanto a su modo de aplicación, unas pocas gotas de aceite esencial pueden ser vertidas sobre la ropa para disfrutar de sus beneficios, o diluidas cuidadosamente en un aceite vegetal para aplicar sobre la piel. También se puede emplear en forma de masaje mediante la maceración de los clavos en alcohol, o bien sumergiendo compresas en una decocción. Además, estos capullos pueden ser utilizados como un repelente natural al ser clavados en una manzana o un corcho y colocados como difusor aromático.

4. En los eritemas solares

El sol es otra una fuente de peligro en la época estival por las quemaduras que surgen si hay una exposición prolongada.

En estos casos lo mejor es optar por un gel de aloe vera. Debe extenderse tres veces al día sobre la piel dañada para aliviar el ardor y ayudar a que las células epiteliales se regeneren con más rapidez.

5. Contra la conjuntivitis

Las piscinas y el agua de mar favorecen que el tejido conjuntivo del ojo se enrojezca e irrite, lo que lleva a frotar los ojos con las manos favoreciendo las infecciones e inflamaciones en este tejido (conjuntivitis). 

Un buen remedio para desinfectar y calmar las molestias es una decocción de eufrasia y manzanilla mezcladas a partes iguales y dejadas hervir en una taza de agua durante 2 minutos.

Se aplican sobre los ojos unas compresas humedecidas en esta solución varias veces al día.

6. Hongos 

En esta época del año alrededor de las piscinas y duchas públicas proliferan los hongos lo que puede favorecer su aparición en los pies, el llamado "pie de atleta", que provoca descamaciones en los espacios interdigitales.

Para prevenir estas infecciones conviene utilizar calzado de protección.

Cuando aparecen los hongos un buen tratamiento consiste en aplicar entre los dedos afectados el aceite que se obtiene pinchando con una aguja las cápsulas gelatinosas de vitamina E (en farmacias). Después se cubren los dedos con un trocito de gasa.

7. Inapetencia

El calor puede ser causa de inapetencia sobre todo en niños y ancianos. Aunque no suele revestir gravedad, los individuos delicados de salud o convalecientes pueden sufrir un empeoramiento.

La administración del compuesto de flores de Bach: rosa silvestre, ajo mimosa a razón de 7 gotas de la mezcla bajo la lengua tomadas tres veces al día ayudará a recuperar el apetito.

8. En caso de diarrea

Otra afección asociada al calor son las diarreas. Cuando se producen de forma puntual debido al cambio de agua potable o a algún alimento en mal estado lo conveniente es dejar que el enfermo expulse las materias tóxicas acumuladas en el intestino.

Pero si la diarrea se prolonga más de un día puede haberse producido una irritación intestinal. Entonces ayudará tomar 3 tazas diarias de una decocción de corteza de roble albar que tiene una potente acción astringente.

Se hierven a fuego lento 10 g de corteza de roble en una taza de agua, se deja reposar 10 minutos, se cuela y se toma a lo largo del día en dosis pequeñas hasta que desaparezca la diarrea.

9. Agotamiento por calor

Sobre todo en climas muy calurosos y húmedos, que originan una pérdida excesiva de líquido, se puede producir un agotamiento debido al exceso de sudoraciónque se acompaña de náuseas y dolor de cabeza.

El bicarbonato de sodio es conocido por sus propiedades antibacterianas y su capacidad para neutralizar el olor del sudor. Aquí tienes una forma sencilla de utilizarlo:

  • Prepara una pasta espesa mezclando una cucharadita de bicarbonato de sodio con un poco de agua. Para obtener un aroma fresco, añade unas gotas de aceite esencial de tu elección.
  • Aplica la pasta debajo de tus axilas y déjala actuar durante aproximadamente 15 minutos. Después, enjuaga la zona con agua tibia. Repite este procedimiento todas las mañanas durante algunas semanas para obtener mejores resultados.

10. Ante un corte de digestión

Los nervios del viaje, la ingestión de bebidas muy frías en las comidas o el exceso de ejercicio pueden acarrear un corte de digestión.

Ante esta situación conviene provocar el vómito ya que los alimentos retenidos en el estómago fermentan, lo que empeora el estado.

Posteriormente será necesario seguir un ayuno de un día, en el cual se tomarán de 4 a 6 tazas de infusión de boldo y manzanilla a partes iguales, a las que se añadirá un chorrito de zumo de limón.

Los días después es importante practicar alguna forma de relajación antes de comer, no comer de forma precipitada y restringir las bebidas con gas, el tabaco y el café.

11. Golpes y contusiones

Durante el verano desarrollamos más juegos y actividades que nunca al aire libre, lo que puede favorecer golpes y contusiones.

Cuando se producen lo mejor es aplicar rápidamente sobre la superficie afectada hielo envuelto en un paño.

Transcurridos unos minutos se envolverá la lesión con una venda empapada en vinagre, ya que éste tiene propiedades antiinflamatorias y descongestionantes, y se dejará actuar hasta que el dolor remita.

12. Dormir a pierna suelta

El cambio de hábitat, una cama a la que no se está acostumbrado, el excesivo calor y/o factores emocionales como la ansiedad, son susceptibles de provocar dificultad en conciliar el sueño.

Una combinación de las esencias florales de Bach de Agrimonia e Impatiens, siete gotas de cada una vertidas directamente bajo la lengua, media hora antes de acostarse, tiene efectos inmediatos.

13. Sin hemorroides

Como saben quienes las padecen, esta dolencia empeora con el calor.

Para impedir que las venas se dilaten aún más y calmar el escozor, hay que limpiarse cuidadosamente con agua fría después de ir al baño y aplicar una pomada homeopática de hamamelis, que también debe ponerse antes de acostarse.

14. Para el dolor de cabeza

Tanto el calor como la ansiedad que en algunas personas provocan las vacaciones pueden dilatar las venas intracraneales y ser causa de cefaleas y jaquecas.

Añadir 2 o 3 gotas de aceite esencial de lavanda a una cucharada de aceite excipiente permitirá realizar un masaje en la base del cuello y en las sienes para vencer el dolor. La lavanda posee magníficos efectos sedantes y también es un buen analgésico natural.

15. Cansancio vacacional

El ejercicio físico y el calor, así como el cambio de ritmo que se vive con las vacaciones pueden llevar a sufrir un cansancio casi enfermizo que impida disfrutar del tiempo libre.

Esta astenia afecta aún más a los ancianos y a quienes han llevado una vida sedentaria durante el resto del año.

Tomar un comprimido de ginseng de más de tres años con la comida y con la cena ayudará a recuperar la vitalidad.

Cuando el agotamiento afecta más a los músculos lo mejor es optar por un suplemento diario diario de 3 gramos de glutamina, que se encuentra en herboristerías y tiendas de dietética. La glutamina aumenta la capacidad de almacenar glucógeno y la resistencia de los músculos.

16. Garganta inflamada

A veces los esfuerzos que se realizan durante un viaje, el cambio de clima, el aire acondicionado y los baños fríos pueden causar una bajada de defensas que da lugar a una inflamación de garganta.

En estos casos lo aconsejable es tomar mucho líquido junto con preparados de ajo que ayudan a potenciar las defensas.

También conviene ingerir frutas ricas en vitamina C y realizar gargarismos con una solución de caléndula e hipérico.

Una infusión de malva también reducirá la inflamación.

A los niños se les puede aplicar por la noche una cataplasma de cebolla cocida caliente bien envuelta en un paño de algodón grueso. Se dejará actuar hasta el día siguiente.

¿Qué hacer ante una emergencia?

La actitud que se toma ante una emergencia es tan determinante para la recuperación como el remedio en sí. Lo que debe tenerse en cuenta es:

  • En ningún caso dejarse vencer por el pánico.
  • Mantener la calma y reflexionar con distancia antes de actuar. El apresuramiento y la precipitación conducen a actuaciones incorrectas.
  • En caso de duda solicitar atención médica.
  • En ningún caso se debe transmitir desasosiego al afectado, sino tranquilizarle y restar importancia a la posible gravedad de la situación.
  • Intentar dialogar con el accidentado para averiguar con precisión posible el tipo de trastorno.
  • Coger el brazo o la mano del enfermo. El contacto humano proporciona seguridad.

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