La mejor protección frente al frío es adaptarse a él de forma gradual, sin temerlo. Es un error abrigarse en exceso y permanecer inactivo. Al mismo tiempo, hay algunas estrategias que nos pueden ayudar a preparar al organismo para combatir el frío y adaptarse a él sin que nuestra salud se resienta.

1. Buenos suplementos para las defensas

Algunos complementos dietéticos pueden ayudar a prevenir o mejorar las infecciones.

  • Magnesio. Para aprovechar los beneficios del magnesio, puede hacerse una cura a principios de otoño. Se trata de beber medio vaso de agua mineral al que se habrá añadido cloruro de magnesio (20 g por litro), preferentemente en ayunas y durante unas dos o tres semanas. Con ello se estimula el sistema inmunitario. Al principio puede provocar una diarrea leve y corta. Está contraindicado en caso de insuficiencia renal y de dispepsia hiperclorhídrica.
  • Vitamina C. Como medida preventiva bastará con tomar de 500 a 1.000 mg al día durante otoño e invierno. En el caso de presentarse síntomas gripales puede aumentarse la dosificación a 1.000 mg cada ocho horas, durante varios días, lo que hace que se acorte la duración del proceso.
  • Ajo. Mejora las defensas. Se recomienda que las personas con baja resistencia a las infecciones tomen entre dos y tres dientes de ajo al día o bien su equivalente en forma de cápsulas o perlas con su aceite. Esta presentación en forma de suplemento evita el fuerte olor de su consumo crudo.

2. Vahos para despejar las vías respiratorias

Esta sana y sencilla técnica resulta muy útil ante trastornos del tracto respiratorio. La vaporización –respirar los vapores de agua muy caliente– ayuda a descongestionar las vías aéreas superiores.

Si se añaden plantas o aceites esenciales, el efecto terapéutico aumenta: el vapor cargado de principios activos actúa sobre el aparato respiratorio e incluso indirectamente sobre otras partes del organismo.

¿Cómo hacer una vaporización?

Se puede usar un inhalador o el clásico sistema casero: un cuenco en el que se vierte agua hirviendo junto con el producto elegido. Inclinándose sobre el recipiente, se cubre la cabeza con una toalla y se respira el vaho unos 10 minutos.

Se ha de tomar alguna precaución, como evitar respirar aire frío justo después. Para gripes, sinusitis y bronquitis. durante una o dos semanas, y a razón de 2 o 3 inhalaciones diarias, se echa en el agua hirviendo una cucharada sopera de la siguiente mezcla:

  • 1 gota de aceite esencial (AE) de lavanda
  • 2 de AE de agujas de pino
  • 2 de AE de tomillo
  • 4 g de AE de eucalipto
  • 150 ml de alcohol de 90° (la mezcla dará para 2-3 días).

Aquí tienes otros vahos terapéuticos para los meses fríos.

3. Vitaminas y minerales

No deben faltar en tu dieta:

  • Vitamina A: ayuda a mantener en buen estado la mucosa de las vías respiratorias y se puede encontrar en los vegetales anaranjados como la zanahoria, el boniato, el albaricoque, la calabaza.
  • Vitaminas del grupo B: protegen frente a las infecciones y abundan en la levadura de cerveza, las harinas integrales y los frutos secos.
  • Vitamina C: de acción antioxidante, su carencia se asocia a una menor resistencia a las infecciones. Son ricos en ella los cítricos, el kiwi, el tomate y los pimientos.
  • Vitamina E: impide la proliferación de virus, alivia el estrés y contribuye a que las defensas no disminuyan con la edad. En aceites vírgenes, cereales integrales y semillas.
  • Vitamina D: tiene un efecto regulador del sistema inmunitario. Para que el organismo la sintetice, es necesario exponerse al sol.
  • Magnesio: es uno de los mejores agentes para acrecentar el poder inmunitario. Frutos secos, semillas y cereales, además de otros vegetales, aseguran un buen aporte de este mineral.
  • Selenio: su carencia puede transformar un virus benigno en maligno y esos son algunos de los síntomas que indican que te falta selenio. En infecciones crónicas se aconsejan dosis de 50 a 200 microgramos al día. Sus mejores fuentes son: levadura de cerveza, algas, germen de trigo, ajo, cebolla y col.
  • Zinc: interviene decisivamente en el equilibrio del metabolismo y refuerza las defensas. Se recomienda un suplemento de 15 mg diarios, o incluso el doble en el caso de poca resistencia a las infecciones. Se encuentra en los cereales integrales, la levadura de cerveza y el brécol.

4. Ejercicios que tonifican el cuerpo y el estado de ánimo

Debido al frío y la disminución de la luz solar, otoño e invierno propician en algunas personas una falta de calor vital a nivel físico, o también tristeza y languidez psicológica. Los siguientes ejercicios ayudan a recuperar un mejor tono.

  • Respiración yóguica. La medicina ayurvédica de la India recomienda la "respiración de fuego", que fortalece los pulmones, especialmente en época de frío. Consiste en inspirar normalmente espirando después con fuerza por ambas fosas nasales, primero con un ritmo lento que se va acelerando y dando lugar a un sonido semejante al de una antigua locomotora. Se hace una ronda de 30 exhalaciones, se descansa un minuto y se vuelve a empezar. Pueden hacerse 5 rondas por la mañana y otras 5 por la tarde.
  • Paseo antifatiga. Hay que procurar pasear de media a una hora al día, tranquilamente, respirando a fondo. También se puede caminar relajadamente unos cien pasos, correr suavemente 25 zancadas y volver a comenzar. Este simple paseo, repetido tres o cuatro días seguidos, estimula y equilibra el sistema nervioso y circulatorio.
  • Gimnasia matinal. Si por la mañana no se tiene tiempo ni ánimos para hacer una verdadera tabla gimnástica, se puede realizar el siguiente ejercicio: con las manos en las caderas, se salta ligeramente sobre el mismo lugar, con los pies juntos, durante tres minutos. Hay que saltar lo más alto posible flexionando las pantorrillas y volviendo a caer sobre la punta de los pies. Luego se frota todo el cuerpo con agua tibia.
  • Friccionar la piel. También puede hacerse una fricción con un guante de crin hasta que la piel enrojezca ligeramente, insistiendo sobre la parte baja de la espalda, por donde pasan nervios de vital importancia para el bienestar general del organismo.

5. Tratar los resfriados con homeopatía

Estos remedios para el resfriado común o coriza se eligen según los síntomas. Se puede usar una potencia de 5Ch, a razón de 3 gránulos tres veces al día (si hubiera fiebre, incluso más veces al día), espaciando las tomas conforme se mejore.

  • Aconitum. Adecuado en fases iniciales, cuando hay fiebre sin sudoración y la causa es un enfriamiento brusco por viento frío y seco. Suele haber ansiedad y sed.
  • Allium cepa. Para corizas agudas con secreción nasal copiosa, acuosa y que irrita la salida de las fosas nasales. Suele acompañarse de lagrimeo no irritante y frecuentes estornudos.
  • Arsenicum album. Secreción acuosa copiosa y excoriante, nariz tapada y ardor en las fosas nasales. Sed de pequeños sorbos. Empeora de noche, con inquietud.
  • Mercurius solubilis. La secreción nasal es amarillo-verdosa, incluso purulenta. Empeora de noche. Hay gran sudor nocturno, mal aliento y exceso de saliva.
  • Pulsatilla. Secreción nasal espesa, amarillenta y no irritativa, con obstrucción peor al anochecer y en habitaciones caldeadas. Suele haber estornudos, pérdida de gusto y olfato, sin sed.