Muchas plantas medicinales de Oriente como el ginkgo, el ginseng o la cúrcuma nos son muy familiares. Representan una tradición herbaria milenaria y ya forman parte de nuestro acervo cultural.

No sucede lo mismo con la rica flora del Amazonas, que en cambio vemos como una curiosidad lejana y exótica, a la que raramente se le atribuye evidencia científica y por tanto se tiende a minusvalorar.

Los pueblos indígenas utilizan entre dos y tres mil especies con fines medicinales. Cada pueblo amazónico ha desarrollado conocimientos específicos sobre las posibilidades curativas de las plantas de su entorno, solas pero a veces también en interacción unas con otras.

Muchas de estas plantas se nos presentan como una panacea, algunas con la aureola de afrodisiacas o alucinógenas, lo que cuadra bien con la exuberancia vegetal incontenible del paisaje de donde proceden.

Un saber ancestral en peligro de extinción

En la Amazonia se concentra el 35% de la reserva forestal del planeta. En esa vasta masa boscosa se han identificado más de cinco mil especies de plantas que pueden tener interés medicinal, alimentario, cosmético o aromático.

La población amazónica está perdiendo estos preciados conocimientos debido a la galopante aculturización, la relación de desventaja entre el saber de la etno-medicina y los servicios oficiales de salud, y sobre todo, por el proceso imparable de deforestación de la selva amazónica. Otra amenaza es la piratería de patentes que ejerce la industria farmacéutica.

Potenciar el cuidado y cultivo de las plantas medicinales por parte de los pueblos indígenas sería un activo para estas poblaciones, pero hasta ahora la recolección para abastecer la creciente demanda exterior se ha hecho de forma desordenada y sin una clasificación previa de las especies, lo que las desvaloriza.

El chamán es un personaje indispensable en las sociedades indígenas por su capacidad para hallar solución a los problemas que afligen a los miembros de la tribu. Utiliza la toma de preparados con efectos alucinógenos o psicoactivos, como la ayahuasca, la chacruna o el guanto, en elaborados rituales para descubrir la disyuntiva que se oculta bajo la superficie de las cosas o en una crisis.

Son ellos los que disponen del conocimiento básico sobre las plantas que se encuentran en su entorno, y este saber se ha ido transmitiendo de forma experimental generación tras generación.

5 plantas medicinales del Amazonas que encontrarás en Europa

La lista de plantas amazónicas con poderes medicinales es inacabable, y muchas ya han merecido la atención de la investigación científica como el pao d'arco, la sangre de drago, la muira pauma y más recientemente la inca inchi, nuevo remedio para el colesterol.

Otras siguen siendo un enigma para la ciencia, pero son ampliamente usadas por los pueblos indígenas, como la capirona, casha huasca, jatoba, puxuri, camu-camu y un largo etcétera.

Hemos seleccionado cinco que se pueden hallar en cualquier herbolario español o bien pedir por encargo.

Copaiba para la bronquitis

La copaiba (Copaif era multijuga) es un árbol majestuoso de hasta 45 metros de alto y un tronco de 1,50 metros de diámetro. Con fines medicinales se aprovecha la oleorresina, que se obtiene de practicar una incisión en la corteza.

Uso indígena: Como antibiótico, para sanar y cicatrizar heridas, para la psoriasis y la gonorrea. Y como combustible.

A quién conviene: Se destina para el tratamiento de la bronquitis, las infecciones urinarias, las hemorroides y en uso tópico sobre eccemas y heridas.

Cómo se toma: El extracto fluido, la tintura, el bálsamo en loción.

Andiroba, amiga de la piel

La andiroba (Carapa guianensis) es un árbol imponente que se encuentra en áreas aluviales. Su madera es objeto de una gran demanda por su alta resistencia a la humedad.

Uso indígena: Pueblos amazónicos como los munduruku y los wayapi la emplean desde hace siglos para obtener pigmentos y colorantes, como combustible, como repelente de insectos o contra los parásitos del cabello.

A quién conviene: La aplicación principal de este árbol recoge fielmente el uso indígena de protector dérmico contra las picaduras de ,insectos, desinfectante y cicatrizante de heridas, sobre dermatitis, urticarias e infecciones por hongos. Se estudia para el tratamiento de carcinomas y sarcomas.

Cómo se toma: El aceite de andiroba en masaje o como loción, las hojas en infusión y la corteza en decocción.

Catuaba, afrodisíaco y revitalizante

La catuaba (Erythroxylum catuaba) es un árbol de las selvas del norte de Brasil. Presenta flores anaranjadas y unos frutos de color amarillento que son tóxicos.

Uso indígena: La tribu de los tipu la utiliza desde hace generaciones como un vigoroso afrodisiaco, y en muchos de sus bailes y rezos se alude a este poder.

A quién conviene: Se ha demostrado la eficacia de la corteza como estimulante del sistema nervioso central, y se destina a tratar la impotencia y la apatía sexual, la fatiga, la astenia, para fortalecer la memoria y controlar los nervios.

Cómo se toma: En decocción de la corteza, en extracto líquido y tintura. Los efectos suelen empezar a la media hora. Se puede adquirir por encargo.

Precauciones: Evitar ante palpitaciones, taquicardias y ataques de ansiedad.

Más vitalidad con el guaraná

El guaraná (Paulinia cupana)es una mata leñosa de hasta 10 metros de alto, con las hojas compuestas y los frutos carnosos, ovales, que contienen semillas marrones que recuerdan a diminutas castañas. Procede de la Amazonia brasileña. Es una de las plantas amazónicas más conocidas, de presencia asegurada en cualquier herbolario.

Uso indígena: Entre otras muchas aplicaciones, para tratar la diarrea y la fatiga física.

A quién conviene: Es un excitante del sistema nervioso central. más efectivo que el café. Se indica como alternativa a los estimulantes clásicos para sentirse más desinhibido, superar los estados de astenia, fatiga y aliviar la migraña nerviosa. Se incorpora también a dietas de adelgazamiento.

Cómo se toma: En polvos, para añadir en el yogur, en cápsulas, extracto líquido, jarabe y tintura.

Precauciones: Evitar en caso de ansiedad, palpitaciones, arritmias, insomnio, gastritis y colon irritable. No tomar por la noche.

Uña de gato, poderoso antioxidante

La uña de gato (Uncaria tomentosa) es una liana de ramas espinosas, con las hojas oval-lanceoladas y flores rosa pálido. Se cosecha la corteza.

Uso indígena: En gastritis, reumatismos y para combatir los focos de infección por hongos, virus y bacterias, así como las enfermedades venéreas.

A quién conviene: Para fortalecer el sistema inmunitario y para neutralizar la acción de los radicales libres. Está señalado en procesos alérgicos y para prevenir infecciones respiratorias y gastrointestinales. Se está ensayando en el tratamiento de apoyo de ciertos tumores cancerígenos.

Cómo se toma: En decocción, tintura, tabletas y extracto líquido.

Precauciones: No tomar durante el embarazo ni la lactancia.