Sumergidas bajo el agua, a mayor o menor profundidad, viven las algas, de las que se conocen unas 25.000 especies, aunque tan solo unas 50 se consideran comestibles.

Son autótrofas, es decir, que forman materia orgánica a partir de la inorgánica utilizando la luz como energía a través del proceso químico de la fotosíntesis.

Algunas lo hacen gracias al mismo pigmento verde del que disponen la mayoría de plantas terrestres, la clorofila, pero otras se valen de pigmentos diferentes, por lo que se pueden encontrar algas verdes, pero también pardas, rojas, negro brillantes, blancas o azules.

Las algas, que están en la base trófica del medio marino, reciben todos los beneficios del mar, la luz y el oleaje, y en su composición bioquímica destaca la presencia de numerosos oligoelementos y sales minerales que absorben directamente del agua, así como vitaminas, fibra, hidratos de carbono y proteínas.

Plantas de roca y de duna: efectos de las algas en la salud

De estas plantas, las hay que han elegido la verticalidad de roquedos y acantilados marinos, y aprovechan la humedad constante de la brisa marina y el azote irregular del oleaje. Pero otras, en cambio, prosperan a ras de tierra en un sustrato móvil y batido por el viento, muy difícil de colonizar, como son los arenales marinos y las dunas, donde pueden quedar desarraigadas y el agua de la lluvia se filtra fácilmente.

A veces las algas pueden llegar a constituir un problema grave desde el punto de vista medioambiental y de salud pública. Las llamadas mareas rojas, por una excesiva proliferación de microalgas en los estuarios o el mar, engrosadas por diferentes tipos de algas presentes en miles o incluso millones de células por milímetro cúbico, pueden llegar a teñir de color una vasta extensión de superficie marina frente a las costas.

Conllevan grandes pérdidas para la industria del turismo y para la piscicultura, pero no hay que olvidar que es el ser humano en gran medida el responsable de que sucedan, por la contaminación de las costas, por los vertidos que las alimentan y por las actividades industriales, agrícolas y de transporte que inciden en el aumento de las temperaturas.

Las plantas que crecen junto al mar han sabido adaptarse a condiciones muchas veces extremas de salinidad, viento e insolación, que otras plantas del interior no soportarían, pero por otro lado gozan de una atmósfera libre de gérmenes, saturada de microgotas salinas en suspensión y muy rica en ozono, yodo y diferentes sales minerales.

6 plantas marinas y cuándo tomarlas

Todas estas condiciones dan unas plantas fuertes y resistentes, que acumulan los beneficios reparadores del mar para transmitírnoslos a través de sus principios activos

1. Kombu para controlar el sobrepeso

Las kombu (Laminaria ochroleuca y L. hyperborea) son algas pardas, que prosperan a profundidades medias de alrededor de l.5 metros y resultan frecuentes en las costas atlánticas.

El alga es grande, de hasta dos metros y medio, y de consistencia muy viscosa. Es muy rica en yodo, hierro, calcio, potasio y ácidos algínico y glutámico, además de vitaminas A y del grupo B, mucílagos y aminoácidos.

Propiedades:

  • Altamente depurativa
  • Diurética
  • Remineralizante
  • Estimulante del sistema linfático
  • Laxante
  • Saciante.

A quién conviene:

Constituye un apoyo válido para combatir la obesidad y controlar el sobrepeso por su capacidad de absorción de las grasas y su efecto saciante.

También protege y refuerza el intestino y se indica en casos de gastroenteritis y dolor abdominal por colitis.

Ayuda a eliminar las toxinas del cuerpo, favorece la evacuación en periodos de estreñimiento y contribuye a disminuir la hipertensión arterial.

Cómo se toma:

En comprimidos y también la planta desecada.

Usos culinarios:

Se utiliza para reblandecer las legumbres, y se toma hervida con arroz y verduras, frita en rollitos de primavera y al horno en empanadas.

2. Hinojo marino: solución natural para los gases

Pocas plantas superiores (fanerógamas) están tan bien adaptadas a los embates del mar como el hinojo marino (Crithmum maritimum), que crece en las rocas y acantilados marinos, y llega muchas veces a ser dominante.

Tiene las hojas de segmentos lineales, carnosos, y diminutas flores de color blanco verdoso, reunidas en umbelas semiesféricas. Florece en verano y otoño, y se aprovechan las partes aéreas con fines medicinales.

Propiedades:

  • Diurética
  • Depurativa
  • Digestiva
  • Carminativa
  • Vitamínica.

A quién conviene:

Antiguamente los navegantes se proveían copiosamente de esta planta y la conservaban en adobo con vinagre y sal, para combatir el escorbuto durante sus largas travesías lejos de tierra firme.

Se toma para estimular el apetito, para facilitar la digestión, para evitar los gases y la hinchazón abdominal, y para combatir las flatulencias.

Cómo se toma:

En infusión y decocción y el jugo de la planta fresca.

Usos culinarios:

Las hojas y brotes tiernos del hinojo de mar se conservan adobados en vinagre, con tomillo, ajedrea y orégano, y se agregan a las ensaladas. Se pueden integrar también en tortillas y guisos.

3. Espagueti de mar: apoyo contra la fatiga

La Himanthalia elongata, conocida como espagueti de mar por sus largos talos pardo-amarillentos en forma de cinta de hasta dos metros de largo, es un alga parda muy frecuente en las costas atlánticas de oleaje agitado, que prospera a una profundidad mayor que la de las laminarías.

Cuando en invierno, con los temporales, estas cintas se separan de sus apéndices de fijación en el fondo, acaban llegando en gran cantidad a la costa y recubren las orillas marinas.

Es el alga más rica en hierro y posee abundante yodo, potasio, calcio, fósforo y magnesio. También lo es en fibra y en vitaminas A y C.

Propiedades:

  • Remineralizante
  • Vitamínica
  • Laxante
  • Diurética
  • Hipocolesterolemiante.

A quién conviene:

Su aporte proteico y vitamínico ayuda en periodos de fatiga, debilidad y astenia, a mujeres con menstruaciones abundantes y debilitantes, y en estados de convalecencia.

Se indica como depurativo, para combatir el sobrepeso por retención de líquidos y para ayudar a reducir los niveles de colesterol "malo" o LDL.

Cómo se toma:

En alimentación.

Usos culinarios:

Se toma hervida con verdura, con pasta y con arroz, en potajes y pistos, en empanadas, pizzas y tartas saladas y en salsa.

También se come cruda, fermentada, como si fuese col, en ensaladas variadas y como relleno de bocadillos.

4. Eringio marino, para reducir naturalmente los edemas

Emparentada con el hinojo marino, el eringio o cardo marítimo (Eryngium maritimum) prefiere los ambientes arenosos de playas y dunas del litoral.

Es una planta de aspecto espinoso, de tonos azulados, con las hojas rígidas, partidas en segmentos afilados, y las flores reunidas en glomérulos globosos, protegidos por brácteas espinosas.

Con fines medicinales se usan los brotes y especialmente la raíz, que se cosecha con facilidad en la arena móvil donde medra.

Propiedades:

  • Diurético
  • Antiedematoso
  • Digestivo
  • Carminativo
  • Febrífugo
  • Sudorífico
  • Expectorante.

A quién conviene:

Es un excelente remedio para estimular el aumento de la orina, para facilitar la eliminación de toxinas, para combatir los edemas y las impurezas que aparecen en la piel y para prevenir las infecciones urinarias.

Ayuda a recobrar el apetito. Tomado tras la comida, favorece una cómoda digestión y evita la formación de gases.

Cómo se toma:

En decocción por vía oral o tópica en lavados, friegas, compresas y colirios.

5. Zamarrilla, tradicional tónico digestivo

La zamarrilla marina (Teucrium polium maritimum) resulta característica de los arenales marítimos. Florece en primavera y verano, y con fines medicinales se cosechan las partes aéreas.

Es una mata densa, grisácea y aromática, de hojas pequeñas, crenadas y a veces revolutas -con los márgenes doblados hacia dentro- y flores blanquecinas, reunidas en glomérulos globosos.

Propiedades:

  • Tónico y estimulante digestivo
  • Diurético
  • Depurativo
  • Antiinflamatorio
  • Emenagogo.

A quién conviene:

Las zamarrillas se han tomado tradicionalmente como tónicos digestivos, para mediar en indisposiciones digestivas, acidez estomacal, inapetencia, pesadez abdominal, náuseas y mal sabor de boca.

También se ha tomado para tratar la hidropesía, estimular la diuresis y evitar las infecciones urinarias.

Como depurativa, se tomaba para facilitar la eliminación de los granos, la dermatitis, los eccemas y forúnculos, así como para aliviar picaduras de insectos.

Cómo se toma:

En infusión, mezclada si se quiere con ajedrea o tomillo, y la decocción aplicada en baños y friegas para uso externo.

Usos culinarios:

Se emplea como condimento culinario.

6. Perpetua: enemiga de las alergias

La perpetua (Helichrysum stoechas) es otra de las plantas muy bien adaptadas para vivir sobre las dunas. Forma matas densas, de tonos grisáceos o plateados, con las hojas lineales y las flores doradas, en capítulos globosos, sin lígulas.

Florece en verano y con fines medicinales se cosechan las sumidades floridas.

Propiedades:

  • Antiinflamatoria
  • Antialérgica
  • Antibacteriana
  • Antitusiva
  • Febrífuga
  • Antifúngica
  • Expectorante.

A quién conviene:

Resulta una planta muy adecuada para remitir los diferentes síntomas de las alergias respiratorias o las alergias provocadas por el polen de las plantas, como ataques de tos, tos irritativa, irritación de garganta, lagrimeos, conjuntivitis, rinitis y congestión por mucosidad.

Se indica asimismo en caso de infecciones gástricas, trastornos hepatobiliares, como la inflamación hepática y la colecistitis o la inflamación de la vesícula por la presencia de cálculos.

Y se aplica por vía externa sobre las impurezas de la piel, en urticarias, granos, eccemas, candidiasis y también otras infecciones por hongos.

Cómo se toma:

En infusión, jarabe, extracto líquido, tintura e inhalaciones. La infusión se emplea también para colirios, colutorios, baños y lavados.

El poder del mar más allá de las algas: beneficios de la talasoterapia

Los baños o el aire de mar permiten curar o aliviar patologías. Se emplea desde el agua salada marina hasta las algas, los lodos y también el aire de la orilla.

El agua se recoge mar adentro, donde más pura pueda ser, y se depura y esteriliza para liberarla de posibles agentes patógenos. Los beneficios del agua del mar sobre el organismo se explican en parte por la gran similitud de su composición bioquímica con la del plasma sanguíneo, lo que facilita la absorción de sus oligoelementos y sales minerales.

Técnicas. La talasoterapia comprende técnicas muy diferentes, como el hidromasaje, aprovechando a veces el oleaje marino natural, o las algas, lodos y mezclas de ambos en baños y en la aplicación de cataplasmas, envoltorios o mascarillas.

Indicaciones. Está indicada para un amplio abanico de problemas: dolores crónicos, problemas de columna y cervicales, lumbalgias, reumatismos crónicos, osteoporosis, trastornos vinculados a la circulación sanguínea como varices y hemorroides, problemas respiratorios como el asma, trastornos dermatológicos como la psoriasis o la dermatitis seborreica, para evitar el envejecimiento de la piel, como apoyo para combatir la flacidez y la celulitis e incluso como terapia relajante en caso de estrés, insomnio crónico y estados de irritabilidad y ansiedad leve o moderada.