6 alimentos que nos aportan frescor y vitalidad

Ahora nos apetecen más que nunca, y con razón: las frutas y las hortalizas frescas aportan vitaminas y nos ayudan a hidratarnos.

EDAMAME

En verano nos apetecen alimentos más refrescantes y llenos de vitalidad.  Estas son nuestras recomendaciones para que llenes tu mesa de vida. 

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1. Edamame y ácido fólico

Estamos acostumbrados a ver la soja en múltiples presentaciones, pero no tanto a comerla tierna. Hirviéndola con sal se prepara el edamame, un popular aperitivo en Asia. Aquí las vainas se suelen encontrar congeladas, aunque algunos comercios ya las ofrecen frescas y hay quienes se animan incluso a cultivarlas en casa.

Contienen todos los aminoácidos esenciales. Las proteínas de la soja (10-13% en la soja tierna) son muy completas y fáciles de asimilar y una ración de 60 g de edamame cubre el 90% de las necesidades diarias de ácido fólico.

 

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2. Bayas que rejunevecen

Las grosellas rojas sorprenden con su sabor ácido, ideal para crear contrastes en repostería o incluir en un smoothie y enriquecerlo con sus antioxidantes. Y es que, como otras bayas, poseen antocianinas, unos pigmentos que combaten los radicales libres y protegen así del envejecimiento celular.

Gracias a su fibra y potasio las grosellas resultan depurativas y ligeramente laxantes. En vitamina C las grosellas negras son unas campeonas (50 g cubren las necesidades diarias), pero las rojas no se quedan cortas (aportan el 30%). 
 

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3. Las vitaminas más frescas

Este melón, el más habitual en la mesa de verano, se conoce como "piel de sapo" por el aspecto de su corteza verde con manchas oscuras. Posee una pulpa dulce y aromática repleta de jugo (contiene un 86% de agua), lo que lo convierte en una fruta muy refrescante e hidratante. 

El sabor dulce se lo otorgan sus azúcares (12,4%), responsables de casi todas sus calorías: solo 53 por 100 g. Su agua se acompaña también de abundante potasio. Esto lo hace diurético y útil frente a la retención de líquidos y la hipertensión.

Unas dos rodajas (200 g) proporcionan nada menos que el 80% de la vitamina C que se precisa al día, el 30% del ácido fólico y  el 20% de la vitamina A.

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4. Licopeno y vitamina C en un tomate exquisito

El tomate rosa, procedente de barbastro, en Huesca, es una variedad tradicional que solo se cosecha en verano, en temporada. Por su piel rosada y fina se le llama "piel de doncella"

Es grande, carnoso, de esos tomates que aún saben a tomate ¡y qué aroma! Además de ser rico en ácido fólico y vitaminas A y C, aporta licopeno, un antioxidante que protege el corazón y ayuda a prevenir el cáncer de próstata

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5. El más diurético y depurativo del huerto

El pepino, un ingrediente habitual de refrescantes  recetas como el gazpacho andaluz o el tzatziki griego, se considera diurético y depurativo. Pero al tiempo que ayuda a eliminar aporta buenas dosis de vitaminas y minerales.

Contiene, además, tres tipos de lignanos, unos polifenoles que se han asociado a una mayor protección cardiovascular y anticancerígena. Un ejemplar de unos 250 g proporciona el 18% del ácido fólico que se precisa al día, el 13% de la vitamina C y el 10% de la B1 y del magnesio.

La piel contiene esteroles vegetales, una sustancia que ayuda a reducir el colesterol, por lo que el pepino resulta aún más saludable si se come sin pelar.

Pruébalo también:

  1. En batidos: casa bien con el limón y el jengibre. Puedes añadir apio y triturarlo todo en la batidora. Otra buena combinación es pepino, espinacas, manzana, jengibre, perejil, zumo de limón y un poco de agua.
  2. Con yogur y hierbas: una combinación clásica, como este entrante asiático: la raita. Corta el pepino, mézclalo con yogur y aderézalo con sal, pimienta, comino y menta o cilantro. Puedes añadir cebolla y tomate.
     

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6. Ensaladas relajantes

La lechuga romana es la estrella de las ensaladas estivales, que agradecen una verdura de hoja tan suave y ligera. Aporta tan pocas calorías (10 por 100 g) que se podría pensar que no tiene sustancia, pero nada más lejos de la realidad: no solo aporta pequeñas cantidades de muchos minerales sino que es rica en ácido fólico (100 g proporcionan el 18% del requerido al día) y vitaminas A y C (el 15%). Además en su tronco posee un látex blanco de efecto relajante

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