Asesora: Josep María Teixé, herborista de El Manantial de Salud
Junto al cauce de ríos, lagos y arroyos, orlando canales y acequiasprospera una amplia diversidad de plantas que tienen a su favor una abundante disponibilidad de humedad y un clima siempre fresco gracias al efecto de la evapotranspiración.
Son plantas y árboles en general de aspecto frondoso, que dependen en mayor o menor medida de la existencia fija de agua.
Las plantas medicinales vinculadas al agua pueden resultar curativas y algunas de ellas, como la cola de caballo, el regaliz, el espino albar o el malvavisco, constituyen además un elemento insustituible en cualquier herbolario. En este artículo hemos seis de las más representativas.
Tipos de plantas vinculadas al agua
Existen tres tipos de plantas vinculadas al agua:
- Las que viven inmersas en ella, como las lentejas de agua, los nenúfares y la becabunga.
- Las que tienen su base hundida en ella, como los carrizos, el cálamo aromático o el arroz.
- Las que viven a su vera, como sauces, salicaria, alisos, eupatorio y artemisa, entre otras muchas.
Este último grupo suele aparecer en formaciones vegetales que se disponen longitudinalmente a lo largo de los cauces o el contorno del agua, y en muchos casos se presentan como cordones de bosque más o menos espesos.
Son los llamados bosques de ribera, tan castigados por la acción humana, pero tan necesarios para la salud de los ríos, al impedir o atenuar los efectos de las crecidas.
Además de su importancia biológica, como controladora de las avenidas de agua y por su efecto de filtraje, la vegetación de ribera, que es muy rica y diversa, incluye muchas especies con reconocidos atributos medicinales.
Es el caso de plantas tan bellas como la salicaria, la lisimaquia o el epilobio hirsuto, de otras tan primitivas como las colas de caballo y los helechos, de tan aromáticas como el sauzgatillo y el poleo, de algunas tan escasas y amenazadas como el trébol de agua o la carnívora drosera, de árboles tan comunes como el sauce o el aliso y de especies tan útiles como el arroz y el bambú.
Y algunas de ellas, como la cola de caballo, el regaliz, el espino albar o el malvavisco, constituyen además un elemento insustituible en cualquier herbolario.
Propiedades de las plantas acuáticas
Las plantas medicinales de ribera no tienen por qué compartir unas mismas potencialidades medicinales, ni mucho menos una composición bioquímica coincidente, pues se trata de especies muy diversas, pero parece como si por la mayor disponibilidad de agua tendieran a estimular el movimiento de las aguas internas del organismo, es decir, resultasen a la postre más diuréticas y depurativas, como se evidencia en el caso de la cola de caballo, el abedul o el berro.
Y son muchas también las que presentan efectos astringentes y antidiarreicos, muy adecuados para la época estival. Otros dos puntos en común son su tendencia a una floración tardía, que no se inicia hasta finales de primavera o durante el verano, y el hecho de que concentren en las partes aéreas su importancia medicinal.