La higiene oral es fundamental para el niño desde el primer diente, pero hay bastantes cosas que se pueden hacer mal y que pueden tener consecuencias en el estado de los dientes. Te explicamos cuáles son los mayores errores que puedes cometer y cómo evitarlos.

1. Empezar a cepillar los dientes de los niños demasiado tarde

Los padres deben limpiar los dientes de sus hijos cuando empieza a aparecer la punta del primer diente. Solo así los dientes de leche podrán estar bien protegidos de las caries.

Los dientes de leche tienen una estructura ligeramente diferente a la de los dientes permanentes, su esmalte es más fino y los pequeños canales nerviosos en la dentina son un poco más grandes que los dientes permanentes. Debido a ello, la caries puede propagarse más rápidamente en el diente una vez que ha penetrado en el esmalte.

No importa si los padres cepillan primero con un dedil de silicona o con un cepillo de dientes suave, lo principal es que lo hagan por la mañana después del desayuno y por la noche inmediatamente antes de irse a dormir.

2. Dejar que los niños se laven los dientes solos demasiado pronto

En algún momento de la infancia, los niños comienzan a lavarse los dientes ellos mismos. Los padres están encantados. Sin embargo, los padres siguen siendo responsables de garantizar que los dientes de sus hijos estén limpios, hasta que sus habilidades motoras finas se hayan desarrollado tanto que puedan hacerlo por sí mismos. Ésto suele ocurrir alrededor de los ocho años de edad.

¿Y qué hace el niño hasta entonces? Practica. Esto significa que los padres le dan al bebé o al niño pequeño un cepillo de dientes para jugar mientras cepillan los dientes con un segundo cepillo de dientes. Es importante que los dientes estén limpios al final.

3. Olvidarse de la técnica de limpieza

Los padres deben enseñar a sus hijos una técnica de limpieza desde el principio, porque así se les queda grabado en la cabeza. Lo mejor es seguir una secuencia que vaya primero a las superficies de masticación, luego el exterior, luego el interior y limpieza final por parte de los padres.

Los padres siempre pueden decirles a sus hijos qué hacer: "primero cepillamos las superficies de masticación, luego limpiamos el exterior con círculos grandes, luego limpiamos el interior del rojo a blanco (de encía a diente)".

Si los niños sangran un poco, los padres no deben dudar, a menudo es el primer signo de gingivitis y la limpieza debe hacerse un poco más a fondo.

4. Lastimar a los niños al cepillarles los dientes

Si los niños se niegan rotundamente y giran la cabeza tan pronto como se acerca el cepillo de dientes, suele deberse a que los padres los lastiman sin darse cuenta mientras les cepillan.

Especialmente en el maxilar superior, el frenillo labial todavía está muy bajo cuando aparecen los primeros dientes. Muchos padres no son conscientes de ello y al frotar les hacen daño.

Para evitarlo, coloca el cepillo de dientes al frente junto al frenillo del labio, luego cepilla hacia atrás desde allí, comenzando nuevamente desde el medio hacia el otro lado.

5. Usar demasiada pasta de dientes

Por lo general, los niños más pequeños aún no pueden escupir bien ni tragar la pasta de dientes. Pero los padres deben asegurarse de no darles demasiada pasta de dientes.

Con los más pequeños es suficiente con una porción del tamaño de un grano de arroz; cuando ya están presentes todos los dientes, la cantidad equivalente a un guisante pequeño es suficiente.

Junto con los niños, los padres pueden practicar y demostrar cómo funciona el escupir. Pero los padres no deben dejar a los pequeños sin supervisión cuando se limpian, porque si la pasta de dientes sabe bien, los niños cogerán demasiada.

6. No dar descanso a los dientes

Como regla general, se puede decir que nuestros dientes pueden hacer frente a cinco comidas al día. Ten en cuenta que a los dientes les conviene hacer alguna pausa para recuperarse de los minerales que pierden durante la masticación debido a la acción de la saliva. Por otra parte, el sistema digestivo también necesita descanso.

7. Amenazar con un dentista o establecer una recompensa

La primera visita al dentista se debe realizar cuando sale el primer diente. La segunda, aproximadamente cuando todos los incisivos y caninos son visibles, y la tercera cuando los dientes de leche están completos.

Es recomendable que los padres hagan que ir al dentista sea algo completamente normal y periódico. Así que ni se debe amenazar con ella, ni establecer una recompensa.