El sol ha ganado terreno, las temperaturas alcanzan valores agradables y los bulbos de primavera empiezan a florecer... todo indica que la primavera está llegando. ¿Ya has pensado como vas a disfrutar del aire libre y la naturaleza?

El contacto con los elementos naturales es imprescindible para gozar de salud física y mental. También es necesario el movimiento y el descanso que el horizonte, los paisajes, los animales y las plantas ofrecen al cerebro, que a estas alturas del año desea liberarse de su relación esclava con las pantallas. Te ofrecemos algunas posibilidades, pero seguro que se te ocurren muchas otras.

Mete las manos en la tierra, acaricia las plantas

La jardinería es una buena razón para salir al aire libre con más frecuencia en primavera. No necesitas un terreno, ni siquiera una terraza, el balcón puede convertirse en un rincón verde delicioso si le dedicas tu atención.

Corta las ramas secas del año pasado y elimina las plantas muertas para dar paso al nuevo verde. Si no has plantado bulbos de flores en el último año, ahora puedes plantar narcisos, tulipanes o jacintos en flor. Las cebollas volverán a brotar y serán un atractivo colorido en el jardín o en la jardineras durante muchos años.

Zanahorias y cebolletas también se pueden sembrar directamente en la tierra a principios de primavera. Otras variedades, como tomates y calabacines, prefieren el alféizar interior de una ventana soleada hasta que dentro de unas semanas puedas dejarlos fuera.

Hacer bombas de semillas

Si no tienes jardín ni balcón, no tienes que renunciar a cavar en la tierra y echar una mano a la naturaleza. Especialmente si se tienes niños es muy divertido hacer bombas de semillas y lanzarlas en el campo (en terrenos no cultivados), bordes de las carreteras.

Para hacer bombas de semillas solo tienes que hacer bolsas con 5 partes de arcilla en polvo, 3 partes de compost y 1 parte con uan mezcla de semillas. Humedece esta masa y modela las bolas que deben quedar con un tamaño similar a una canica grande. Deja que se sequen y quedarán listas para ser lanzadas.

Otra forma de convertir el gris urbano en verde es adoptar y plantar el área alrededor de un árbol urbano, en un parque o en un terreno desocupado y baldío. Procure que el resultado no desentone y se integre en su entorno.

Recoge flores, hojas y setas

Algunas flores, hojas e incluso hongos brotan a principios de la primavera y se pueden recolectar y usar en la cocina. El ajo de oso es muy llamativo entre árboles desnudos y en terrenos pobres en invierno. Esta planta se puede usar, por ejemplo, para hacer patés untables de primavera, pesto o una mezcla de condimentos de hierbas silvestres que enriquecen tu menú en primavera.

Los primeros brotes de los árboles no solo son un placer para la vista, ¡también son extremadamente sabrosos! Las hojas tiernas de diferentes especies de árboles como el tilo, el haya, el avellano o el abedul tienen notas muy diferentes y enriquecen las ensaladas de primavera o los los batidos. Recuerda proceder siempre con cuidado y recoger muy pocas hojas jóvenes de un árbol para no dañarlo.

Si bien la mayoría de los hongos comestibles son más de la temporada de otoño, las morillas o colmenillas aparecen en primavera. Para recolectar estas y otras setas, es recomendable ir con alguien experimentado.

Caminar por el bosque descubriendo rastros de animales

Se puede pasear por el bosque sin ningún objetivo. De hecho, hacerlo lentamente y dejar que la mirada se pierda entre las formas que nos ofrece la naturaleza, dejándonos sorprender, es la actitud que se recomienda para tomar un baño de bosque. Losbaños de bosque tienen un efecto beneficioso gracias a la riqueza del aire en oxígeno, terpenos aromáticos procedentes de las plantas e incluso bacterias beneficiosas que flotan en el aire.

Pero también puedes hacer el bosque determinado a hacer descubrimientos, por ejemplo, huellas de animales. Es una actividad emocionante para los niños. Puedes simplemente dedicarte a descubrir pájaros y sus nidos o huellas de pisadas en la tierra. Con una guía de campo puedes incluso averiguar cuál es el animal que la ha dejado. Puedes dibujar las huellas en un cuaderno o hacerles una foto para, si lo prefieres, comprobar en casa qué animal las ha hecho.

Es igualmente interesante descubrir los nombres de las plantas y los árboles que te rodean.

Recoger la basura que no debe estar en la naturaleza

Una caminata diaria, ya sea por el bosque, el parque o la playa resulta muy saludable para quien la realiza, pero si vas provisto de guantes y una bolsa y te dedicas a recoger los desperdicios que te encuentras, también saldrá beneficiado el medioambiente. Pequeñas acciones como esta pueden salvar la vida de algunos animales salvajes que podrían enredarse en cables de plástico, redes y bolsas.

Piensa que tu comportamiento será un ejemplo para todas las personas que te vean. Si alguien iba a tirar algo, probablemente no lo hará, y quizá otras personas decidan imitarte. Así se cambia el mundo.

Baños de sol con moderación

Después de un largo invierno con pocas horas de luz solar, no solo es hermoso sino también saludable estar un rato al sol. La luz solar promueve la formación de vitamina D, que es esencial para numerosas funciones corporales, incluidas las defensas. Eso sí, debes acostumbrar la piel poco a poco al sol para evitar las peligrosas quemaduras. El tiempo que puedes permanecer sin protección depende de la hora del día y de tu tipo de piel. El doctor Pablo Saz lo explica en Helioterapia o cómo curarte con pequeñas dosis de sol.