¿Quién no conoce el placer y el relax de dar la mano a alguien y sentir su textura, calor y firmeza? ¿O el contacto de una mano en la espalda, acompañándonos en un momento doloroso? El mismo efecto relajante puede ejercer un automasaje sobre nuestro rostro.
Aprender a utilizar las manos como herramienta para el automasaje facial es un proceso que requiere paciencia.Sin embargo, una de las cualidades del automasaje facial es que se puede realizar en cualquier momento del día o la noche, y en cualquier lugar, lo que supone que aprender la técnica nos da la opción de disponer de una herramienta relajante que podemos ustilizar en cualquier situación.
¿Cómo prepararse para un automasaje facial?
Para realizar un automasaje facial, conviene sentarse sobre los isquiones, cómodamente, intentando que la columna vertebral esté recta sin estar rígida. Nos aflojamos la ropa de manera que podamos sentir el cuerpo.
Prestar atención a cómo nos sentimos y cómo estamos es la disposición principal que se precisa para dar y recibir el masaje, la que nos da un foco mental y permite advertir las zonas vulnerables –como las sienes– y el trato que debemos darles.
Cuanta más atención se preste en general al automasaje y a la colocación de las partes del cuerpo que aparentemente no participan en él, mejor será el resultado.
Otros factores que hay que tener en cuenta son:
- La presión. A ser posible debe ser relajada, sin requerir fuerza, y en algunas partes como las mejillas hay que dejar caer el peso de la cabeza relajada sobre los dedos. La presión ha de ser cambiante: la frente aguanta más presión por tener el cráneo como soporte; en cambio, los párpados, que no lo tienen, deben acariciarse para conocer la textura, rozarlos y masajear a partir de ese roce mínimo. Se ejerce presión durante un tiempo aproximado de treinta segundos o, mejor, de siete a diez respiraciones.
- La utilización de los dedos. Se emplean las yemas o las puntas de los dedos, o el espacio entre ambas. Los movimientos son:
- De descanso, en los cuales nos quedamos un instante sobre uno o varios puntos;
- De ligera presión;
- De rotación;
- Y de desplazamiento por la cara.
En los dos últimos es importante advertir el ritmo del movimiento, adecuándolo a nuestra reacción.
- La dirección. Cuando se trabaja en vertical, se va de abajo arriba. Cuando se hace en horizontal, del centro de la cara hacia las orejas. Y si es en la frente, en dirección hacia las sienes.
- El agarre. Se puede realizar en las cejas, amasándolas suavemente; en la mandíbula, donde los dedos y la mano se emplean en mover la mandíbula; o en las orejas, poniendo las palmas de las manos sobre ellas, agarrándolas con los dedos por atrás, dejando los pulgares relajados al lado del dedo índice y tirando de ellas hacia la nuca.
Consejos para empezar con el automasaje
- Es aconsejable estar en un espacio tranquilo, agradable, placentero y bien aireado.
- Conviene no ser interrumpido para poder dedicarse ese momento e intentar concentrarse. Para ello encenderemos una luz tenue que no sea agresiva y que no dé directamente a los ojos.
- Quienes lleven gafas deben quitárselas: no es importante la precisión en lo que vemos sino dejar los ojos relajados.
- Un masaje completo en la cara puede durar de diez a veinte minutos, pero dependerá de cómo lo sintamos: a veces puede durar más si se nota que se necesita más tiempo en un punto, y otras menos, por ejemplo si se realiza en el lugar de trabajo o la oficina, sea presionando solamente sobre un punto, para aliviar un dolor o tensión, o bien haciendo el masaje general.
- Antes de empezar el masaje, frota las palmas de las manos una contra la otra, en círculo, y juega con la distancia entre ellas, juntándolas y separándolas como si sostuvieras una bola de aire.
- Colócalas, relajadas, a poca distancia de los ojos y detente ahí para disfrutar del calor pacífico que desprenden. Luego muévelas alrededor de la cabeza para distribuir la energía.
- Descansa un momento las palmas sobre la cara, con las yemas de los dedos suavemente apoyadas en la frente y sintiendo aún el calor de las palmas. Este saludo sirve para concentrarse y recuperar el contacto con uno mismo.
Cómo hacerse un automasaje de shiatsu facial en 9 pasos