El agua es un elemento vital para la piel. Está presente en un 70-80%, y proviene del interior del cuerpo, de lo que bebemos y comemos. Una buena hidratación de la piel garantiza su elasticidad, luminosidad y buen aspecto, pero aportar agua desde el exterior es casi imposible, ya que la piel es impermeable en un 90%.

Cómo mantener hidratada tu piel

¿Cómo se puede entonces mantener hidratada? Y, ¿qué aportan las aguas cosméticas? Puesto que desde fuera apenas se puede aportar agua, se debe tener especial cuidado en incluir en la dieta alimentos que la contengan, como frutas, verduras o infusiones.

También se puede evitar la deshidratación protegiéndose con cremas faciales hidratantes. La principal función de las aguas cosméticas no es la de hidratar sino la de aportar nutrientes disueltos en el agua, o bien limpiar la piel sin resecarla. Existen diferentes tipos de aguas, cada una con sus propiedades.

1. Aguas florales

También se conocen como hidrolatos o aguas de destilación, ya que se obtienen al destilar los aceites esenciales. Tras la destilación, en la parte acuosa que ha arrastrado el aceite esencial quedan disueltos los principios activos de la planta que les confieren sus propiedades beneficiosas para la piel.

Según la planta destilada, tienen unas propiedades u otras: el agua de lavanda es relajante y desinfectante, idónea para pieles mixtas, la de hamamelis, astringente, alivia problemas circulatorios; la de rosas, ligeramente astringente, se aconseja en pieles grasas; y la de manzanilla calma la piel sensible.

Estas aguas se suelen usar como tónicos faciales, pues refrescan, se toleran bien y corrigen pequeñas imperfecciones. Son idóneas para pieles sensibles. Al tener un olor muy agradable y ser aptas para embarazadas y bebés, se emplean igualmente como aguas refrescantes o en lugar de aguas de colonia con alcohol y perfumes sintéticos.

2. Miscelares

Estas aguas, muy de moda, son soluciones acuosas con micelas o microesferas en suspensión. Se usan para limpiar la piel: al aplicar el agua sobre el rostro, las micelas se rompen y liberan sustancias detergentes que arrastran los restos de sudor, sebo o maquillaje.

Al frescor que aportan, se suma que forman una suave espuma y que no han de aclararse. Son sencillas de aplicar y limpian en profundidad sin resecar. Si se elige una sin parabenes, perfumes sintéticos ni tensioactivos irritantes, constituyen una buena opción para la limpieza diaria.

Chica Bebe Agua

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3. Termales

Proceden de fuentes termales, lo que las hace ricas en minerales, por ejemplo calcio, magnesio, manganeso, cobre, cinc y selenio. Por su contenido en estos minerales suavizan y refrescan la piel.

Se indican, sobre todo, para la piel sensible: calman tras la depilación, protegen frente al envejecimiento prematuro, descongestionan el rostro y disminuyen rojeces e irritaciones. Hay muchas marcas en el mercado y suelen presentarse en forma de espray.

Conviene comprobar en la etiqueta que no contengan ningún ingrediente más. Se pueden emplear para fijar el maquillaje, tonificar la piel tras la limpieza diaria o calmar la piel irritada.

Tónico facial

El agua de arroz es un rejuvenecedor que calma, limpia, elimina brillos y blanquea. Se ponen en remojo 100 g de arroz integral en 300 ml de agua mineral durante 12 horas; se exprimen los granos con un paño en el agua y se cuela.