Es muy difícil encontrar un desodorante que no contenga algún ingrediente sospechoso de perjudicar la salud. Contienen disruptores endocrinos, sales de aluminio, antibióticos... La alternativa, junto a los desodorantes con certificación ecológica, es elaborarlo tú misma.

Hay fórmulas muy sencillas (incluso puedes usar aceite de coco o bicarbonato sódico, tal cual), pero lo divertido es fabricar un producto a tu gusto jugando con los ingredientes disponibles.

No pienses que vas a necesitar mucho tiempo para esta tarea. Es probable que te lleve menos tiempo de lo que tardarías en comprar uno en la farmacia o droguería más cercana. Si tienes prisa, puede hacer un desodorante en polvo con una cucharadita de bicarbonato de sodio y una cucharadita de maicena. Mezcla los dos productos y aplícatelos con una brocha de maquillaje. Eso sí, ten cuidado si después te pones una prenda negra porque te la puede manchar.

Algunos problemas con la composición de tu desodorante

La gran ventaja de hacerlo tú misma es que puedes adaptar las proporciones de cada ingrediente. ¿Tienes la sensación de que todavía hueles a sudor con el desodorante de aceite de coco? Pues agrégale un poco de bicarbonato de sodio. ¿El gel desodorante roll-on se te ha quedado demasiado firme? Puedes ablandarlo un poco con agua filtrada.

La mayoría de las recetas son tan simples que es imposible equivocarse con pequeñas variaciones en la dosis. Las inconsistencias o la consistencia exagerada se pueden remediar fácilmente después.

A veces hay que adaptar la composición a la estación. Por ejemplo, las cremas desodorantes con un alto contenido en aceite de coco, en particular, se licúan rápidamente a temperaturas superiores a 25 °C. En verano podrías guardalo en el frigorífico, pero parece más sensato optar por formulaciones que no incluuyan este ingrediente durante los meses más calurosos.

Puede ocurrir que los ingredientes se separen. Esto sucede cuando se mezcla un líquido con bicarbonato de sodio o maicena, que no acaban de disolverse. La solución puede ser tan sencilla como agitar el producto anes de usarlo. Otra idea es moler el bicarbonato con un mortero o un molinillo de especias antes de mezclarlo con el resto de ingredientes. También puedes poner más aceite de coco o de almendras para la mezcla sea más homogénea.

¿Qué pasa si me irrita el desodorante casero?

Si te pican las axilas, se enrojecen o se irritan es posible que no te siente bien el contacto con el bicarbonato de sodio, un ingrediente que resulta inocuo para la mayoría. Intenta moler al máximo el bicarbonato, pero si ni siquiera así deja de irritarte busca una fórmula alternativa sin bicarbonato y que se aplique con pulverizador.

La causa también puede ser una intolerancia a uno de los aceites esenciales utilizados. En este caso, vale la pena probar un aceite esencial diferente o elaborar una fórmula sin aceite.

Por otra parte, el aceite de coco puede estar relacionado con la aparición de espinillas en la piel propensa a los puntos negros.

¿Cómo se evitan las manchas en la ropa?

Los desodorante caseros naturales no provocan esa típica coloración amarillenta en la ropa blanca, que se debe a una reacción entre las sales de aluminio de los desodorantes convencionales y los detergentes de la ropa. ¡Otra ventaja de los desosorantes caseros!

Sin embargo, pueden aparecer otro tipo de manchas, generalmente blancas en la ropa oscura. La solución es aplicar menos desodorante. En la mayoría de los casos es suficiente con una cantidad del volumen de un guisante o un golpe de aerosol. Si no es suficiente, en lugar de aplicar más cantidad es mejor repetir la aplicación hacia el mediodía. Además la mancha blanca se puede limpiar fácilmente con una toallita húmeda.

Si la composición de nuestro desodorante casero es muy grasa podemos tener dificultades para absorberlo. El aceite de coco se absorbe rápidamente. En cambio, las mantecas de cacao y karité son de absorción lenta, pero ofrecen efectos más duraderos.