Es el tema de cada año por estas fechas: cómo encontrar la crema solar sin ingredientes químicos bajo sospecha, que sea eficaz y no represente un riesgo para la salud ni una amenaza para el medio ambiente.

Busca una crema natural con filtro mineral

Los filtros solares son necesarios si te vas a exponer al sol entre las 11 de la mañana y las 6 de la tarde durante más de 20 minutos. Existen dos tipos de filtros, los minerales y los químicos, y la elección está clara: son preferibles las opciones minerales que actúan como pantallas físicas sobre la piel.

Sin disruptores endocrinos

La mayoría de filtros químicos se comportan como hormonas femeninas y altera el equilibrio endocrino.

El octocrileno, por ejemplo, no solo es probablemente un disruptor endocrino (la cuestión está en estudio), sino que con el paso del tiempo se degrada y forma benzofenona, una sustancia probablemente cancerígena, muy alergénica y disruptora endocrina.

El Comité Asesor Científico de la Unión Europea considera la benzofenona como una "impureza peligrosa", pero todavía no se ha establecido el límite de seguridad. Como consumidor se puede aplicar el principio de precaución y prescindir de las cremas con este ingrediente.

Otros filtros químicos, como el metoxicinamato de etilhexilo (octinoxato, metoxicinamato de octilo u OMC), también pueden ser disruptores.

Sin ingredientes sintéticos

Las cremas solares contienen otros ingredientes problemáticos, como los polietilenglicoles que aumentan la permeabilidad de la piel, conservantes como el BHT, perfumes con ftalatos (disruptores endocrinos) o compuestos orgánicos halogenados, que pueden ser cancerígenos o alergénicos.

Elige una protección natural

La alternativa son las cremas que muestran un sello de producción natural o ecológica (Ecocert, Cosmebio, Cosmos, AIAB, NaTrue, etc.), que recurren a filtros minerales como el dióxido de titanio y el óxido de zinc.

Hace unos años estos filtros dejaban una capa blanca sobre la piel que te hacía aparecer como un fantasma en la playa. Las fórmulas han mejorado mucho y actualmente estos productos se aplican fácilmente y no te pintan de blanco. Este logro se ha conseguido reduciendo el tamaño de las partículas sin llegar a la dimensión "nano" (menos de 100 nanómetros), ya que podrían traspasar la piel e introducirse en el organismo.

Haz un buen uso

Hay que repetir la aplicación en el tiempo que indique el fabricante, utilizar una cantidad suficiente (unos 25 ml para todo el cuerpo), y no olvidarse de la nariz y las orejas.

Para cuidar el ecosistema marino es mejor bañarse en cuanto se llega a la playa, antes de ponerse la crema. Además, nunca se puede estar seguro de cuánta protección se va a perder en el agua.

No te despistes con el factor de protección

Mucha gente no entiende bien lo que significa el número de factor de protección. Se cree, por ejemplo, que un factor 30 o 50 permite estar seguro con una sola aplicación y en cualquier circunstancia.

No es así. Todo depende del tipo de piel, la intensidad del sol, el tiempo de exposición y la cantidad de crema extendida sobre la piel. Hay que tener en cuenta todo esto, no solo el factor de la crema.

El número del factor tiene una lógica: indica cuántas veces puedes multiplicar el tiempo sin riesgo. Por ejemplo, si a partir de los quince minutos la piel sin crema empieza a sufrir, poniéndole una crema con factor 20, este tiempo se alarga (teóricamente a 5 horas). Pero, en la realidad, el tiempo concreto no se puede determinar, pues depende del tipo de piel, la hora del día o la zona geográfica.

Por tanto, una cantidad determinada de crema con factor 50 te va a proteger el doble de tiempo que la misma cantidad con factor 25. Pero no te va a proteger si te pasas con el tiempo.

Finalmente, ten en cuenta que por muy buena y adecuada que sea la crema elegida, la mejor protección contra el sol te la dan la ropa, los sombreros y las sombras, sobre todo en las horas centrales del día.