Actualmente la granada experimenta un renacimiento en manos de la cosmética natural, que la ha elegido como ingrediente estrella de cremas, aceites faciales y corporales, geles de ducha, champús y otros productos muy indicados para las pieles maduras.

La granada es una fruta extraordinaria. Parece estar coronada y al abrirse muestra una colección de rubíes. No resulta extraño que atrajera a sabios, poetas y terapeutas como símbolo de belleza, femineidad y longevidad. Desde tiempos antiguos, ha sido apreciada por su sabor, por ser saludable y por su utilidad en el cuidado de la piel y el cabello.

Su parte comestible o arilos, los vistosos granos carmesí, contienen polifenoles, entre ellos flavonoides como las antocianinas y la quercitina.

Estos compuestos, de elevado poder antioxidante, ofrecen al organismo protección frente a ciertos tipos de cáncer y enfermedades degenerativas y cardiovasculares, y pueden explicar también su efecto sobre la piel y el cabello.

Granada para tu piel y cabello

De la granada se obtienen varios ingredientes cosméticos, como el aceite de semilla y los extractos del grano o arilo, de la piel blanca que los separa o de la corteza. Cada una de estas materias primas tiene propiedades peculiares.

La pielecilla blanca, por ejemplo, resulta astringente, lo que reduce el tamaño de los poros. Esto resulta ideal en pieles mixtas o grasas, pues evita la aparición de puntos negros, granos y acné.

La cáscara es revitalizante, ya que estimula el metabolismo de la piel, reafirmándola y fortaleciendo sus capilares sanguíneos. El extracto se indica para tratar el melasma o coloración oscura de la piel en zonas expuestas al sol, un trastorno cutáneo muy común asociado a los estrógenos y la progesterona, que afecta más a las mujeres embarazadas, a las que toman píldoras anticonceptivas y a las jóvenes con tonos de piel canela.

Por otra parte, el extracto de cáscara es rico en taninos, que mejoran la adhesión de los tintes a la queratina del cabello y potencian su tono y brillo. De ahí que se emplee en tintes naturales rojizos.

Un aceite muy regenerador

El aceite que se extrae de los arilos desecados, con las semillas en su interior, es muy apreciado. Se precisa una media tonelada de granadas para obtener un litro de aceite por presión en frío, lo que justifica su precio.

Está compuesto por ácidos grasos esenciales como el ácido gamma linolénico de la familia omega-6 y el ácido púnico. Esta sustancia, exclusiva de la granada eidónea para la piel madura, es un gran antiinflamatorio, regenera la piel, calma la irritación y alivia el eccema.

Mascarilla rejuvenecedora a base de granada

  • Para cuatro usos se preparan 100 g de arcilla blanca, 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra y el zumo de una granada.
  • Se mezclan los tres ingredientes hasta conseguir una textura cremosa.
  • Se aplica la mascarilla sobre el rostro limpio y seco, evitando el contorno de los ojos.
  • Se deja actuar entre 15 y 20 minutos y se retira con abundante agua tibia.
  • Se aplica un tónico sobre el rostro a continuación, y finalmente una crema hidratante de día. Si el tónico y la crema también contienen granada se potenciará el efecto.

Lo que sobre se puede conservar en un tarro de cristal opaco, guardado en la nevera unas semanas. Tras la aplicación de la mascarilla es mejor no entrar en contacto directo con la luz solar.

Efecto antiarrugas

Los antioxidantes de la granada combaten los radicales libres, principales causantes del envejecimiento cutáneo, y estimulan los fibroblastos, las células que producen colágeno y elastina, esenciales para mantener la piel tersa y flexible.

El aceite de granada, por su parte, revierte y previene el envejecimiento prematuro causado por agentes ambientales. Según un estudio de la Universidad de Michigan, estimula la proliferación de queratocitos, las células que predominan en la piel.

Así la fortalece y favorece su curación en caso de lesión. Además, como todo aceite, ayuda a mantener la piel hidratada. Es útil también como escudo protector cuando comienza el frío, ya que ayuda a la piel a adaptarse a los cambios de temperatura entre el frío exterior y el aire caldeado interior.

Los masajes con aceite de granada son un lujo y reducen el cansancio muscular. Además sirven para tratar molestias de la menopausia.

Para ello también se recomienda consumir la granada como alimento. Es rica en vitaminas A y B6, además de calcio, fósforo y manganeso.