Los labios sufren a diario la agresión de la contaminación, la sequedad y el frío o el calor extremos. Incluso los resfriados, la fiebre o una alimentación deficiente en vitaminas A, B y E pueden afectar. Los labios pierden su hidratación natural y se resecan, se escaman y se agrietan en pocas horas.
La piel de los labios necesita productos específicos porque es diferente. Es, en realiad, una transición entre la piel y la mucosa. Son más sensibles y necesitan más hidratación. Para mantenerlos sanos, sobre todo en invierno, los labios necesitan unos cuidados periódicos sencillos: que los exfoliemos, los hidratemos y los protejamos del sol y el frío.
Tres cuidados básicos de los labios
- Exfoliar: sirve para quitar células muertas y mantener la piel saludable. Lo ideal es exfoliar los labios cuando veas señales de piel deshidratada, nunca más de una vez a la semana. Utiliza un cepillo suave o un exfoliante para labios y realiza movimientos circulares sobre los labios para activar la circulación.
- Hidratar: después de exfoliar es obligatorio. La diferencia es que puedes hidratar tus labios cada día, incluso varias veces al día si el clima es frío o seco, o has tenido gripe o fiebre. Basta con aplicar una gota de aceite vegetal y esparcirlo con el dedo para que no se resequen.
- Proteger: si vas a la playa o a la nieve, nunca olvides tu bálsamo hidratante y protector.
Cómo hacer tus propios labiales
Exfoliante de áloe y canela
Necesitarás un cazo pequeño, una cucharita y un tarro de vidrio con tapa, previamente desinfectado, para guardar el exfoliante (de 20 o 30 g). Puede durar hasta 1 mes en la nevera, pues la canela, el aceite y la sal ayudarán a su conservación. No olvides etiquetarlo con el contenido y fecha de elaboración.
Ingredientes:
- 1 cucharadita de gel de aloe
- 1 cucharadita de sal de mesa extrafina
- 2 cucharaditas de aceite de oliva extra virgen
- 1 cucharadita de canela en polvo
Elaboración:
- Mezcla todos los ingredientes y remueve hasta que se integren completamente. Si lo crees necesario, agrega una cucharadita más de aceite de oliva.
- Aplica una pequeña cantidad de exfoliante con un cepillo suave o con los dedos, y masajea con movimientos circulares.
- Enjuágate los labios con agua normal a fría y sécalos con golpecitos muy suaves.
Bálsamo protector de caléndula
Obtendrás 15 g de bálsamo. Ten a mano una ollita, un tarro de vidrio y una cucharita. La manteca de cacao protege los labios, el aceite de coco los hidrata y la caléndula y la vitamina E ayudan a repararlos.
Ingredientes:
- 3 cucharaditas de manteca de cacao
- 3 cucharaditas de aceite de coco virgen
- 3 cucharaditas de aceite de caléndula
- 3 gotas de vitamina E
Elaboración:
- Funde e integra la manteca y los aceites en la ollita al baño María.
- Pasa una cucharadita del bálsamo a un plato, espera unos segundos y verifica su dureza. Si está blando, agrega manteca de cacao; si está duro, aceite de caléndula o coco. Retira del calor, añade la vitamina E y vierte en el bote. Deja enfriar, tapa y ¡no olvides etiquetarlo!
- Puedes agregar aceite esencial de melisa o de lavanda, no más de dos gotas en esta fórmula. Dan aroma y son calmantes. Evítalos si es para niños o embarazadas.
13 consejos para que los labios no sufran
- Bebe abundante agua durante el día.
- Hidrata tus labios con productos adecuados para su piel.
- Si usas color, que sea sin colorantes ni conservantes sintéticos.
- Si tienes los labios secos, rehidrátalos con una gota de aceite de sésamo, cacahuete o oliva.
- Límpialos después de comer alimentos muy salados o ácidos, pues deshidratan.
- Come de forma sana y equilibrada, con alimentos ricos en Vitamina B.
- Evita morderte y pellizcarte los labios.
- Si están resecos, no te arranques pieles.
- Evita humedecerlos con saliva si están resecos. Se resecan más.
- No les pongas cremas de manos ni de rostro.
- No abuses del alcohol ni del café.
- Descarta tus labiales caducados.