Es normal que cuando te despiertas cada mañana te veas con el rostro apagado. Es porque necesita hidratación y que la circulación despierte y comience a irrigar nuestro rostro brindándole color. Pero si a tu rostro le falta luz, puede que no estés diferenciando la rutina de belleza matinal respecto de la que haces por la noche.

¿Cómo debe ser una rutina de belleza matinal?

Las necesidades de la piel son distintas por la mañana. Durante el día nuestra piel estará expuesta a los rigores del ambiente, a los rayos ultravioletas del sol, a la contaminación ambiental, las bacterias, el polvo y los cambios de temperatura, por lo que es necesario prepararla para protegerla de estos agentes externos. En cambio, por la noche, el objetivo de la rutina es reparar los daños que tu rostro haya podido sufrir durante el día.

La rutina matinal no consiste solo en maquillarte. Si no te gusta hacerlo, puedes verte bella y natural con unos cuidados básicos, que te llevarán solo unos minutos pero que se apreciarán.

Primer paso: limpiar sin jabón

Al despertar, tu rostro acumula una carga de células muertas, alérgenos, polvo, hongos y hasta puede que legañas, que hay que eliminar para que pueda recibir luego una buena hidratación.

Sin jabones. Lo ideal es recurrir a un agua micelar, un gel de limpieza o una loción bifásica. Utilizar jabón de tocador irrita los ojos y reseca demasiado tu piel. Además, con el pasar del tiempo, puede alterar su equilibrio. Aplica el limpiador facial con un disco de algodón o una toallita reutilizable, con golpes suaves y movimientos delicados.

Segundo paso: tonificar suavemente

Al acabar con la limpieza, aplícate un tónico. Puede ser hidratante si tienes la piel seca o astringente si es grasa. Aplica el tónico con un disco de algodón para limpiar los restos de producto del paso anterior, refrescar, cerrar poros y preparar la piel para su hidratación.

Aguas de flores. Si tienes piel seca o sensible puedes utilizar agua de rosas, hidrolato de manzanilla, azahar o de jara. Otras opciones son las lociones tonificantes que contienen urea, ácido hialurónico o glicerina, para que la hidratación sea profunda y suave. Si tienes la piel grasa, puedes utilizar hidrolato de hamamelis, de pepino, de limón o de salvia.

Tercer paso: suavizar arrugas y ojeras

Antes de hidratar todo el rostro, es aconsejable aplicar un contorno de ojos mediante un masaje que hidrate en profundidad, combata las patas de gallo y reduzca las ojeras. Es importante hacerlo antes, porque la piel que rodea los ojos es muy fina y delicada. Si aplicas el contorno sobre la crema hidratante y el protector, la piel no lo recibirá.

Unas gotas de sérum. Existen sérums, aceites vegetales y geles naturales como el de aloe vera que te ayudarán a tratar la piel en esta área. Puedes aplicar una gota de aceite de rosa mosqueta, onagra o argán y masajear hasta su absorción.

Cuarto paso: hidratar y proteger

Después de limpiar y tonificar, el tercer paso consiste en hidratar y proteger la piel. Como no utilizaremos maquillaje, puedes utilizar una «BB cream» (bálsamo para belleza), que hidrata y a la vez da un color muy suave y natural. Durante el otoño y el invierno, si no vas a estar muchas horas al aire libre cada día, no es necesario que utilices una protección solar.

De hecho, necesitamos exponernos un poco al sol para sintetizar la necesaria vitamina D en la piel. Si realmente necesitas protección, recuerda que debes ponerte la crema solar después de la hidratante y que es recomendable elegir un producto natural certificado con filtro mineral, no sintético.

Quinto paso: realzar pestañas, cejas y labios

Para que tu rostro quede naturalmente impecable, remata su cuidado con las siguientes sugerencias:

  • Riza tus pestañas y aplica un aceite que las fortalezca como el de ricino.
  • Peina tus cejas con un pincel especial. Puedes utilizar cera de peinado para que las cejas tomen la forma que quieres darle.
  • Exfolia tus labios una vez a la semana con azúcar glass y aceite de oliva. Aplica diariamente manteca de cacao para protegerlos y repararlos.

Recetas de cosméticos caseros

  • Limpiador bifásico

En una botella de 50 ml y con la ayuda de un embudo agrega 20 ml de aceite vegetal de oliva, de almendras o de pepita de uva. Pincha una cápsula de vitamina E y la agregas. Tapa la botella y agita para integrar los ingredientes.

Luego añade 30 ml de agua de rosas, un hidrolato que se adapte a tu tipo de piel o agua mineral. Agita antes de usar y aplícalo con un disco de algodón. Guárdalo en la nevera hasta 15 días.

  • Contorno de ojos casero

Coloca en una botella pequeña 1 cucharada de gel de aloe vera licuado, agrega 22 gotas de aceite de rosa mosqueta, de arándanos o de cáñamo (son todos potentes agentes antienvejecimiento). Tapa y agita.

Luego agrega 2 gotas de ácido hialurónico y opcionalmente dos gotas de coenzima Q 10. El ácido hialurónico es un excelente hidratante, promueve la elasticidad de la piel, reafirma, restaura y mejora la apariencia de las arrugas.