Hay momentos en los que necesitamos un extra de cuidados. Aunque seguramente lo que más nos gustaría es poder acercarnos a un auténtico spa, donde esté todo listo para nosotros, seguramente no siempre nos vaya a ser posible.

Así que te propongo que te montes el spa en casa y no renuncies a ese placer.

Montarse un spa (vegano) en casa

Es posible que la primera vez lo tengamos que planear. Además de encontrar el tiempo y el espacio, que ni siquiera en los días de cuarentena parecen fáciles de encontrar, debemos tener todos los productos preparados.

  • ¿Qué productos necesito?

Es posible que necesitemos una mascarilla nutritiva, que no usamos todos los días, o unas sales de baño. O que nos demos el gusto con una bomba de baño.

No todos estos productos son siempre veganos, así que deberemos informarnos durante su compra de que sean tratamientos hechos solo con ingredientes vegetales o minerales y con política cruelty free.

También tienes la opción de prepararte sencillos productos con alimentos de la despensa para la ocasión.

  • ¿Dónde y cómo monto el spa?

La habitación en la que solemos recrear el spa es el baño, especialmente si tenemos bañera y uno de nuestros propósitos es tomar un baño relajante. Pero también puede ser el dormitorio, donde nos hagamos un automasaje y un tratamiento facial. ¡Que no te frene no tener bañera!

Sin embargo, si finalmente sí elegimos el baño, es posible que la luz del baño sea muy blanca y potente. Para crear una atmósfera propicia, es muy conveniente rebajar la luz, ya con una lámpara de sal o unas velas de cera de soja.

Las velas pueden ser perfumadas, pero debemos tener cuidado con mezclar olores muy diferentes. Por ejemplo, también podemos utilizar un difusor de esencias, en armonía con el resto de posible aceites o esencias que vayamos a utilizar. Si lo que buscamos es un efecto relajante, sin lugar a duda, utilizaremos la esencia de lavanda.

  • Preparativos que marcan la diferencia

Es una gran idea preparar un té o una infusión relajante, que nos reconforte y nos ayude a entrar en situación.

También tener preparada una lista de reproducción de música que nos ayude en nuestro propósito: relajarnos, ponernos de bueno humor, reconectar… Un fondo musical suave que nos acompañe en la experiencia.

No te olvides de preparar un albornoz o una toalla, por ejemplo de un tejido mullido de bambú y de tacto agradable, para cuando salgas de la bañera o la ducha.

Es importante que la sensación de confort sea fluida. Es un buen momento para olvidar el teléfono y dejarnos llevar por música relajante, disfrutar de nuestra infusión y transportarnos con los olores a un estado de calma y tranquilidad bien merecida.

Tu día de spa paso a paso

Tanto si tienes bañera como si no, estos son los cuidados mínimos que te propongo para relajarte cuidándote:

  • Un extra de nutrientes para la piel de la cara

Empezamos por el tratamiento facial nutritivo. Se trata de realizar el ritual habitual nocturno añadiendo una mascarilla nutritiva, que dejaremos puesta durante el baño.

  1. Limpiamos bien la cara, y nos desmaquillamos en caso de ser necesario, y secamos a toquecitos.
  2. Cuando tengamos la piel lista, nos aplicamos una mascarilla nutritiva. Este paso lo haríamos antes de meternos en la bañera o después de salir de la ducha. Y es que también podemos tomar una ducha reconfortante como opción más sostenible.
  3. Con el pelo recogido, es el momento de ponernos una mascarilla facial nutritiva.

Vigila que su aplicación sea correcta: habitualmente no debe tocar la zona cercana a los ojos ni los párpados, que son muy sensibles. Para esas zonas lo conveniente es utilizar una crema de contorno de ojos adecuada.

  • Tu momento de relax en la bañera (o en la cama)

En el caso de tener bañera, llega el paso más esperado: preparamos un baño según nuestro estado de ánimo. La ventaja de la bañera es que podemos añadir sales de baño, burbujas, perlas, bombas o aceites. Existen combinaciones de aceites esenciales que convierten tu baño en una experiencia terapéutica.

Comprueba que los productos elegidos sean veganos y con ingredientes de calidad. Además, conviene conocer las necesidades de nuestra piel y no hacer combinaciones extrañas. Las bombas y las burbujas son muy atractivas visualmente pero no siempre nos aportan bienestar extra.

Si no tenemos bañera y nuestra opción ha sido la ducha, trataremos de ducharnos de forma relajada y prestando atención a nuestras sensaciones. Pero sobre todo podemos asegurarnos de disfrutar después de un momento de calma y meditación en la cama, con una manta por encima, la luz de las velas y música agradable y calmante.

  • Exfoliar el cuerpo

Antes de salir de la bañera o de la ducha, y si lo creemos conveniente, podemos aprovechar para exfoliarnos el cuerpo. Puedes encontrar recetas de exfoliantes naturales y veganos para hacer en casa aquí.

Una vez exfoliado el cuerpo y, cuando nos sintamos preparadas, nos secamos bien y nos retiramos la mascarilla con agua templado o fría, utilizando para secarnos una toalla de cara limpia o un paño que tengamos para este propósito.

  • Dedica un rato a tus manos y pies

Después de un baño de estas características, es el momento ideal para tratar con mimo nuestras manos y pies. Nos será mucho más sencillo recortar las uñas y tratar con las cutículas. Recuerda que hay aceites específicos para estas últimas. Puedes incluso tener preparado tu propio exfoliante de manos o aceite para las cutículas.

Recuerda que los pies también agradecen una exfoliación de vez en cuando y que es muy fácil preparar un exfoliante específico para pies con ingredientes que probablemente tendrás en casa o que te serán fáciles de conseguir.

  • Un extra de hidratación para la piel del cuerpo

No nos olvidemos de hidratar el cuerpo. Aunque es posible que según la opción elegida ya salgamos con una buena hidratación de la bañera, si no ha sido así o hemos elegido ducha, lo apropiado serás que nos aplicamos una crema nutritiva e hidratante vegana o una barrita de manteca vegetal.

Podemos aprovechar para darnos un automasaje en las piernas o en los pies.

Después de tu sesión de spa en casa, tomarse el resto del día libre sería lo ideal, pero si no puedes y tienes que volver a la rutina, dedica al menos unos minutos antes a tumbarte (si no lo has hecho ya) y a observar tus sensaciones. Fíjate en tu respiración, en los olores que desprendes, en la relajación de tu cuerpo. Y quédate con ello.