Se puede querer cambiar el color o el tono del pelo por motivos estéticos e incluso para protegerlo. Pero lo idóneo es usar tintes naturales de calidad, pues los convencionales, elaborados con sustancias químicas derivadas del petróleo, pueden ser agresivos con el cabello y afectar a la salud.

Ingredientes prohibidos

Se suele hablar del amoniaco, una sustancia irritante que se usa para abrir la cutícula del cabello –la capa exterior transparente–, o del agua oxigenada, que elimina los pigmentos de la capa intermedia que luego se impregna con colorante. Sin embargo, el riesgo mayor reside en las aminas.

En 2001 se halló una relación entre el uso habitual de tintes y una incidencia mayor del cáncer de vejiga. También se ha relacionado con el cáncer de mama y el linfoma. Debido a ello se han ido prohibiendo los ingredientes más dañinos, pero la mayoría de productos comerciales aún contienen sustancias como la 2,5 toluilendiamina, una variación de otra prohibida desde los años 80, la 2,4 toluendiamina, que se reveló cancerígena.

Hoy no se puede afirmar que la primera sea cancerígena, pero tampoco se puede descartar. Otra sustancia indeseada es el resorcinol (CI 14270), un colorante azoico que puede causar alergias. Las sustancias químicas hacen que las irritaciones y reacciones alérgicas –con picor en el cuero cabelludo, irritación de los párpados e incluso dificultades respiratorias– sean frecuentes al teñirse.

La alternativa natural

Existen tintes que se publicitan como bajos en amoniaco y en agua oxigenada y que sustituyen algunos ingredientes derivados del petróleo por otros de origen vegetal, pero no están completamente libres de las sustancias sospechosas. Pese a lo que algunas personas creen, la alternativa sana a los tintes permanentes no son los "tono sobre tono", pues estos también contienen colorantes hechos a base de aminas que pueden convertirse en nitrosaminas cancerígenas. La alternativa real son los tintes vegetales con certificación natural o ecológica que ofrecen prácticamente las mismas prestaciones sin los riesgos añadidos.

A diferencia de los tintes sintéticos, los vegetales no penetran en la estructura del cabello, sino que lo cubren con una capa protectora de color. Además contienen principios activos vegetales como el aceite de jojoba o las proteínas de trigo que lo nutren y que potencian su color, brillo y volumen.

Pigmentos vegetales

La naturaleza ofrece muchos pigmentos que pueden utilizarse sobre el pelo. Existen recetas tradicionales a base de piel de patata, especias, bayas, cáscaras de frutos secos, semillas o posos de café, pero casi todos los tintes naturales a la venta recurren a la henna, el índigo y la senna.

  • La henna (Lawsonia inermis) se utiliza para dar color al cabello desde hace unos cinco milenios. El polvo fino de las hojas contiene un pigmento, el ácido hennotánico, que se adhiere con fuerza a la queratina del cabello ofreciendo una coloración duradera. La primera aplicación suma un tono rojo anaranjado al color natural del pelo, que se puede ir oscureciendo con aplicaciones sucesivas. Algunos champús incluyen henna para ayudar a mantener el color.
  • Las hojas de índigo (Indigofera tinctoria) contienen un pigmento que se fermenta para obtener la indigotina, que confiere tonos azules y morados. Se puede añadir a la henna o aplicarlo después para obtener tonos marrones y negros.
  • La senna (Senna italica o Cassia obovata), también llamada "henna neutral", se emplea para obtener reflejos dorados. El principio activo es el ácido crisofánico, común en la raíz de ruibarbo.

Múltiples tonos

Los tintes naturales actuales, muy fáciles de aplicar, no permiten cambiar un color oscuro de cabello por otro mucho más claro: un moreno por un rubio, por ejemplo. Sí ofrecen gran variedad de tonos morenos, castaños, cobrizos, caobas y dorados. Las canas se cubren totalmente o quedan ligeramente más claras, como si fueran reflejos. Y con ácidos naturales de frutas cítricas, como el limón o el pomelo, se crean reflejos dorados muy naturales que aclaran el tono.

El color se mantiene de 20 a 30 lavados y puede repetirse tantas veces como se quiera; las antiestéticas raíces no resultan tan evidentes, y no hay que temer el sol, que en los tintes químicos con amoniaco y agua oxigenada aclara el cabello y le da un aspecto quebradizo.

El ritual de teñirse con henna en casa

Para teñirte con henna en casa sigue los siguientes pasos:

  1. Lava el cabello y se protege la piel del contorno con un producto graso.
  2. Mezcla con una espátula de plástico o madera el polvo de henna con agua a 70 ºC, en la proporción que marque el paquete. Puedes añadir un poco de café, vinagre o té para crear tonos únicos.
  3. Empieza aplicando por detrás, donde el pelo es más espeso. Tras repasar todos los mechones, se cubre con una capa de plástico y una toalla. El tiempo depende del tono buscado y el color original.
  4. Aclara, lava el cabello y péinalo.