León Tolstói escribió sobre la necesidad de "amar al prójimo, amar a los enemigos, amar todo". Un estudio científico que se ha prolongado durante décadas confirma que cuando somos bondadosos y amables con los demás, ganamos felicidad y salud.

La bondad y la amabilidad son virtudes esenciales para contruir relaciones personales positivas que podrían extenderse como una red para construir una sociedad cooperativa, basada en la confianza y la ayuda mutua.

Las ventajas de ser espontáneamente bueno y amable

Parecen solo palabras muy bellas, pero sin contacto con una realidad donde priman ideales como el individualismo y la competitividad. Sin embargo, la ciencia cinfirma que funciona mejor el comportamiento desinteresado y bondadoso.

Los investigadores analizaron los resultados de 126 artículos de calidad con 200.000 participantes de todo el mundo, que contestaron encuestras sobre la relación entre comportamiento amable y felicidad o realizaron prácticas de bondad, cuyos efectos fueron observados por los científicos.

Estos estudios midieron el bienestar de diversas formas, incluida la salud física y mental. Según los resultados, las personas amables tendían a experimentar un mayor bienestar. Pero el investigador principal, el doctor Bryant Hui, profesor en la Universidad de Hong kong, quiso saber qué tipos concretos de comportamiento se asociaban con una mayor felicidad.

Descubrieron que las personas que realizaban actos de bondad espontáneos e informales, como llevarle una comida a un amigo en duelo, tendían a ser más felices que las personas que realizaban actos de bondad más formales y organizados, como ser voluntarios en un comedor social.

Los autores de la investigación sugieorn que la ayuda informal, no institucionalizada, satisface nuestras necesidades psicológicas más básicas de autonomía y relaciones cercanas, por lo que conduce a una mayor felicidad.

La amabilidad da sentido y propósito a la vida

Los investigadores también encontraron que las personas que eran amables tendían a disfrutar más de "felicidad eudaimónica", que se relaciona con el significado y el propósito de la vida, que de "felicidad hedónica", relacionada con el placer y la comodidad inmediatos. De hecho, a veces ser amable representa un esfuerzo, requiere tiempo y no siempre es la actitud más cómoda, pero hace que las personas se sientan mejor consigo mismas.

Ser amable también supuso curiosamente una mayor "felicidad eudaimónica" para las mujeres que para los hombres. Según Hui, esto podría deberse a que, en muchas culturas, se espera que las mujeres sean más amables que los hombres y se sienten recompensadas.

Asimismo los participantes más jóvenes experimentaron más felicidad cuando eran amables que los participantes mayores. La explicación de esta diferencia es que los jóvenes están desarrollando su identidad y buscan activamente un propósito y un significado para sus vidad que la bondad puede brindar.

Ser bondadoso aún tiene más ventajas. Los investigadores hallaron que las personas amables tendían a tener una mayor autoestima y un sentido de autoeficacia. En menor grado, también experimentaron menos depresión y ansiedad, y mejoró su autopercepción de la salud física, sobre todo en las personas mayores.

Reduce el estrés y nos conecta con los demás

El estudio cita las teorías de la investigadora Elizabeth Midlarsky, de la Universidad de Columbia, sobre los beneficios de la amabilidad. Midlasrsky añade a los hallazgos del estudio que la práctica de la bondad quita hierro a los propios problemas personales y a los factores estresantes, y nos conecta socialmente con los demás. De esta manera la bondad reduce la ansiedad, mejora el estado de ánimo y favorece las ventajas de formar parte de una comunidad.

Bryant Hui considera que los hallazgos de la investigación se resumen en una frase que escuchó decir al Dalai Lama Tenzin Gyatso: “Si quieres que los demás sean felices, practica la compasión. Si quieres ser feliz, practica la compasión."

“Ayudar a los demás es una virtud universal y una forma muy asequible y económica de mejorar nuestro propio bienestar y beneficiar a todas las personas”, asegura Hui. "Como dice el refrán, ayudar a los demás es ayudarse a sí mismo", concluye.

Referencias científicas:

Bibliografía:

  • Tenzin Gyatso y Howard C. Cutler. El arte de la felicidad. Kailas Editorial.