La humedad y los cambios bruscos de temperatura son caldo de cultivo de resfriados y procesos gripales, de los que pocos consiguen escaparse.

El frío y la calefacción, asimismo, suponen una amenaza para la piel, que tiende a resecarse y cortarse. De forma puntual, incluso pueden llegar a aparecer sabañones. Además, cuando hace frío se intensifican los dolores reumáticos en quienes son propensos a padecerlos.

Afortunadamente, contamos con diversas plantas medicinales que ayudan a prevenir y atenuar todos estos efectos del frío y que, a diferencia de los fármacos, se toleran mejor y tienen un efecto preventivo.

Astrágalo chino: fortalece las defensas

El huang qi o astrágalo chino (Astragalus membranaceus) es una planta imprescindible de la fitoterapia oriental, que ahora también goza de gran predicamento entre los herbolarios occidentales por su probado efecto como modulador de la respuesta inmunitaria.

En lugar de aumentar las defensas, lo que hace es modular el sistema inmune, dejándolo en un estado óptimo para hacer frente a cualquier tipo de agresión externa, sin llegar a agotar las defensas por sobrecarga.

Para qué sirve

Es un excelente recurso para reducir el riesgo de sufrir infecciones víricas, como procesos gripales, bronquitis y faringitis.

Actúa también como un buen tónico energético, que ayuda al organismo a adaptarse a las condiciones externas desfavorables, como son los rigores climáticos de esta época invernal.

Cómo tomarlo

La forma de presentación más frecuente es en polvo. Se toma una cucharada de postre rasa, con agua caliente -sin hervir-, tres veces al día, en tratamientos de unos diez días, dejando otros tantos de descanso. Tiene un sabor aceptable, pero hay quien prefiere mezclarlo con té caliente.

También se toma en tintura (una cucharadita mezclada en el zumo de frutas, dos veces al día) y, en menor medida, la decocción de la raíz.

Melisa: descanso sin problemas

Para muchos, el frío equivale a mayor intensidad de trabajo o de estudio, y mayor dificultad por tanto para desconectar de los problemas. Por ello no está de más incluir en esta selección de plantas para el invierno una que destaque por su poder tranquilizante.

La melisa responde perfectamente a esta necesidad y forma parte de nuestra tradición mediterránea, como el romero. Las hojas de la melisa (Melissa officinalis) contienen un aceite esencial, con pineno y limoneno, ácidos fenólicos y mucílagos, de acción sedante, antiespasmódica, balsámica y digestiva.

Para qué sirve

De efecto global sobre el organismo, nos ayudará a minimizar la incidencia del estrés, los episodios de ansiedad, la irritabilidad nerviosa y la hiperactividad. Sustituir el té o el café por una buena taza de melisa será ya una apuesta decidida por el cambio de actitud.

Cómo tomarla

En infusión simple, con una cucharada rasa por taza, dos tomas al día.

Para combatir el insomnio, se puede combinar otras plantas sedantes como la pasiflora o la valeriana, pero en este último caso se debe tomar dos horas antes de acostarse, porque determinados componentes de la valeriana tienen de forma inmediata un paradójico efecto estimulante.

Roble: freno a los sabañones

Muchas personas, sobre todo las que viven en zonas de interior o de montaña, se ven afectadas por los molestos y dolorosos sabañones. Estas hinchazones que aparecen entre los dedos de las manos o de los pies se producen por un estrechamiento de las pequeñas arterias, que dificultan el paso de la sangre y puede dañar los tejidos.

La corteza de uno de nuestros árboles más elegantes, el roble albar (Quercus robur), y de otras especies afines, se impone como uno de los remedios herbarios más adecuados para tratar esta dolencia. Ejerce una clara acción antiinflamatoria, hemostática, antihemotrágica y astringente.

Para qué sirve

Se indica para problemas de circulación sanguínea, como los citados sabañones, pero también para entumecimientos, varices, flebitis y hemorroides.

Se utiliza también para curar hemorragias leves y como terapia de choque contra las diarreas.

Cómo tomarlo

En baños calientes, se suele combinar con un antiinflamatorio como la milenrama. Se preparan tres litros de agua por cada cuatro cucharadas soperas de la mezcla (milenrama con corteza de roble). Se deja hervir cinco minutos y se cuela, aunque esto último no es imprescindible.

Se sumergen las manos en el agua caliente durante unos nueve minutos. Luego se hunden los codos otros tantos minutos y así sucesivamente hasta que el agua se enfríe. Se puede completar el tratamiento con cremas de caléndula o hamamelis.

Harpagofito: alivio para el dolor articular

El harpagofito (Harpagophytum procumbens) es una planta originaria de Sudáfrica y Namibia, muy buscada y, al mismo tiempo, muy protegida, a causa de su elevado valor terapéutico como antiinflamatorio y analgésico. Resulta muy útil para atenuar el dolor de las afecciones reumáticas.

Para qué sirve

A pesar de ser un producto caro, se está imponiendo como un remedio preferente para tratar episodios de dolor de artrosis, artritis, lesiones y fracturas. Ofrece también un alivio progresivo al dolor de espalda, lumbalgias, ciáticas, tortícolis y problemas musculares.

Cómo tomarlo

Principalmente en forma de pastillas, hasta tres al día en caso de artritis, pero también en tintura (30 gotas diarias, mezcladas en el zumo de frutas) y en gotas de extracto fluido.

Rosal silvestre: inyección de vitalidad

Los frutos del rosal silvestre (Rosa canina), o escaramujos, son una conocida fuente de vitamina C. Son también ricos en pectina, así como en flavonoides, ácidos orgánicos y antocianósidos.

Para qué sirve

Por su poder revitalizante, es una excelente solución natural para fortalecer el organismo, sobre todo en estados de convalecencia, astenia y debilidad general.

Ayuda también a prevenir resfriados y procesos gripales, por lo que resulta muy apropiado para los meses de invierno.

Como diurético, el rosal silvestre contribuye a depurar el organismo y a evitar la retención de líquidos.

Cómo tomarlo

En decocción de una cucharada de escaramujos desecados por cada vaso de agua. Se puede ir bebiendo a lo largo de toda la jornada.