Quizá te sorprenda saber que hay gente que no se cambia la ropa interior cada día. El dato más sorprendente llega de Estados Unidos donde, según una encuesta realizada por una marca de ropa interior, el 45% de los ciudadanos la utiliza durante dos y hasta tres días.

Conviene interiorizar la necesidad de cambiarse de ropa interior cada día, pero lo cierto es que no hacerlo no representa un gran riesgo para la salud, según el profesor de microbiología de la Universidad de Nueva York, Philip M. Tierno.

Nos cambiamos de ropa interior porque huele y huele porque se adhieren a ella las bacterias que viven en la piel y las mucosas genitales. La mayor parte de estas bacterias no son dañinas, al contrario, cumplen funciones beneficiosas.

¿Qué pasas si llevas la ropa interior dos días seguidos?

Las bacterias que se encuentren en la ropa interior únicamente pueden convertirse en un problema si entran donde no deben, por ejemplo, a través de una herida. En este sentido, son especialmente preocupantes las bacterias fecales.

El contacto con las bacterias de la ropa interior también puede favorecer la aparición de granos.

Al lavar la ropa interior, las bacterias se eliminan con el agua y el jabón, y el olor desaparece. Algunas lavadoras actuales cuentan con un ciclo germicida que somete la ropa a una luz ultravioleta. Por otra parte, la ropa interior se puede reusar tranquilamente todas las veces que resista el tejido.

La recomendación sobre la frecuencia con la que conviene cambiarse de ropa interior se extiende a la frecuencia de las duchas. Las personas que se duchan cada día es casi seguro que se cambian de ropa interior. Las que no lo hacen, pueden retrasar el cambio.

El riesgo depende de lo que sudes

Más allá de las opiniones que puedan despertar los diferentes comportamientos, la verdad es que las necesidades de higiene personal van a depender de muchos factores, como el clima y la actividad física. Si se ha sudado y la ropa interior se ha humedecido, el sentido común nos dice que lo mejor es cambiarse cuanto antes.

Más allá de la frecuencia, debería preocuparnos el tejido con el que está confeccionado la ropa interior. Las fibras sintéticas no favorecen la evaporación, lo que aumenta el riesgo de que las bacterias y los hongos, incluidos las menos amistosos, proliferen.

En cambio, el algodón resulta ideal porque es transpirable y absorbente. Y si el algodón es ecológico, mucho mejor porque estará libre de tintes y residuos de pesticidas que podrían entrar en contacto con el cuerpo.

¿Es necesario llevar ropa interior?

La cuestión de la frecuencia en el cambio de la ropa interior puede llevarnos a la pregunta de si es necesario llevar ropa interior y si esto es higiénico y seguro desde el punto de vista de la salud.

No llevar ropa interior para dormir puede ser, de hecho, una buena idea, pues se reduce la humedad en la zona genital, lo que puede reducir el riesgo de infección (la cándida, la bacteria responsable de las infecciones por hongos, prospera en ambientes cálidos y húmedos).

Durante el día vale la misma reflexión, pero al no llevar ropa interior, las bacterias van directamente al pantalón o la falda, que pueden empezar a oler mal.