Para frenar la pandemia COVID-19, las autoridades sanitarias y gobiernos realizan recomendaciones muy explícitas para proteger la salud de todos, como lavarse las manos con frecuencia, llevar mascarilla o mantener la distancia con otras personas.

Pero hay otros consejos que también debería estar ofreciéndose. Por ejemplo, descansar y dormir lo suficiente y, sobre todo, llevar una dieta nutritiva y equilibrada.

En este sentido, un artículo de la doctora Maryanne Demasi en el British Medical Journal Evidence-Based Medicine recuerda que la mala alimentación es el factor que más contribuye a la carga de enfermedades metabólicas y crónicas relacionadas con el estilo de vida, como la obesidad, la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares, y que estas enfermedades aumentan el riesgo de muerte en caso de infectarse con SARS-CoV-2.

Un informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos revela que las hospitalizaciones por COVID-19 son mucho más frecuentes entre quienes sufren enfermedades cardiovasculares (32%) y diabetes (30%). En Italia, los informes indican que casi la totalidad de las muertes guardan relación con afecciones preexistentes, como hipertensión, diabetes y enfermedades cardíacas.

La doctora Demasi señala que la principal causa de las enfermedades que nos hacen más vulnerables a las complicaciones de la COVID-19 es la desregulación de los niveles de glucosa en sangre. Un estudio de pacientes con COVID-19 con diabetes tipo 2 preexistente mostró que aquellos con un mejor control regulado de la glucosa en sangre experimentaron una mejor evolución de la enfermedad que aquellos con un control deficiente de la glucosa en sangre.

Los niveles de glucosa en sangre bien controlados (esto es, con una variabilidad glucémica dentro de 3.9-10.0 mmol / L) se asoció con intervenciones médicas reducidas, menos lesiones importantes de órganos y menor mortalidad por todas las causas durante la hospitalización, en comparación con individuos con glucosa en sangre mal controlada (con una variabilidad glucémica superior a 10.0 mmol / L).

Por qué conviene moderar el consumo de hidratos de carbono

El factor más significativo que determina los niveles de glucosa en la sangre es el consumo de carbohidratos en la dieta, más concretamentehidratos de carbono (carbohidratos) refinados, almidones y azúcares añadidos. Sin embargo, muchos ancianos, incluso los que viven en residencias, siguen una dieta reducida con exceso de carbohidratos, que pueden exacerbar la hiperglucemia.

El problema puede haberse agravado durante el confinamiento en casas de las personas mayores, pues muchos almacenan alimentos básicos no perecederos que son baratos, como pasta seca, pan, arroz blanco, galletas y copos de cereales.

Hay una evidencia científica sólida de que la restricción de carbohidratos en la dieta es una forma segura y efectiva de lograr un buen control glucémico y pérdida de peso, y reducir la necesidad de medicamentos en el tratamiento de la diabetes tipo 2.

Las recomendaciones alimentarias oficiales siguen explicando que entre el 45 y el 65 por ciento de las calorías diarias totales deben proceder de los carbohidratos. Esta proporción podría ser menor, en favor de grasa y proteína, pero sobre todo es importante la selección de ingredientes: no producen el mismo efecto en el organismo los hidratos de carbono de una legumbre o de una fruta entera que el azúcar añadido a un refresco o el pan blanco.

Las primeras medidas para reducir el exceso de hidratos de carbono son:

  • Eliminar los refrescos con azúcar.
  • El azúcar blanco que se añade al café o al té.
  • Los zumos de frutas aclarados, sin pulpa.
  • El pan blanco.
  • Los productos de bollería y pastelería.
  • Los productos elaborados ultraprocesados que suelen contener un exceso de azúcar y grasas poco saludables.

Demasi termina su artículo pidiendo a los gobiernos y responsables políticos a nivel mundial que incluyan el control de los hidratos de carbono en la dieta para mitigar la carga de la enfermedad metabólica preexistente en las personas que contraen COVID-19, ahora y en el futuro.

Referencias científicas:

  • Maryanne Demasi. COVID-19 and metabolic syndrome: could diet be the key? British Medical Journal Evidence-Based Medicine
  • Zhu L. et al. Association of blood glucose control and outcomes in patients with COVID-19 and pre-existing type 2 diabetes. Cell Metabolism.