En las sociedades avanzadas, nos vamos haciendo longevos al ritmo de seis minutos la hora. Este es el tiempo que estamos ganando a nuestra existencia con el rápido aumento de la esperanza de vida al nacer. Cada vez más personas alcanzan edades extremas, más allá de los 90 años. En 2050, un 5% de la población mundial superará los 80 años y habrá 420 millones de octogenarios: un hito.

El objetivo es llegar tan lejos como nos sea posible, pero con buena calidad de vida. Esta es la asignatura pendiente.

La longevidad está determinada por la genética y las condiciones saludables de nuestro entorno, pero también se puede entrenar, según predican y documentan Antonio Huertas (presidente de Mapfre) e Iñaki Ortega (director de Deusto Business School) en el libroLa revolución de la canas (Ed. Gestión 2000).

Los hábitos que nos harán vivir más años y con salud

El fenómeno de la longevidad es todo un desafío, aseguran. A partir de los 65 años podremos tomar la iniciativa e incorporar nuevos hábitos para potenciar la salud, sacar más partido al tiempo de ocio, crear nuevas fuentes de ingresos, recuperar los espacios y el prestigio que nunca debieron perder los senior.

Los autores proponen seguir las pautas más probadas y estudiadas en las sociedades más longevas del mundo: Okinawa (Japón), Icaria (Grecia), Nicoya (Costa Rica), Loma Linda (Estados Unidos) y Barbaglia (Cerdeña, Italia). Estas son las llamadas "zonas azules" donde descubrimos los factores en común que allanan el camino para convertirnos en centenarios.

Para vivir muchos años con salud, los hábitos saludables de dieta y estilo de vida seguirán estando por delante de la medicina personalizada que, en la “cuarta revolución industrial” en la que nos adentramos, vendrá de la mano de la medicina preventiva y de la predictiva, basadas en conocer las potenciales enfermedades que una personas podría llegar a tener y evitar su desarrollo.

Pautas para entrenar la longevidad

Algunos de los factores que contribuyen a la vida larga con salud son los siguientes:

  • Actividad física intensa y regular. El ejercicio se realiza no solo en las sesiones de entrenamiento, sino de manera cotidiana. Andar en lugar de utilizar medios de transporte y subir las escaleras en vez de recurrir al ascensor son buenos ejemplos. Los longevos no conocen el sedentarismo.
  • Dar sentido a la vida. Tener un propósito o encontrar razones para levantarnos cada mañana, alargan la vida. Esta motivación, que la comunidad de longevos de Okinawa llama Ikigai e incluye en sus prácticas, equivale a tener 7 años más de vida.
  • Reducir el estrés. Este factor está unido a casi todas las enfermedades relacionadas con el envejecimiento y es un factor agravante del cáncer. Una buena pauta es romper el ritmo normal de nuestra rutina con distintas actividades que nos relajen: una siesta, un partido, meditar…
  • No comer hasta estar llenos. Los expertos en longevidad animan a no comer hasta sentirse llenos, sino hasta el 80% de nuestra capacidad. También la Medicina Tradicional China recomienda esta pauta ya que no solo somos lo que comemos sino también lo que somos capaces de digerir.
  • Priorizar una dieta verde. Mejor rica en frutas, verduras y legumbres por delante de otros alimentos.
  • Consumir moderadamente bebidas alcohólicas. Este hábito está también incluido en la dieta de los centenarios.
  • Hábitos saludables en grupo. Nos puede ayudar a cultivarlos adherirnos a grupos que los promuevan, como los clubs de senderismo u otras sociedades deportivas.
  • Espiritualidad en comunidad. Participar en comunidades donde se potencien las prácticas religiosas, espirituales o de introspección, como el mindfulness.
  • Vínculos afectivos. Mantener y construir los lazos entre los miembros de la familia y amigos es una fuente de fortaleza cuando las relaciones están basadas en el respeto, el amor y la empatía.

El secreto de Okinawa

Okinawa, la más grande de las 160 islas Ryukyu, y con una temperatura media anual de 23ºC y 17ºC en invierno, tiene una envidiable tasa de longevos y centenarios. Reúne a una población con bajas tasas de arteriosclerosis, cáncer de estómago, de mama y próstata, Alzheimer y enfermedades cardiovasculares.

Su secreto está en una dieta ligera en azúcar, pobre en lácteos y muy abundante en antioxidantes que reducen el colesterol, bajan la presión arterial. Esta dieta les aporta un 15-20% menos de calorías que la dieta media japonesa.

También comparten huertos familiares y comunitarios cerca de sus casas donde cultivan hortalizas y plantas medicinales como la artemisa, el jengibre y la cúrcuma (antioxidantes y antiinflamatorias).

Pero además, en Okinawa, recuerdan en el libro, se cuidan unos a otros, tanto en el aspecto emocional como en el financiero y social. Son muy comunes los grupos de cinco amigos llamados moais, que se comprometen en crear un entorno social favorable.

Para los ancianos de Okinawa, lo esencial es mantenerse ocupados y sentirse útiles, laboralmente o en el entorno familiar y vecinal. Por tanto, algunas de las claves de los centenarios de Okinawa están en lo afectivo, algo que no debemos perder de vista.