El nacimiento de un hijo es una experiencia que, sin duda, cambia la vida de una madre.

Desde que su bebé llega al mundo, los padres tendrán que dedicar cuerpo y alma a cuidar del pequeño.

Sin embargo, más allá de los dolores derivados del propio parto, muchas mujeres son sorprendidas por algunos cambios físicos que pueden entorpecer esta bonita experiencia.

Explicamos cómo afrontar algunos de los problemas más generalizados con tratamientos naturales.

Homeopatía para los problemas de lactancia

La homeopatía entra en juego con gran fuerza durante el periodo de la lactancia. Ofrece remedios naturales para dolores y problemas habituales como la insuficiencia de leche, la mastitis, los pezones sensibles y doloridos, el cansancio o la pérdida de cabello.

Además, su uso puede recomendarse tanto para la madre como para el bebé, ya que las diluciones de muy baja concentración de los medicamentos homeopáticos descartan prácticamente los efectos adversos en el niño.

Para estimular la salida de leche resulta muy útil el remedio Ricinus communis 5 CH. Se toman cinco gránulos una o dos veces al día. En cuanto se nota mejoría, se abandona la toma.

Para el cansancio por pérdida de líquidos se puede tomar China rubra 9 CH, a razón de cinco gránulos dos veces al día mañana y noche. Si el cansancio persiste, se recomienda añadir Silicea 30 CH, un tubo-dosis de glóbulos por semana.

Por último, para no perder calcio en los huesos sería conveniente tomar un suplemento de Calcarea phosphorica 5 CH, que se indica en caso de cansancio, adelgazamiento y desmineralización tras el embarazo. Se pueden tomar cinco gránulos dos veces al día hasta que se deje de dar el pecho.

Es importante tener en cuenta que, mientras dure el periodo de lactancia, hay que beber abundante agua para prevenir la deshidratación.

Lactancia y cambios en el peso

Amamantar es sano. Hacia mediados del siglo XX hubo una corriente de pensamiento que lanzó la idea de que dar de mamar estropeaba tanto física como estéticamente a la madre.

Nada más falso. La lactancia materna y más si es prolongada es lo mejor para la recuperación de la madre tras el parto.

Lo más frecuente es coger peso en los primeros meses de lactancia, que a veces se suma a algo de sobrepeso que queda tras el parto, y poco a poco se va alcanzando el peso habitual.

Si el aumento de peso es muy acusado o se adelgaza demasiado rápido hay que investigar otros factores que nada tienen que ver con la lactancia: estrés laboral, depresión postparto…

Además de comer bien, son básicos el descanso y el sueño. Si al cansancio de cuidar del bebé se le suma el no dormir bien, es motivo más que su­ficiente para un cambio de peso.

Las infusiones de melisa, pasiflora, azahar y manzanilla son un gran aliado natural para descansar mejor.

Si el engorde o la pérdida de peso son muy preocupantes, se pueden descartar alteraciones de la glándula tiroides que a veces se dan en situaciones de mucha exigencia. Una simple analítica de sangre que incluya la hormona TSH será su­ficiente.

Medicina tradicional china para dientes y riñones

El embarazo implica un esfuerzo para el cuerpo y un gran desgaste energético, en especial del jing (sustancia basal) y delchi del riñón, que suministran al bebé toda la nutrición y la defensa que necesita.

Los cuidados durante y después del embarazo son fundamentales para salvaguardar la energía del riñón y evitar así los dolores tan habituales del postparto.

La cuarentena tras el parto se respeta con mucha rigurosidad en China: es cuando la madre se repone y se recupera de sus esfuerzos y desgastes.

En este periodo de cuarentena la madre descansa, sigue una dieta tonificante de chi y "sangre" –combinando alimentos como semillas, raíces o sopas (evitando a su vez comidas crudas o frías) con plantas medicinales– y procura combinar los sabores dulces con los salados.

Además, si se padecen dolores en los riñones es recomendable tener poco contacto con el aire frío y el exterior en general porque el riñón es un "elemento agua" y el frío no le favorece.

Dar calor al riñón tanto en la parte lumbar como en el bajo vientre alivia el dolor de un estado de bloqueo energético, ya que activa el chi.

Los dientes, en medicina tradicional china, se consideran una prolongación del hueso y los huesos están también gobernados por el riñón.

Si después del parto el estado de los dientes es débil es porque durante la gestación el feto ha consumido buena parte del jing del riñón. Esto se refleja en los huesos, el brillo y estado del cabello, la memoria, la potencia sexual o el estado del oído, entre otros.

Lo perdido ya no se recupera, por eso cuantos más embarazos pasa, más deterioro físico sufre la madre. Hay que cuidar, pues, el órgano bazo/estómago para evitar que se siga perdiendo.

Los alimentos fríos y crudos no son recomendables cuando hay debilidad, ya que enfrían el chi del estómago y dificultan la digestión y absorción de los alimentos. También se recomienda no tomar alimentos muy ácidos.

Una fuente energética notable son los frutos secos, especialmente las nueces, el sésamo negro, los anacardos, los piñones y los dátiles rojos chinos (Ziziphus jujuba).

Si fuese necesario, se puede recurrir a la fórmula magistral de medicina china para tonificar el chi de riñón: Jin Gui Shen Qi Wan (píldora para el chi de riñón).

Recuperar la práctica del yoga

No hay un periodo exacto a partir del cual retomar la práctica. Todo depende de cómo hayan sido el embarazo y el parto y de las recomendaciones del ginecólogo.

El cuerpo es muy sabio y, en momentos como el posparto, es fundamental escucharlo y guiarse por la intuición. Sin embargo, por norma general se aconseja respetar la cuarentena antes de retomar la práctica normal.

Esto no quiere decir que no se puedan empezar a hacer ciertas posturas (asanas) y ejercicios respiratorios (pranayama) que permitan estirar el cuerpo, recolocar los músculos, encontrar momentos de silencio y ganar energía.

Posturas como Marjaryasana (el gato), Badhakonasana (niño con las piernas abiertas) o un Adho mukha svanasana muy suave (perro boca abajo) y unos minutos de meditación diaria son buenas herramientas para mantenerte bien física y mentalmente.

Prevención y tratamiento de hemorroides

La presión de la zona durante el embarazo, el parto o por estreñimiento favorece la aparición de hemorroides, que pueden ser muy dolorosas y provocar sangrado al evacuar si las heces son muy secas.

Para prevenirlas es fundamental adoptar medidas higiénico-dietéticas, como evitar la ropa muy ajustada a nivel abdominal, no pasar sentado mucho rato, beber suficiente agua a diario o procurar seguir una dieta con un elevado aporte de fibra.

Cereales integrales, frutas como el kiwi o la naranja o verduras como las espinacas o la alcachofa ayudan a prevenir el estreñimiento, suavizando el tránsito de la materia fecal.

Si con la fibra de la dieta no basta, se puede añadir una cucharada sopera de semillas de lino al desayuno cada mañana.

Una excelente opción para tratar las hemorroides es, sin duda, la homeopatía. Si bien el tratamiento final depende de cada paciente, por norma general se pueden tomar a la potencia de 30CH:

  • Aesculus hippocastanum si el dolor se acompaña de ardor y sensación de que el recto está lleno de astillas y empeora al agacharse.
  • Hamamelis si las hemorroides son azules, pierdes mucha sangre oscura y provocan dolor pulsátil que solo mejora con baños de asiento fríos.
  • Lachesis en caso de sensación de gran constricción del ano, con dolores punzantes que corren hacia arriba.
  • Paeonia officinalis si las hemorroides son muy grandes y se acompañan de mucho picor después de evacuar.